Amor Infinito

Amor Infinito 

Elsa Isasa 

Capítulo 10:¿Qué Sientes por mí.? 

– Dime, Maja. ¿Qué sientes por mí? – dijo mirándola extasiado. Ella tenía los labios rojos de tantos besos y los ojos brillantes aún del deseo recién vivido a pleno. 

Ella levantó la mano y le acarició con suavidad el rostro. 

– Eres el hombre más bueno que conozco. Salvaste a Bruno. Yo..yo te admiro y te…quiero mucho. 

– Tengo dinero Maja. Más de lo que podría gastar en mí vida. Puedo hacerlo e incluso lo hago con gente que nunca conoceré.¿ Para qué más puede servir el dinero?Pero tú, tú me miraste de una manera especial en el bar de César. Era una mirada como pidiendo ayuda, como asustada o inquieta.--

– Tenía miedo. Tenía temor que me encuentren los mismos que mataron a mis padres. Y eras extraño. Nunca te había visto en ese lugar. –

– Y ahora.¿Ahora como me miras?-- dijo Leonardo. 

– Yo solo te miro. No sé cómo. Te miro y soy feliz. –

Maja no quería decir que lo amaba. Que era su pasión prohibida. Que era lo mejor que le había ocurrido desde que su hermano se curó. 

Leonardo le separó los labios turgentes y hundió su boca y su lengua en esa boca que le atraía. 

Ella aún no lo amaba- pensó. Era solo gratitud y admiración.

Sintió el gemido de Maja y su mano entró dentro de ella. Estaba húmeda y palpitaba. El deseo creció. 

–Di mí nombre Maja. - 

– Leonardo. Por favor…

– Maja.. Maja .

Y el paraíso prometido llegó cuando volvió a entrar en ella y empezó a moverse y sentir los movimientos de su mujer. 

– Eres mía Maja. Eres mía. – le repetía él en cada movimiento. 

– Soy tuya. Soy solo tuya– repetía ella a su amante. 

Cómo cada noche, después de varias horas de sexo,  el cruzó los corredores con ella en brazos hacia su alcoba y la dejó en su cama. 

No quería que nadie hable mal de Maja. ¿Que pasaría con ellos?, él no sabía. Solo sabía que la necesitaba y que en este momento de su vida ella lo era todo. Era la luz que le rescató de la oscuridad. Sus pechos y su sexo eran el manantial donde el bebía su sabor. No podía perderla. No quería perderla. 

Maja despertó al otro día con las caricias de su hermanito. 

El había llegado hasta su cama solito. Maja ya no cerraba las puertas. Ya no tenía miedo. Ahora solo se tenía miedo a si misma. A olvidar su misión y su trabajo. 

Se higiénizo y fue con su hermano al comedor. 

– Señor Valente. - dijo Bruno y corrió a sus brazos. 

Maja lo miraba con ojos muy abiertos. Él estaba allí. 

Había venido a desayunar con todos. Paula también parecía distinta. Tenía un brillo de alegría en la mirada. 

– Buen día Señor Valente - pudo articular Maja. 

– Buen día – dijo él y la beso. 

Allí delante de todos le besó fugazmente en la boca. 

Su hermanito la miró con asombro. Paula con una sonrisa. Ella enrojeció de vergüenza. 

El comía con apetito y conversaba con Bruno. Cómo si Bruno fuera su hijo. 

– Apenas mejores un poco más irás a la escuela. Mí chófer te llevará y te buscará Bruno. 

– En serio.¿ Podré ir a la escuela?. Ya estaba en quinto grado cuando me enfermé. - dijo y luego miró a su hermana - ¿podré ir Maja? –

– Bueno – respondió ella aún cohibida. 

Comieron todos y los empleados se levantaron. Maja como siempre ayudó a Paula. Bruno salió a caminar con el señor Valente. 

Paula vió el rostro de Maja aún enrojecido por el beso robado. 

No quería hablar específicamente de ese beso inapropiado pero si tenía cosas que decir. 

– Es la primera vez que en años Leonardo viene a desayunar con nosotros. Haz logrado traer la navidad a esta casa. –

– El señor debía sentirse solo. Yo no hice nada. – 

– Eso crees?  Pues yo creo que ha venido a la mesa por Bruno y por ti. – dijo socarronamente Pabla. 

– El ama a mí hermanito. Verdad ? 

– El ama a todos los niños. Cuando la señora Magdalena no quería tener hijos, él estuvo a punto de adoptar. Y de inmediato ella quedó embarazada. 

Maja la miraba con cierto asombro. 

– Eso fue bueno, verdad. El que haya quedado embarazada. Espero que ella y el hijo del señor Valente estén bien de salud. Espero que los secuestradores no le hagan daño. –

– Bien. Puede ser. Son secuestradores raros. Nunca pidieron rescate a pesar de que Leonardo habló con todos los medios de TV y gráficos. – 

Maja quedó pensando en esa charla. 

Cuando intentó salir al patio él le dijo.

–En el patio estoy creando una sorpresa. En dos días será navidad y la descubrirás Maja. Ahora está prohibido salir. Yo pasearé con Bruno.-

– Está bien señor. Trabajaré en mí recámara - dijo. 

–¿Señor?

– Leonardo – respondió Maja y volvió a enrojecer. 

En el parque preparaban una especie de fuente sobre un muro y las orquídeas llegaron para prenderlas en la pared de piedras donde el agua correría. 

– Que hacen señor Valente?-

– Una sorpresa de navidad para Maja - dijo. 

– Usted quiere a mí hermana verdad. 

– Si. La quiero mucho. 

– Ella encontrará a su esposa y a su hijo. Se lo puedo asegurar. – dijo el niño. 

– Eso espero. ¿Porque tiene tu hermana ese signo grabado en el cuerpo?-- preguntó. 

– Cuando mí papá y mí mamá murieron ella se grabó el signo infinito. Eso me contó.” El amor es para siempre significa”. 

– El amor es para siempre - repitió Leonardo. 

– Así es Señor. Así me dijo Maja. El amor supera la muerte. Eso me dijo. - repitió el muchachito.

– Es verdad Bruno. Yo te querré eternamente. - dijo Leonardo. 

– Yo también señor. Le querré toda la vida así como amo a mí hermana. Usted me salvó. Ella me contó. Esta muy agradecida por lo que hizo por nosotros. –

–¿ Agradecida verdad? Si, eso me dijo.- respondió. 

Pero en su interior Leonardo pensaba : ojalá me amara. Eternamente. Cómo el infinito. 

Caminó con el niño de la mano. Eso que sentía por Maja le volvía incongruente. ¿Porque la beso en el comedor frente a los empleados? Se había prometido que no hablen mal de Maja y apenas la vió la beso. 

Pero él sabía lo que fue eso.

Eso fue pasión y celos. Esos sentimientos que le hacían dar vueltas sus propias decisiones. Así como el grabado de Maja. Cómo el infinito.