Una Madre Para La Hija Del Mafioso

Caterina

Llegó el día de la boda. Desde entonces, no he visto ni la sombra de Alex por la casa ni he procurado saber por dónde andaba. Pasaba una parte del tiempo con Alice y, también, con Anastasia. A mis padres los veía en las comidas, siempre venían a comer conmigo.

Todo lo de la boda está siendo preparado en el gran jardín, yo no he elegido nada, ni siquiera el vestido, pero me ha gustado bastante.

Aquí en la mansión hay un pequeño salón. Anastasia me explicó que cuando hay eventos, solo contrata a los profesionales de belleza, pues el espacio ya tiene todos los equipos de salón. Me pareció genial.

Las peluqueras y maquilladores llegan, vamos yo, mi madre y Anastasia a arreglarnos, lo que demora bastante. Cuando termina todo, ya estaba anocheciendo. Mi madre sale para avisar a mi padre y yo me quedo mirándome en el espejo.

— Ya están todos esperando, ¿estás lista? — pregunta Anastasia. Lista no estoy, pero tengo que enfrentarlo.

Siento un frío en el estómago. Después de esta noche, me convertiré en la esposa del Don de Rusia.

— Estoy lista.

— Es tradición nuestra, usar el velo cubriendo el rostro hasta el novio.

Ella ya había comentado conmigo, y yo apenas concuerdo, mientras una de las profesionales, termina de arreglar el velo en el peinado.

Mi padre pasa por la puerta con mi madre. Sus ojos brillan cuando me ve, él abre una sonrisa grande. A pesar de que él me está dando como una moneda, yo amo a mi viejo. Sé que él realmente piensa en lo que es mejor para mí, y yo nací en este medio peligroso, tendría que casarme de cualquier modo.

— ¡Oh, hija mía, estás tan linda!

Él habla y yo me levanto sonriendo.

— Gracias, papá.

— Deseamos que seas feliz. Y pon en práctica los consejos que ya te di. — mi madre habla y yo sonrío. Recordando todo lo que ella ya me ha dicho.

Ella me enseñó algunas cosas como funciona cosas relacionadas al sexo, me dio consejos de cómo usar la seducción femenina, consejos de persuasión y buena parte de cómo oponerme y no aceptar ciertas cosas, fue ella que me enseñó.

— ¿Vamos? — mi padre pregunta y yo concuerdo.

Él mismo acomoda mi velo, para que cubra mi rostro y da un beso en mi frente por encima del tejido.

— Voy a avisar que están yendo. — Anastasia sale y mi madre también habla que irá para su lugar.

Esperamos un poco, y cuando oímos la música tocar, caminamos para afuera.

Cuando llegamos al jardín, veo toda aquella ornamentación. Varias personas de pie, con ojos atentos. Allá al frente en un pequeño altar está Alex, con su cara seria de siempre. Pero sus ojos están clavados en mí, parece que ni parpadea.

Vamos andando lentamente por la alfombra roja. Cuando llegamos cerca de Alex, mi padre habla algo en el oído de él, parece hasta un aviso, y él asiente con la cabeza. Cuando mi padre se aleja, él toma mi mano y deposita un beso, tal vez sea solo escenificación en frente de las personas. Él toma mi mano conduciéndome para arrodillarme en la almohada dorada, es otra tradición, iremos a quedar así hasta acabar las palabras del cura.

Y así el cura comienza, hablando las palabras matrimoniales, después él hace una oración bendiciendo el matrimonio y pide para levantarnos. Cuando quedamos de pie, Alex levanta mi velo para atrás, dejando mi rostro a la vista. Su mirada es diferente ahora y su expresión seria hasta suavizó un poco.

Después del cura recibir nuestra confirmación que acepta el casamiento. Él pide para trocar las alianzas. Alex saca una cajita del bolsillo con las alianzas. Coloca en mi dedo y yo en el de él.

— Puede besar a la novia.

Él se aproxima y me besa, pero no dura mucho, luego se aleja. Las personas aplauden, y yo no conozco a la mitad de las personas presentes. Veo a Odete con Alice, ellas están un poco alejadas de la multitud, pero me quedo satisfecha en saber que Alex no dejó a ella en el cuarto.

Firmamos los papeles oficiales de casamiento delante de la ley, y ahora realmente es oficial. Yo soy esposa de Alex Borisov.

Salimos andando, yo tomando el brazo de él, manteniendo mi compostura. Varias personas vienen a saludarnos, y otros ya se van, hablando que solo vinieron mismo para la ceremonia. Soy simpática y sonrío, pero cuando presenta a una mujer, mi

intuición suena.

— Esos son Silas y Selena, ellos son como parte de la familia. Hijos del chófer de mi padre desde que yo nací, prácticamente crecieron conmigo. — Alex habla, el hombre es bien simpático, ahora la mujer me mira raro, parece que solo yo percibo. No me gustó de ella.

Saludo a ellos, pero luego Alex me jala para otro grupo de personas.

Después de ser presentada a todos, él me lleva hasta una mesa, parece que estaba adivinando que yo necesitaba sentarme. Este vestido pesa demasiado y el tacón estaba maltratando mis pies.

Cuando nos sentamos, quedamos pareciendo dos desconocidos, en silencio sin tener asunto ninguno para hablar. Como algunas cosas que es servido, mientras observo a las otras personas comer y algunas irse.

— Vamos para el cuarto, ve a despedirte de tus padres, él se irá mañana temprano.

La voz grave de Alex resuena y yo miro para él, que está mirándome, parecía ya estar mirándome hace un tiempo. Yo sé que mis padres irán, mi padre ya me había dicho que no podía quedar más, tiene que cuidar de la mafia de él. Pero la forma como Alex me da órdenes, siempre me incomoda.

Ni tengo más fuerzas para cuestionar. En realidad, yo no quiero más quedar aquí mismo. Me levanto, y Alex también, acompañándome hasta donde mis padres están.

— Papá, mamá, mi hermano...iré a sentir muchas añoranzas de ustedes.

Ellos se levantan y cada uno me da un abrazo apretado, Alex también se despide, después toma en mi brazo y entramos, yendo para el cuarto.

Entro primero y giro de espaldas. Él va a querer...

Respiro hondo para calmarme, cuando oigo la puerta siendo cerrada y los pasos de él hasta mí, mi cuerpo tiembla un poco.