Mayday Y Sus Magníficas Vacaciones En Amphy City

Esa horrible pesadilla me había dejado bastante asustada, tanto que salté de mi cama y comencé a llorar, quería a mi mami, a mi papi, deseaba que ellos estuvieran aquí conmigo pero por más que lo deseara. no estaban ni estarían aquí conmigo en un largoo tiempo.

—Mami… Papi… —sollocé en voz baja—.

Ellos solían cantarme una canción cuando tenía una pesadilla o cuando entraba en pánico, siempre estaban para mí, sin embargo en ese momento tan solo pude abrazar a mi conejo de felpa mientras lloraba en silencio intentando no despertar a Jade quien aún dormía con tranquilidad a mi lado.

Mientras lloraba en silencio, las sirenas de la policía se acercaban cada vez más a la casa de mi abuelita. No solo el abuelo había desaparecido sino que ahora también una de mis primas había fallecido de una manera bastante horrible, y esto lo sabían gracias a que una chica vestida de mimo le envió una selfie a Clara.

Cuando pude calmarme me bajé de la cama con cuidado para caminar hacia la puerta de la habitación, solo que al intentar abrirla, la puerta se abrió de golpe para revelar a Elizabeth quien parecía más contenta de lo normal. En sus manos, tenía una bolsa con una hamburguesa dentro.

—Vaya, no esperaba que te levantaras tan rápido pero mira te traje, la mejor hamburguesa de todas —dijo, ofreciéndome la bolsa—.

No tuve la voz para responderle así que tan solo asentí y agarré la hamburguesa que me había traído para cenar. Tampoco sabía si mi pesadilla era tan solo un mal sueño o era realidad, realmente no quería saberlo así que tan solo me dispuse a comer mi hamburguesa ignorando por completo la presencia de Elizabeth. Quien estaba acariciando mi cabello y seguía sonriendo.

—Eso es come, para volverte grande y fuerte

Debido a la visita de la policía, Lana me llevó a dar una vuelta por la ciudad junto a Clara, no entendía por qué pero ella quería alejarnos de la policía y de lo que estaba sucediendo dentro de la casa.

En el camino pude ver como había carteles de personas desaparecidas regadas por el suelo lleno de nieve, eran niños, y adultos por igual. Lo que sea que fuera lo que vi en mi pesadilla estaba claro que esa cosa no diferenciaba entre niños o adultos.

—Clara, no te separes de nosotras —dijo Lana mientras me cargaba en sus brazos—.

—S-sí, Lan —respondió con la cabeza abajo y con una voz más apagada de lo normal—.

—¿A dónde vamos? —pregunté adormilada mientras estaba recostada en el pecho de Lana—.

—No lo sé, aunque me muero por comer algo

Tenía demasiado sueño, la hamburguesa que me había comido me estaba generando sueño, con los ojos entrecerrados pude ver a lo lejos a una mimo de pie junto a un cartel, en el que se hablaba del aborto. Ella tenía un feto lleno de sangre en sus manos.

Creí que era la única que la vio, al menos hasta que vi que Clara también lo había visto, y estaba comenzando a respirar con dificultad al ver a la mimo. Ella la saludó con la mano del feto, el cartel se prendió en llamas, mientras revelaba la frase:

“Yo se tu secreto”

Clara, aterrada, tan solo agachó la cabeza y caminó más cerca de nosotras para intentar no separarse. Lana hambrienta nos llevó a una tienda para comprar un refrigerio para ella, solo que al entrar a la tienda, nos dimos cuenta de que a lo que habíamos entrado no había sido una tienda, sino un hospital abandonado.

—¿Qué? ¿Qué es este lugar?

Justo en ese momento una alegre canción navideña comenzó a escucharse en los altavoces del hospital. Las luces de todo el hospital comenzaron a parpadear, hasta encenderse.

—Clara Brown, por favor pase a la sala 23, es una urgencia —dijo un doctor desde el altavoz—.

—¿Qué? Clara, ¿por qué?

—N-no lo sé —respondió asustada—.

—¡Clara! —gritó rubí corriendo por uno de los pasillos del hospital—

—¡¿Rubí?! —Clara al ver a su hermana no dudo en correr detrás de ella—. ¡Rubí! ¡Espera! —añadió persiguiendo a la que parecía ser Rubí—.

—¡Clara! ¡Espera! —gritó mientras perseguía a Clara por los pasillos—.

Perseguimos a Clara por los pasillos del hospital; una telaraña rosada no tardó en hacerse más presente con cada pasillo que cruzábamos, con cada paso que dábamos, nos acercaba más y más al nido de una araña.

—¿Qué? ¿Qué demonios es eso?

Cuando estuvimos a nada de alcanzar a nuestra prima, Clara entró a una sala especial donde los doctores trataban a las mujeres embarazadas. No pudimos entrar con ella pues la puerta se cerró frente a nosotras, dejando a Clara totalmente sola dentro.

—¡¡Clara!! ¡¡Abre la puerta!! —gritó Lana golpeando la puerta con su palma—.

Lana no tardó en bajarme para intentar forzar la puerta, aún estaba adormilada por lo que no podía entender qué estaba sucediendo, lo único que entendía era que estaba empezando a soñar despierta, como si alguien me estuviera mostrando lo que estaba ocurriendo detrás de esa puerta, era como una visión. Mis ojos se volvieron blancos mientras veía la visión.

—¡¡Lana!! —Clara trató de escapar pero se quedó paralizada al escuchar la voz de Elizabeth detrás de ella—.

—¿Y el padre ya lo sabe? —preguntó Elizabeth mientras cargaba un bebé en sus manos—

—Por… por favor, perdóname, perdóname, no quise hacerle daño a May —imploró mientras tenía una voz llorosa—

—Ay Clara, ¿Qué diría tu novio si descubre que te acostaste con su Hermano?

—¡¡Liz!! ¡¡Por favor!!, ¡¡Ten piedad!!, ¡¡Y déjame salir!!

—¡¡Clara!! —gritó Lana desesperada—

—Ow, tranquila, yo no voy a matarte, pero tu hijo tiene mucha hambre —dejó caer al feto muerto al suelo— Y como madre prematura, es tu deber amamantarlo

El feto comenzó a crecer de tamaño, al igual que sus brazos empezaron a deformarse, volviéndose afiladas cuchillas. Hambriento se lanzó hacia Clara para matarla de un mordisco. Solo que antes de hacerlo, Clara fue sacada de la sala de un tirón por Lana, cayendo en el pasillo.

El feto aún hambriento estuvo a punto de lanzarse hacia ellas cuando rápidamente cerré la puerta para evitar que el feto pudiera comerse a su madre.

—¿Qué demonios era eso? —preguntó Clara jadeando—.