DEMONIOS VANNECELLI

**Mateo Vannecelli**

-Mientras me dirigía al salón, me detuve y le pregunté-¿Quién es ese chico?

-Él respondió-Se llama Maximiliano, está en el salón C. Es el líder de una pandilla de la escuela y es muy peligroso; también se dedica a organizar peleas ilegales.

-Por curiosidad, le pregunté-¿Por qué permites que te golpee?

-Con un tono de aprehensión, contestó-Porque le tengo miedo. Si quiere, puede matarme; lo mejor es no involucrarse con él y seguir sus reglas. Le dije- A veces es necesario ser valiente y enfrentar a esas personas, de lo contrario, nunca te dejarán en paz. Permíteme presentarme-soy Matteo Vannecelli.

-Él sonríe y dice-Lo sé, mi nombre es Luker Romano.

-Nos damos la mano, y le digo-Luker, ¿sabes dónde se llevan a cabo esas peleas ilegales?

-Él responde-Sí, ¿por qué lo preguntas?

-Sonrío y le digo-Podrías llevarme a una de ellas.

-Él me mira sorprendido y dice-Podría llevarte, pero puede ser peligroso.

-Sonrío, coloco mi brazo sobre su hombro y le digo- El peligro es lo que hace las cosas divertidas, así que entremos.

-Al ingresar al aula, el profesor nos reprende por llegar tarde, pero finalmente nos permite pasar. Me siento al lado de mis primos. Liam me pregunta- ¿Qué te pasó?

-Le respondo- Acabo de conocer al líder de la pandilla de esta escuela y tuve una pelea con él. El imprudente sabe pelear y, además, participa en peleas ilegales.

-Liam me mira sorprendido y comenta- Suena muy interesante.

- Elio levanta la mirada y pregunta- ¿Yo quiero ir? ¿Cuándo será?

-A lo que respondo- Pensé que estabas durmiendo. Aún no lo sé, nuestro amigo Luker me avisará cuando salgamos.

-Sonreímos. El profesor asignó un trabajo en grupo de cuatro integrantes, así que nos unimos con Luker. Tras finalizar las clases, suena el timbre que marca el momento de salir de la escuela. Caminamos por el pasillo y Luker pregunta- ¿Dónde nos reuniremos para hacer el trabajo?

-Elio sugiere- Podemos reunirnos en mi casa o en la casa V.

-Luker, con un tono de duda, responde- ¿La casa V?

- Yo respondí- Es la casa que tenemos para reunirnos todos los primos; podríamos hacerlo allí o en tu casa.

- Él se mostró sorprendido, movió la cabeza en señal de comprensión y comentó- ¿En mi casa? Pero mi casa es pequeña, no sé si será posible...

- Elio lo interrumpió con entusiasmo-¡En tu casa! Nunca hemos estado en un lugar tan humilde, ¡sería increíble!

- Le di un codazo, siempre tan imprudente, y le dije-Si quieres, podemos hacerlo en tu casa; por nosotros no hay problema.

- Él sonríe, saca de su bolso un cuaderno y un lápiz para tomar nota, y luego me lo entrega al ver su número de teléfono y una dirección que imagino es su hogar. Él dice- El trabajo debe entregarse el viernes; si lo desea, podemos adelantarlo hoy.

- Liam comenta- ¿En serio iremos a su casa? ¿No será peligroso?

- Elio le da una palmadita en la espalda y le dice- No seas aguafiestas, no todos los días visitamos la casa de una persona humilde. Además, contaremos con la presencia de nuestros escoltas, así que no pasará nada.

-Él hace un gesto pero asiente. Salimos de la escuela donde mis primos ya nos estaban esperando. Aún no han llegado nuestros carros cuando comienzan a aparecer algunos vehículos que me resultan familiares. Varios autos se detienen mientras todos los estudiantes de la escuela observan. Veo que se abren las puertas y desciende Jim, un chico que siempre se ha creído superior a nosotros, conocido por ser el vocero de la escuela, acompañado de su novia. Luego, se bajan otros estudiantes. A continuación, del otro vehículo descienden mis hermanos gemelos y mi prima, hermana de Liam. La escuela nos observa y, tras ello, nos dirige una sonrisa. Yo levanto una ceja y me pregunto: ¿Qué hacen ellos aquí, rodeados de esos tarados?. Me dirijo hacia ellos con mis primos; Liam parece estar bastante molesto. Al acercarnos, mientras los demás alumnos permanecen expectantes ante la situación, Jim dice-¿Así que esta es su nueva escuela? Una institución para personas pobres, qué horror. Pero, en fin, este es el lugar que merecen por revoltosos.