De Ángel A Princesa

los dos días se pasaron con rapidez, en la mansión Ladezma quedaban muy pocas cosas de Giselle, esa mañana las sirvientas estaban de aquí y allá en la mansión preparando a la familia para el baile de debutantes,

Lo único que Giselle había encargado había sido un vestido de color verde claro con olanes suaves, no quería verse extravagante ni mucho menos.

(Aunque, eso no evita que no me suelten) Pensó ella quien desde la mañana había sufrido las constantes atenciones de las sirvientas y de Lucía, un baño de rosas con aceites fragantes, manicura, un poco de maquillaje y manicura, la chica aún ni siquiera se ponía el vestido y ya se sentía pesada.

En ese momento lucia entró viendo a Giselle

_Parece que ya está haciéndose ideas mentales de lo que viene señorita.

_Bueno, siendo sincera no quisiera ir pero debo hacerlo ya que es mi debut en la sociedad y si me negará mi padre me llevaría arrastrando.

Luego de ser preparada cuando bajo las escaleras noto que Camila estaba en la sala de estar con su típica pose confiada mientras charlaba con Beatriz que estaba sentada a su lado.

Desde lo lejos Giselle las miro y continuo caminando, Beatriz había sido la mejor amiga de Rosaira y aún así se había metido con Kardan.

.........

_Has estado bastante callada -Dijo Kylian mientras iba en el carruaje con Giselle.

_¿Crees?

Kylian recordó como días antes Giselle parecía hablar sola o estar con la mente en blanco, siempre estaba imperativa y solía comportarse extraño pero ya se había vuelto algo habitual en ella.

_Si, muy seguro.

_Solo estoy nerviosa por el simple hecho de vivir sola -dijo la chica - mañana se supone que es el día que me mudo.

_Sigo pensando que debería de vivir contigo, no me da confianza que estés sola.

_Estare bien, aparte no estoy sola estaré con Lucía.

Cuando llegaron al palacio Giselle bajo del carruaje con la ayuda de Kylian y observo delante de ella el palacio imperial, en el cielo siempre había sido fanática de los momentos históricos que se relacionaban con ese tipo de lugares (incluso leía novelas que los mortales hacían) pensó ella con un brillo curioso en los ojos.

Cuando entraron al palacio el lugar estaba decorado de manera ostentosa.

Lo que más le sorprendió a Giselle fue ver las mesas de buffetes, langosta, carne de cordero, vino y jugo de frutas, Giselle de manera disimulada olfateó un poco (Tanta comida, el aire huele a una mezcla exquisita de flores y comida)

pero antes de poder decir algo de pronto el secretario imperial habló.

_ Hacen su entrada, su majestad el emperador Alejandro Nevoria y su alteza el príncipe imperial Matthias Nevoria.

Todos los presentes hicieron una reverencia, Giselle de reojo noto que el emperador tenía el mismo color de piel que Matthias y ojos, Matthias era una copia del emperador así que no había duda de que era el hijo del imperio.

..."dicen que la emperatriz de nuevo está enferma "...

"Cuando nació el príncipe heredero ella enfermo y desde entonces no logra recuperarse"

^^^"Debió de ser difícil para ella hasta la fecha"^^^

Matthias aunque estaba acostumbrado no podía negar sentirse incomodo con aquellos susurros, pero lo que más le afectaba eran sus pensamientos.

(Ni se te ocurra querer irte a media fiesta) Pensó su padre quien le apretó el hombro con algo de fuerza, lo que era un gesto de padre e hijo para los presentes, para Matthias era una orden silenciosa que solo el podía escuchar, en ese momento la voz de alguien llamó su atención.

(Es la primera vez que veo a su alteza vestido de príncipe de verdad, siempre que me lo topo parece un plebeyo o el hijo de un noble cualquiera) Pensó Giselle quien miro a Matthias notando que su mirada se había encontrado con la de el, Matthias no pudo evitar reírse de manera silenciosa y bajo las escaleras siendo rodeado por varios nobles de alto rango incluyendo el padre de Giselle.

Todos querían saludarlo pero en realidad querían ganarse su favor ya que era el próximo emperador, Kardan en cambio solo estrecho su mano y le hizo saber qué con o sin su favorecimiento Matthias siempre tendría su ayuda, Matthias saludo a cada uno pero quería terminar rápido para reunirse con Giselle.

Pero rápidamente se fue el tiempo y la música del primer baile comenzó a sonar, todos los jóvenes se reunieron en fila de dos, mujeres y hombres, todos jóvenes de solo 15-16 años que estaban ahí para hacerse conocer en la sociedad, después del baile de debutantes era sabido que venía el baile de los adultos algo que Beatriz esperaba ansiosa para robarse la atención con su vestido violeta con perlas que había comprado, el violeta era un color bastante difícil de conseguir en Nevoria debido aque provenía de una flor exotica que solo se encontraba en el imperio de Koveriam, era un color bastante caro y destacado entre las damas.

Cuando el baile comenzó Giselle tomo la mano de su acompañante, el joven hijo de la familia de un conde, entre los recuerdos de Giselle a ella le gustaba bailar, había tomado clases para mejorar y para Lionette era uno de sus pasatiempos favoritos.

_Es muy habilidosa en esto -rio el chico que la acompañaba

_Muchas gracias

A mitad del baile las parejas se soltaron dando una pequeña vuelta, pues la mano que tomarán sería su último compañero de baile, así era el cambio de acompañante.

Giselle recordaba como en su primera fiesta en la casa Calisto había tomado la mano de Matthias en el baile, había sido algo incómodo pero muy dentro de ella deseaba que volviera a pasar pero cuando se giro la mano que tomo había sido la de Russell.

_Esta hermosa señorita Ladezma -murmuro Russell tomando la cintura de Giselle- me recuerda a la primavera.

_Joven Calisto -dijo Giselle fingiendo una sonrisa-

Russell podía sentir la incomodidad de Giselle, luego de dar una vuelta el hablo en voz baja solo para que ella pudiera escuchar.

_Le debo una disculpa, mi comportamiento no fue maduro ni educado en ese momento.

_Ah.

_Se supone que ese compromiso sea tuyo y mío pero mí madre también fue adoptada por su familia, así que se sintió identificada con Beatriz y le tomo cierto cariño -explico Russell con una expresión llena de dolor- aunque seré el próximo archiduque, no tengo voz ni voto por el momento así que fui obligado a aceptar a la señorita Beatriz.

Giselle lo miro intentando confiar en sus palabras pues aún recordaba el tema del collar y el encuentro en el restaurante de la plaza, pero el rostro de Russell mostraba cansancio y emociones encontradas, antes de que Giselle pudiera hablar el la interrumpió.

_Lo que menos deseo es que nuestra amistad se vea afectada por mi comportamiento y quiero pedirle una disculpa y seguir siendo como antes.