Ella y Emma

"Gracias, esperamos su regreso, hermana mayor." Dijo Emma sonriendo lo más amablemente posible.

Hoy Emma seguía con sus actividades, que eran trabajar en un café como cajera. Como no tenía nada que hacer, era mejor que se mantuviera ocupada trabajando. De todas formas, estar en casa solo significaba peleas y más peleas.

A Emma le daba pereza seguir discutiendo con su madre. Además, su padre también estaba en casa. El reloj ya marcaba las 12 de la noche, y Emma y los demás empleados ya habían empezado a recoger para cerrar el café.

Esta noche era domingo por la noche (lunes por la noche), lo que significaba que tenían que trabajar más, ya que muchas parejas venían solo a comer y beber algo.

Ya fueran parejas de familia, novios o incluso grupos de adolescentes.

"¿Ya está todo listo? ¿Hay algo más?" Preguntó Gladis a Emma.

"No, solo hay que tirar la basura." Respondió Emma casualmente.

Gladis, al oírlo, preguntó: "¿Tirar la basura? ¿No es tarea de Dendy?"

"Se supone que sí, pero antes se despidió, dijo que su madre estaba en el hospital y no había nadie que la cuidara. Así que, bueno, yo tiraré la basura." Respondió Emma mientras cerraba la puerta.

Emma trabajaba en el café con otros empleados, haciendo de camarera y cajera. Gladis se encargaba de la cocina y Dendy de lavar los platos, por lo que también se suponía que era su tarea tirar la basura.

Como su madre estaba en el hospital y no había nadie que la cuidara, se apresuró a ir al hospital, recordando que su hermana menor, que estaba en el hospital, tenía que ir a la escuela a la mañana siguiente.

"Oh, ya veo, ¿necesitas que te acompañe?" Ofreció Gladis.

Emma negó con la cabeza: "Puedo sola. Mejor vuelve a casa, ya es tarde." Dijo Emma con preocupación.

"¿Estás segura?" Preguntó Gladis una vez más y Emma asintió.

"Bueno, entonces me voy primero, adiós." Dijo y se fue.

Mientras que Emma caminó hacia la parte trasera del café para tirar la basura.

¡Pum!

Se oyó el sonido de la bolsa de basura al caer. Emma observó la bolsa de basura, y entonces algo se le ocurrió, haciendo que Emma sonriera.

"¡Vamos a jugar!" Susurró con una leve sonrisa.

En esta noche oscura como boca de lobo, una chica... ah, rectifico, una mujer. Estaba dormida en su suave cama.

Pero por alguna razón su sueño se había vuelto inquieto, haciéndola moverse de un lado a otro buscando una posición cómoda. Desafortunadamente, eso no la hacía sentir más cómoda, sino que la hacía sentir acalorada y abrió los ojos.

"¡Tsk! ¿Por qué se habrá apagado el aire acondicionado?" Refunfuñó con frustración.

Se levantó de la cama y caminó hacia el interruptor de la luz para iluminar su habitación tenuemente iluminada.

¡Clic!

La luz se encendió e inmediatamente su habitación se iluminó. Cogió el mando a distancia del aire acondicionado y lo encendió de nuevo, ajustando la temperatura. No se dio cuenta de que todos sus movimientos estaban siendo observados por alguien.

Alguien que la había estado observando desde hacía un rato caminó en silencio hacia el cuerpo de su presa.

"¡Arkhhh!" Gritó la mujer sorprendida cuando de repente se dio la vuelta y vio una figura negra detrás de ella con una sonrisa afilada.

La persona vestía ropa negra de pies a cabeza, incluso su rostro estaba cubierto por una máscara también negra.

De arriba a abajo, todo era negro. "Ji ji ji, hola," saludó la persona riendo suavemente.

"¿Qui-quién eres? ¿Qué quieres en mi habitación?" Dijo la mujer con miedo.

"¿Yo? ¡Soy tu ángel de la muerte, Clara!" Susurró con nitidez, dejando a Clara petrificada.

"Á-ángel de la muerte." Murmuró Clara con sudor corriendo por sus sienes.

Las gotas de sudor no dejaban de salir, su cuerpo temblaba indicando que estaba aterrorizada. "¡Sí! ¡Ángel de la muerte!" Respondió la persona de nuevo.

Clara negó con la cabeza frenéticamente, tratando de alejarse de la persona misteriosa. Pero desafortunadamente, en la habitación que no era demasiado grande, ya no había espacio para escapar.

Su cuerpo ya estaba pegado a la pared, mientras que la figura misteriosa seguía acercándose con una mirada afilada.

"¡No! Vete de mi vista." Gritó Clara de nuevo.

Por desgracia, Clara estaba sola en su casa en ese momento. Mientras que sus padres habían ido a trabajar y aún no habían regresado. Desde que se arruinaron, los padres de Clara trabajaban como sirvientes para otras personas.

Su padre trabajaba en un café que abría las 24 horas y casualmente esta noche era el turno de noche. Mientras que su madre trabajaba en un bar y era animadora allí. Es lamentable, pero ¿qué se podía hacer? La única forma de conseguir dinero rápido era trabajar así, mientras que Clara había decidido tomarse un descanso del trabajo porque estaba demasiado cansada de atender a los hombres adinerados.

"Por favor, vete y déjame ir." Dijo Clara conteniendo su miedo.

"¿Dejarte ir? Podría, podría dejarte ir. Pero después de que juegue un poco, ji ji ji." Dijo con una risita que hizo que Clara se estremeciera.

"No, te lo ruego, no. Hiks! No te he hecho nada malo, así que ¿por qué me haces esto?" Divagó Clara llorando.

"¿Estás segura de que no me has hecho nada malo, hmm? ¿Acaso no me has torturado, acosado e incluso golpeado la cabeza contra el retrete hasta sangrar? ¿Olvidaste que cometiste un acto criminal contra mí?" Dijo la persona con un tono tan plano.

Clara frunció el ceño "de-de qué hablas, no entiendo." Dijo Clara.

La persona puso los ojos en blanco con pereza, y luego, sin previo aviso, se quitó la capucha que había cubierto todo su cuerpo, sin olvidar que también se quitó la máscara y mostró su rostro a Clara.

Clara abrió los ojos con incredulidad, sus ojos se abrieron como platos al ver a la persona que tenía delante. "¡Tú!" Dijo con un tono tan alto.

"Sí, soy yo, Emma! Encantada de conocerte, Clara. Y prepárate, porque tu final está cerca." Dijo Emma con una leve sonrisa.

Emma se acercó cada vez más con un rostro adornado con una leve sonrisa que la hacía aún más horrible. Además, el puñal que había estado sujetando comenzó a levantarlo y lo alzó justo en el globo ocular de Clara.

"¡Estás loca! ¡No te acerques o gritaré ahora mismo!" Dijo Clara gritando.

"Grita todo lo que quieras, Clara. ¿Olvidaste que tu pequeña casa está lejos de la multitud hm? Así que no importa cuánto grites, no habrá nadie que pueda oírte y ayudarte en este momento." Emma estaba ahora justo delante de Clara.

Incluso el aliento de Clara se sentía en su rostro, sin duda el rostro de pánico de Clara en ese momento era un entretenimiento para ella. Lenta pero seguramente el pequeño puñal comenzó a acercarse al globo ocular de Clara.

"Tus ojos son bonitos, y me gustan. Déjame quitártelos." Dijo Emma que inmediatamente clavó su puñal en el ojo izquierdo de Clara.

"¡Arghh!" Clara gritó de dolor cuando el objeto afilado penetró en su globo ocular.

La sangre fluyó inmediatamente tan fuerte que empapó la cara de Emma. Emma lamió la sangre que fluía de su puñal.

"Hmm, no esperaba que tu sangre fuera tan dulce. Aunque eres una persona podrida." Dijo sonriendo levemente.

Emma estaba tan loca como un demonio que no había comido su ofrenda durante mucho tiempo. Clara seguía gritando pidiendo perdón para que la dejaran ir, pero Emma hizo oídos sordos y continuó con su actividad.

No contenta con la parte del ojo izquierdo, Emma volvió a apuñalar el ojo derecho y ocurrió lo mismo. "¡Me gusta esto! ¡Me gusta jajajaja!" Su alma psicópata se levantó y a Emma le gustó eso.

¡Sreekk!

¡Kreeek!

"¡Arrgghhh!!"

La paciencia de Emma se había agotado, sin piedad Emma decapitó a Clara hasta que se separó, haciendo que toda la sangre salpicara y golpeara cada rincón de la habitación. Emma sin piedad abrió el vientre de Clara y sacó las entrañas de Clara sin el menor asco.

Emma revolvió las entrañas de Clara. Cogió algunos órganos importantes para venderlos, como el corazón, el hígado, los riñones y otros órganos vitales. Sonrió levemente. "Además de tus ojos, también me gustan las entrañas de tus órganos vitales."

"¡Uf! Cansado, ¡pero divertido!" Dijo con una cara sonriente satisfecha.

Después de jugar satisfactoriamente, Emma salió de la casa tranquilamente como si no hubiera hecho nada. Emma tenía un poco de alma cruel, rara vez aparecía esa alma, pero por alguna razón esta noche se había soltado hasta el punto de revolver las entrañas de Clara.

Normalmente solo jugaba un poco y no llegaba a esto. Pero por alguna razón esta noche la obligó a hacer eso. Emma se fue sin más con una cara que volvió a la normalidad.

"Lo siento si estaba demasiado entusiasmada, pero no importa. Al menos deberías agradecérmelo. Porque te he matado y he aliviado la carga de tus padres." Dijo tranquilamente mientras silbaba.