Project Universe: Explorers

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Los escombros y el humo de las casas de Cartnorea cubrían todo a su alrededor. Entre ellos, varias barreras ocultaban y resguardaban a los habitantes. Heart, con su increíble fuerza, levantaba los escombros de estas barreras, asegurándose de que al menos el aire pudiera pasar.

Porque sí, los peluches necesitan respirar, al parecer...

—Creo que ese era el último... —dijo con voz cansada, agotada tras esquivar amalgamas y retirar escombros todo el día.

Gely, el oso con el parche, se le acercó con urgencia para dar el informe.

—¡Capitana Heart! Malas noticias —dijo haciendo un saludo militar.

—Ay, por favor... ¿Qué pasa?

Una explosión cercana los alertó. Voltearon hacia la gigante amalgama que golpeaba y lanzaba láseres contra la barrera donde estaba Writz.

—Eso... sucede, capitana.

—¡Writz!

Heart transformó sus brazos en blasters y disparó contra la criatura, que rugió con dolor y molestia, arrastrándose rápidamente hacia ella.

—No... —Heart volvió a sus brazos, lista para luchar.

La amalgama lanzó un enorme tentáculo robótico, que Heart atrapó con eficacia.

—¡Veamos si aguantas esto!

Girando con fuerza, Heart lanzó la amalgama por los aires, haciéndola chocar contra escombros y cartón, pero el monstruo no se inmutó. Lanzó un cúmulo de escombros que ella esquivó y cortó con sus sables.

Los tentáculos metálicos seguían golpeándola y punzándola; Heart los esquivaba o redirigía con dificultad.

—¡Ya me tienes harta! —saltó hacia la amalgama y de una patada bien dada le arrancó la cabeza semirobótica, dejándola en el suelo.

—Ah... —la robot empezó a marearse.

—¡Capitana!

Sus ojos distorsionados, al borde del agotamiento, vieron a Gely señalando con urgencia detrás de ella. Al voltear, el escenario era todo menos esperanzador: cuatro cúmulos de amalgamas se juntaban, intentando acabar con Heart de una vez por todas, mientras ella apenas tenía energía.

Observó con miedo la mandíbula de brazos y piernas metálicas que el enorme monstruo mostraba con salvajismo.

—Esto ya no es una misión para alguien de rango satélite... —murmuró, tocando su cabeza. Sus ojos se iluminaron de azul.

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—¿Heart? Me sorprende que llames. ¿Sucede algo?

—Esto es terrible, Epsilón... Las criaturas son peores de lo que pensé.

—Ya veo... Pero no es algo de lo que puedas encargarte, ¿o no?

—Ya estoy demasiado cansada... Writz está inconsciente y Alex...

—¿Qué pasó con él?

Heart respiraba agitada, al borde de las lágrimas.

—Yo... ¡No sé qué pasó con él! ¡Solamente sé que la corriente del río se lo llevó!

—No puede ser...

Uno de los ojos de Heart se volvió rojizo mientras transmitía lo que ocurría, queriendo que Epsilón viera la amenaza que la aterraba.

La enorme criatura se colocó frente a Heart, disfrutando verla vulnerable. Rugió, haciendo que Epsilón saltara de la silla.

—¡Heart! ¡Por las flamas eternas! ¡Sal de ahí! —gritó el flamoide—. ¡Llamaré refuerzos!

—Lo intentaré...

Heart comenzó a alejarse, esforzándose por mantenerse consciente mientras su IA captaba la orden de huir. Pero algo la detuvo. Una lanza de peluche impactó contra la amalgama, desviando su atención.

Gely la había lanzado, plantándose valientemente contra la enorme criatura.

Te van a matar, ¿sabes...?

Las palabras de Alex resonaron en la cabeza de Heart.

"Inmoral... Irme... Sería inmoral..." pensó.

—¡Gely! —saltó para cubrirlo.

El robot lanzó un tentáculo contra ellos. Epsilón observaba todo; Heart sonrió a pesar de las lágrimas.

"La piedad es peligrosa... Pero buena." pensó, cerrando los ojos.

El impacto retumbó, levantando una nube de polvo y brillantina que sorprendió a los peluches desde la seguridad de la barrera.

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—Ah... idiota... ¿Ahora estas cosas son kaijus o qué...?

Heart cerró los ojos y reconoció la voz. Al abrirlos, vio a Alex sosteniendo el tentáculo con esfuerzo, apretando los dientes mientras la presión de sus guantes Hammer salía a chorros.

Heart parecía haber visto un fantasma. Epsilón, desde su oficina, sonrió emocionado.

—Oye... Deja de verme así y dame una mano, ¿¡quieres!? —se quejó Alex, incrédulo.

Heart reaccionó, apartó a Gely y sacó sus sables. Con un gran corte partió el tentáculo a la mitad.

La amalgama se echó para atrás, confundida por la falta de su tentáculo.

Alex, Heart y Gely observaron a la criatura.

Gely temblaba, pensando que lo habían mandado al Peluhalla.

—Gely, regresa a la barrera. Nos encargaremos de esto —dijo Alex, asintiendo.

El oso nervioso corrió hacia la barrera. Ahora Alex y Heart estaban solos.

—Es imposible acabar con él... —dijo Heart, perdida.

Alex observaba detenidamente. La criatura rugió con recelo y se dirigió hacia ellos.

Heart tembló y retrocedió, pero Alex no. Siguió observándola.

—¡Alex! ¡Muévete o te matará!

Alex ignoró la advertencia... hasta que disparó con su pistola láser varias veces y dio en el blanco.

El pobre temblaba por qué le falló la puntería varias veces...

La criatura se detuvo, rugiendo con dolor; parte de ella se evaporó y las piezas metálicas cayeron como chatarra.

Heart abrió los ojos de par en par.

"¿¡Cómo lo hizo!?" pensó.

Epsilón, observando la situación, decidió darse cierta libertad y presionar el botón para transmitir la batalla al sector administrativo.

Crowy se levantó de su silla al ver lo que se avecinaba.

—Uf... Sí le di... —murmuró el humano, rascándose la cabeza.

La amalgama lanzó un tentáculo que Alex esquivó a duras penas.

Te falta practicar tu agilidad, chico...

Heart no dudó más y se lanzó hacia la criatura, empujándola con tal fuerza que cayó entre los escombros.

Alex y Heart se alejaron justo a tiempo. El monstruo lanzó un láser hacia la robot, quien comenzó a correr.

Con determinación, Alex saltó y con una patada cerró la mandíbula del monstruo, que por su propio láser terminó destruida.

Un tentáculo atrapó a Alex, intentando aplastarlo, pero Heart cortó con precisión el brazo metálico antes de que pudiera enrollarlo.

Alex respondió disparando láseres al cuerpo de la amalgama, buscando los núcleos robóticos.

—¡Si seguimos así, nos agotaremos rápido! —advirtió Heart, atrapando a Alex en el aire y alejándose.

La amalgama intentaba reincorporarse; el dúo de Explorers pensaba en una estrategia.

—Debemos destruir los núcleos. ¡Solo así podremos matar esa cosa! —exclamó Alex.

—Vaya, parece que al fin estamos de acuerdo —rió burlona Heart.

—Cállate, ¿quieres?

Los guantes de Alex liberaron presión, mientras los sables de Heart estaban listos para atacar.

—¿Cómo diablos encontraremos los núcleos en algo tan enorme?

Alex se encogió de hombros, sin idea.

—¡Puedo ayudar con eso! —intervino Epsilón por el intercomunicador.

Alex sonrió al escucharlo.

—¡Epsilón! Me alegra tanto escucharte.

—Vamos al grano, no tienen mucho tiempo. Entre administración y yo notamos hacia dónde disparaste.

—¿Ajá?

—Los núcleos parpadean constantemente. Si ubican el parpadeo celeste, darán con ellos.

Alex y Heart asintieron. La amalgama estaba lista para otro round.

El corazón de Alex latía al cien por ciento de miedo, y por primera vez, Heart parecía compartirlo. Pero ambos sabían que debían actuar.

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Corrieron hacia la criatura, que cambió estrategia: sus tentáculos se fusionaron en enormes puños.

Sin dudar, lanzó un puñetazo titánico. Alex y Heart no frenaron.

Ambos golpearon el puño a la vez. Los guantes de Alex y la fuerza de Heart se unieron, rompiendo el puño con un grito demoledor.

Alex trepó por los restos y corrió sobre la criatura, centrada en Heart y su próximo puñetazo.

Alex saltó hacia el otro puño y con un impacto logró desviarlo al suelo.

Heart divisó uno de los núcleos en ese puño expuesto.

Alex disparó láseres, derritiendo el núcleo. La criatura perdió masa de nuevo.

—¡Esto es por tu bien, grandote! Necesitas bajar unos cuantos kilos —bromeó Alex mientras saltaba al suelo.

—Ja, en su caso serían toneladas —respondió Heart, cargando el puño roto.

Lo lanzó al rostro monstruoso, rompiendo su mandíbula y evitando un nuevo láser.

—¿Cuántos faltan?

—Eran como quince robots, ¿no?

Alex contó con los dedos los núcleos destruidos, sumando los que acababan de derribar y los cuatro que destruyó junto a Beriel.

—No jodas... ¡¿nos faltan nueve núcleos?! —dijo, alarmado.

Heart, agitada, vio cómo la abominación intentó lanzar un láser desde su estómago.

Notaron un cúmulo de cinco núcleos allí.

Tomados del hombro, saltaron alejándose del devastador rayo que quemó el suelo de almohadas.

—¡Lánzame al láser! —gritó Alex.

Heart lo miró preocupada.

—¿¡Estás loco, idiota!?

—¡Sí! ¡Bastante! ¡Ahora lánzame!

A regañadientes, Heart lo lanzó hacia la barriga del ser. Ni siquiera hizo falta el impulso de las botas Hammer; su fuerza fue suficiente.

Alex chocó como bala de cañón, destruyendo los cinco núcleos.

Quedaban cuatro...

La criatura ya estaba inestable. Alex apenas salió y tuvo que esquivar la caída de escombros metálicos.

Heart cortó varios en plena caída y fue atrapada con ligereza por Alex.

Se alejaron y vieron cómo la amalgama resurgía, más pequeña y debilitada, con los cuatro núcleos faltantes como ojos.

La criatura rugió.

—¿Acabamos con esto, capitana? —Alex guiñó un ojo desde sus brazos.

Heart sonrió con determinación.

Ahora era el turno de Alex. Con los guantes Hammer lanzó a la robot como jabalina.

Heart juntó los brazos, transformándolos en un enorme pico filoso durante el vuelo.

El monstruo se preparó para un último y demoledor láser, preocupando a Alex.

Pero su mandíbula fue cerrada... ¿La causa?

Enredaderas eternas.

Writz, recién despierto, activó su anillo Terreok.

—¡Muere, chatarra! —gritó Heart, impactando contra la criatura.

Los núcleos faltantes fueron destruidos con gran eficacia.

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Desde las oficinas administrativas, todos celebraban la gran victoria del equipo Explorers. Crowy y Epsilón se abrazaban con emoción.

Alex corrió hacia lo que antes era la amalgama, ahora solo un montón de metal derretido y destruido. Con delicadeza, sacó a Heart de los escombros; sus ojos mostraban cansancio, pero también felicidad.

—Heart, me alegra tanto verte —dijo Alex, su tono tornándose melancólico—. Yo... en verdad lamento que...

Pero Heart no lo dejó continuar. Lo abrazó con fuerza, y Alex sintió cómo algo crujía en su espalda.

—Alex... ¡Me alegra que estés bien! —la robot ocultaba sus lágrimas en su hombro—. No vuelvas a hacer esa idiotez de sacrificarte...

Alex escuchó sus sollozos y finalmente comprendió: Heart sí tenía corazón.

Correspondió el abrazo con alegría, chocando los cinco con Writz, quien acababa de llegar.

—Menos mal despertaste a tiempo —dijo Alex.

—Más bien, agradecele al peluche Gely. Me sacó de la barrera rompiendo el hechizo —rió Writz.

Heart se separó de Alex, limpiando sus lágrimas para volver a su semblante habitual.

—Hiciste bien protegiendo las madrigueras, Writz —dijo, orgullosa.

Alex observó los escombros y los peluches que empezaban a salir de sus madrigueras.

—Creo que tendremos trabajo de reconstrucción para rato...

Heart y Writz reaccionaron al unísono, mirando la destrucción.

—¡Maldita sea! —exclamaron.

Antes de que pudieran decir más, un portal se abrió frente a ellos y Epsilón salió aplaudiendo. Pero, por no fijarse, tropezó con un pedazo de escombro.

Otro idiota...

Alex ayudó al flamoide a levantarse.

—Excelente trabajo, equipo Explorers. No solo encontraron la razón por la que Felfai peligraba, también eliminaron la amenaza de forma eficaz —felicitó el flamoide.

—Claro... —Alex señaló la ciudad destruida detrás de ellos—. Si a eso lo llamas ser eficaz...

Heart le dio un golpecito.

—En fin, debido a la gravedad de la situación, hemos decidido asignar la tarea de reconstrucción a otro equipo; estarán aquí en breve.

Alex, Heart y Writz se molestaron. Después de todo lo que habían hecho, ¿les quitarían el trabajo?

Qué jefes tan amables...

Antes de que protestaran, Crowy, en forma de cuervo, llegó volando desde el portal y se posó en el hombro de Epsilón.

—¡Felicitaciones, equipo! Lo que hicieron fue increíble —mencionó la Skrow—. Ahora, antes de que se quejen, su misión ha sido reformulada.

—¿Reformulada? —preguntó Alex.

—Sí. La misión ahora es acabar con la amenaza metálica que pone en peligro Felfai. Misión cumplida, así que... felicidades.

La respuesta dejó pensando al grupo, hasta que saltaron de felicidad.

—Entonces, ¿cuál será la paga por esta misión? —preguntó Alex.

—Al menos deberían darnos un poco de vacaciones... Ah... Visitar las termas de Alay me ayudaría con este cansancio —bostezó Writz.

—¡Pero si tú no hiciste casi nada! —protestó Heart.

—Su paga original de trescientos Soltz se mantiene, pero la administración les dará un pequeño bono por eliminar la amenaza —explicó Epsilón.

—Tres mil Soltz —agregó Crowy.

Los ojos de Heart casi formaron símbolos de dólar. Era bastante dinero.

—Y junto a eso... un pequeño ascenso.

La palabra hizo que el trío se enfocara en Epsilón.

—El consejo galáctico los asciende a... Rango Planeta.

Los tres saltaron emocionados, abrazándose.

—Al menos nuestro esfuerzo sirvió para algo.

—Acompáñenos para finalizar el papeleo. —Dijo Alex.

Crowy y Epsilón se retiraron dentro del portal.

—Rango Planeta... ¡Increíble! —gritó Heart.

Alex sonreía mientras Writz observaba curioso los bolsillos de Alex.

—Vaya, retoño, ¿esos pantalones tienen bolsillos mágicos? No recuerdo que llevaras esas pistolas cuando llegamos.

—¿Eh? ¿Estás? Me las dio una chica que conocí cuando el río me llevó.

—Pistolas láser de Vaquert... ¿Una Varke? —preguntó Heart, curiosa.

—No, era una Humex. Se llama Beriel. Es muy gentil —Alex se sonrojó ligeramente.

—¿Otra Humex? ¿No estaba infectada, verdad? —preguntó Heart, preocupada. Notó la mordida en Alex—. ¿Me lleva, Alex, ¿te mordieron!?

—¡Wow! Tranquila, no fue Beriel. Fue uno de los robots, el que cayó conmigo en el río.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Writz.

—Tranquilos, estoy bien. Solo me dan dolores de cabeza de vez en cuando.

Heart se cruzó de brazos; la respuesta no la convencía.

—Bueno, ¿y dónde está esa tal Beriel? Me gustaría saber qué te hizo para tratarte... —reclamó la robot.

—Ya no está en este planeta. Tuvo que ir a un lugar llamado... ¡Oh, mierda! ¡Tengo que avisarle a Epsilón!

Alex corrió hacia el portal. Heart y Writz, preocupados, lo siguieron.

—¿¡Cuál es la prisa!?

—¡Hay una horda más grande! ¡En Photogenie!

El equipo entró al portal.

Algo me dice que el papeleo tendrá que esperar un poco más...

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