Por Amar A Ciegas

...LÍA BLOSSOM...

La ceremonia acabó y con ella llegaron las felicitaciones y las fotografías. Podría haber gritado a los cuatro vientos que era la mujer más feliz del planeta tierra.

Nos llevó mí fiel chófer para poder compartir nuestra alegría con cientos de invitados en una celebración que daría de que hablar.

Tener dinero y poder es algo que me fue heredado y no está mal. Después de todo siempre supe que lo que nos define como seres humanos es como seamos con los demás, nuestra esencia como personas. Yo nací en cuna de oro pero jamás por eso traté mal a personas de inferior clase social.

Lo malo de tener tanto dinero es que las celebraciones son enormes porque debe de invitarse a todas las personas influyentes que haya en nuestra vida. Mis padres debieron invitar hasta a las personas que no acababan de agradarles.

Aquí estaba en una gran fiesta viendo cientos de rostros y sintiendo tantas fragancias costosas que ya estaba mareada. Lo peor es que no sabía ni la mitad de los nombres de toda la gente pero a fin de cuentas tenía a mí esposo a mí lado para poder así afrontar tanta cortesía.

La fiesta fue tradicional tal y como tuvieron mis padres y los de Edward. Hubo pastel para que cortemos juntos, copas para brindar entrelazando nuestros brazos y después el momento de bailar primero con mí esposo, después con mí padre, mí suegro y cada persona que se acercara a bailar. Los hombres bailaban conmigo y las mujeres con mí esposo.

Fue allí cuando noté la gran cantidad de personas que habían venido cuando la canción se hacía eterna. Edward me veía candado desde su lugar bailando con una y otra mujer mientras que yo me concentraba en no arrojar los zapatos muy lejos porque estaba por decir basta con ellos puestos.

Cuando creí que ya nadie vendría me sorprendí por ese hombre que me hacía sentir incómoda por sus miradas tan intensas. No sabía que estaba invitado pero no me sorprendió en lo absoluto con tantos desconocidos en el lugar.

Le sonreí con cortesía pero no pude sostener su mirada por mucho tiempo.

-Me sorprendió que se casara tan pronto- comentó y lo miré, seguro pensaba que estaba embarazada

-Edward y yo estamos juntos hace mucho tiempo- respondí cortante, no sabía que más decir

-Se ve muy hermosa éste día, es la mejor fiesta a la que he asistido en mucho tiempo- me sentí más incómoda por su comentario pero también halagada

-Gracias señor...- buen momento para olvidar su apellido

-German Buenaventura, a sus órdenes- sonrió sin mostrar sus dientes y asentí sin saber que decir

La canción acabó cuando ya nadie quiso bailar y con Edward de la mano regresamos a nuestra mesa para descansar un poco.

Llegó el momento de irnos poco después y sabía lo que vendría a continuación. Él momento de estar juntos por primera vez, que emoción. No eran tantos los nervios los que sentía sino por saber que sentiría en ese momento.

Arrojé el ramo y quién acompañaba al señor Buenaventura lo atrapó. Era una linda mujer de cabellos rojizos pero no parecía su novia sino alguien a quien invitas a un evento porque es mejor que quedarse solo. Además se veía más joven que él.

Nos retiramos y fuimos a un hotel donde él me cargó antes de cruzar la puerta. Al dejarme sobre mis pies me besó como aquellas veces dónde es tan difícil detenerse después y me dijo cuánto me amaba.

Mí vestido con suavidad lo desprendió y acabó haciendo que lo dejara caer. La primera vez que me veía en ropa interior y que me miraba con tal intensidad.

Cuando quitó su ropa yo no pude evitar verlo. Me sorprendí observando su piel. No tenía gran cantidad de músculos pero su cuerpo estaba marcado y definido.

Nos acostamos sobre la cama y ya no había retorno desde ese momento. Acabó dejándonos sin ropa a ambos y después de protegerse y asegurarse de que estaba lista comenzó el acto. Fue molesto pero cuando se acabó la sensación de incomodidad así como esa especie de ardor disfruté de estar así juntos.

Me dijo cuánto me amaba mientras aún duraba así como al terminar. Lo sentí tan dulce, tan atento. Fue todo y más de lo que hubiese podido desear. Me sentí dichosa en sus brazos, sabiendo que no me había equivocado en cuanto a mí decisión de estar juntos.

***Me había equivocado y más que nunca pero aún la venda no caía de mis ojos. Me hizo falta perder la libertad para darme cuenta de quién era en realidad él.

Casarme con cualquier persona que no fuera él podría haber salido mejor. Esa noche fue el inicio de un matrimonio que sería perfecto junto a un esposo incondicional hasta que mí libertad fuera arrancada. Se tomó años en cumplir sus metas, cubrió sus huellas seguro con ayuda y nos destruyó desde adentro para guardar lo mejor para el final, Yo.

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...ADELANTO* ****DE LOS PRÓXIMOS CAPÍTULOS** ...

-Lo solucionaremos amor, encontraré que fue lo que sucedió, no descansaré hasta tenerte aquí a mí lado, ¿Confías en mí?- lloré y no pude abrazarlo porque estaba esposada

-Soy inocente, tiene que ser un error, ayúdame por favor. Te amo- supliqué sin dejar de llorar

-Lo se bonita, te sacaré de ahí- los policías me llevaron al patrullero y él se quedó en casa

En ese duro asiento con mis manos esposadas miré hacia atrás para verlo parado viéndome partir. Mí corazón se oprimía de dolor, ya había perdido tanto, lo único que me quedaba era él y ahora nos separaban.