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El Despertar De Luna: En Las Manos Del Enemigo

El Despertar De Luna: En Las Manos Del Enemigo

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Romance paranormal / Traiciones y engaños / Venganza de la protagonista / Reencarnación / Poderosas criaturas sobrenaturales
Popularitas:61.8k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Alondra Beatriz Medina Y

En un mundo donde los humanos temen a los lobos y los lobos temen a su propia naturaleza, Rachel Montemayor despierta en un calabozo, atrapada entre dos identidades. A lo largo de su vida, ha luchado por controlar su lobo interior, pero ahora, en la víspera de ser vendida como esclava en la ceremonia de ascenso de Desmond, su destino parece sellado. Mientras las ofertas se lanzan como dagas en el aire, Rachel debe decidir: ¿se someterá a la vida de un objeto, o encontrará la fuerza para reclamar su libertad y desatar el poder que siempre ha llevado dentro?

¿Es Ethan un Villano o un Héroe Trágico?

¿Puede la cercanía sanar las heridas del pasado?

¿Es posible cambiar el corazón de un hombre frío como Ethan?

En un juego de traiciones, poder y autodescubrimiento, Rachel se embarcará en una lucha que podría redefinir no solo su vida, sino el equilibrio entre humanos y lobos.

Podrá Rachel descubrir: ¿Qué hay detrás de la fachada del 'hombre de corazón frío'?

NovelToon tiene autorización de Alondra Beatriz Medina Y para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El Hombre de Corazón Frío

No podía desprenderme de la impresión del cuerpo de Rachel, tan delicado y frágil, presionado suavemente contra el mío, envuelto en mi capa. Mientras el carruaje se deslizaba por el camino que conducía a mi mansión, una extraña combinación de satisfacción y preocupación comenzó a agolparse en mi interior. Había logrado rescatar a una mujer de un destino peor y más oscuro, pero era consciente de que lo que nos esperaba en el futuro no sería un camino sencillo. El peso de mi faena se asentaba en mis hombros, y aunque el alivio de haberla salvado era innegable, la incertidumbre sobre lo que vendría después me llenaba de inquietud.

No sabía qué esperar al llegar a mi gran mansión, pero las miradas de mis lobas y criadas me hicieron sentir una mezcla de incomodidad y cierta satisfacción. Aquellos murmullos despectivos, que vibraban en el aire como el sutil canto de serpientes, resonaban con un eco familiar.

— El "hombre de corazón frío" había traído a una mujer a casa…

Claro, eso era lo que decían. ¿Acaso no sabían que la vida en este mundo distópico era una lucha constante por sobrevivir? En mis manos no solo sostenía a Rachel Montemayor; sostenía la vulnerabilidad hecha carne, un desafío en cada latido que provocaba el frenesí de un instinto protector que no sabía que existía en mí.

Las lobas, que son mis más leales y de confianza criadas, corrieron presurosas hacia mí en cuanto me vieron llegar. El aire se llenó de susurros, como si un murmullo colectivo de comentarios furtivos envolviera el ambiente. Hablaban de mí "el hombre de corazón frío" que traía consigo a una mujer, casi como si la consideraran un trofeo que había ganado. Algunas de ellas mostraban un claro interés, sus rostros iluminados por un brillo de curiosidad, mientras que otras mantenían una actitud más escéptica, como si no pudieran creer lo que estaban presenciando. La curiosidad reflejada en sus ojos era palpable, pero la mayoría de ellas ya conocía bien mi reputación: un hombre frío, calculador, impenetrable y arrogante. Era evidente que ninguna de ellas había anticipado que verían a una mujer en mis brazos, lo que hacía el momento aún más sorprendente y cargado de significado.

— ¡Ethan! —llamó una de ellas, su voz temblando entre la sorpresa y la expectativa—. ¿Es… es ella?

— ¡Llévenla a los baños y vístanla bien! —ordené a mis criadas con la firmeza sin dar cabida a más preguntas, palabras propias de un hombre que nunca se detiene ante los juicios ajenos. Sabía que, aunque mis palabras parecieran bruscas, eran necesarias. Rachel necesitaba cuidados, y aunque no había planeado ser su salvador, ahora era mi responsabilidad.

Mientras la transportaban, podía sentir el peso de las miradas que se posaban sobre mi espalda. Hombres y mujeres que se encontraban en la casa murmuraban entre ellos, intercambiando comentarios que, a pesar de mis oídos habituados a filtrar el ruido de la mediocridad, lograban colarse en mi consciencia. Pero en el fondo de mi ser, era consciente de que varios de ellos anhelaban ver mi caída, deseaban que Rachel se convirtiera en una más de las víctimas de mi insaciable locura, de mi sed de sangre. Sin dejar que esos pensamientos me distrajeran, me dirigí hacia mi habitación, resoluto y decidido a enfrentar las consecuencias de mis acciones.

Mientras caminaba hacia mi habitación, pude verlas pasar a mi lado. Ellas compartían risitas nerviosas y susurraban entre sí, intrigadas por la posibilidad de lo que esa joven significaría en mi vida. No les presté demasiada atención en ese momento; estaba completamente concentrado en la decisión que había tomado y en lo que debía hacer al respecto.

Me sumergí en un mar de tareas y responsabilidades que un príncipe heredero, destinado a convertirse en el futuro emperador, debía cumplir. Me perdí entre la inmensidad de esos trabajos, involucrándome tanto en ellos que apenas me di cuenta de que habían transcurrido casi dos horas. La carga de mis obligaciones me absorbió por completo, alejándome de cualquier otra distracción.

Mi mente se aclaró de repente y, en ese preciso instante, me vino a la memoria que había adquirido una nueva responsabilidad: cuidar de Rachel. Sin pensarlo mucho, me dirigí hacia su habitación. Al llegar, dudé un momento antes de entrar, pero finalmente tomé la decisión de hacerlo. Una vez dentro, mis ojos se posaron en Rachel, quien yacía tendida en la cama, profundamente dormida. Su rostro presentaba una serie de moretones y cortes, huellas inequívocas del sufrimiento y la tortura que había soportado. Al ver esas marcas en su piel, algo en mi interior se agitó; sentí un impulso ferviente por hacer justicia, por encontrar la manera de sanarla, aunque solo fuera físicamente, de aquel dolor que había soportado.

Era una sensación desconcertante la que me invadía, esa prisa que no podía controlar. A pesar de lo extraño de la situación, me acerqué a ella y tomé asiento a su lado, inclinándome ligeramente hacia ella. Tenía una habilidad especial, algo que solo yo conocía y que, en este momento, parecía vital: mi saliva tenía el poder de acelerar la curación de las heridas, sin importar cuán profundas fueran. Aunque nadie a mi alrededor era consciente de este don oculto que poseía, había una voz interior que me insistía que no podía dejarla así, desprotegida y sufriendo. La urgencia por ayudarla crecía en mi interior, y su bienestar se convirtió en mi prioridad, haciendo que el resto del mundo perdiera relevancia mientras me concentraba en su necesidad.

Me acerqué lentamente, dejando que mis dedos se deslicen suavemente sobre su piel, que estaba marcada por cicatrices. Cerré los ojos y, inclinando un poco mi cuerpo hacia ella, comencé a lamer con delicadeza las heridas que adornaban su piel. La experiencia era provocativa, casi como un secreto compartido entre nosotros, y a pesar de ser plenamente consciente de que era un gesto necesario, no pude evitar que una parte de mí respondiera al cálido encanto de su proximidad.

— ¿Qué crees que estás haciendo? —pronunció de repente, y en ese instante, su voz resonó en el aire.

De manera repentina, Rachel despertó de forma abrupta. Sus ojos se abrieron de golpe, y al hacerlo, se posaron en mí con una expresión que combinaba terror y furia, una mirada que me paralizó y me heló la sangre. Sin previo aviso, en un arranque de emoción intensa, levantó su mano y me abofeteó con una fuerza inesperada. El sonido del impacto resonó en la habitación, vibrante y ensordecedor, como si un trueno hubiera estallado en el interior de cuatro paredes. Quedé atónito, dando un paso atrás, completamente sorprendido por su reacción visceral y desmedida.

—¡Eres un pervertido! —gritó, su voz temblando entre la indignación y el miedo.

— ¿Pervertido? —repliqué, sintiendo cómo la indignación ardía dentro de mí. Ninguna mujer había tenido el valor de abofetearme antes; nadie se atrevía a cuestionar mis acciones de esa manera. —¿Cómo te atreves? —exclamé, mostrando claramente mi indignación—. Ninguna mujer antes había tenido la osadía de tocarme.

—Entonces seré la primera —respondió con desdén, y esas palabras fueron todo lo que necesitaba para que un ardor intenso encendiera mi rabia.

— ¡Tú...! — exclamé, sintiendo cómo una intensa irritación se apoderaba de mí. Este sentimiento me impulsó a articular mis palabras con una brevedad y abrupta contundencia. Mis emociones estaban a flor de piel, y con un dedo tembloroso la señalé, como si esa simple acción pudiera subrayar la gravedad de mi enojo.

Salí de la habitación con determinación, cerrando la puerta de manera abrupta, produciendo un golpe seco que resonó en el aire como si fuera una declaración de guerra. Nunca había tenido paciencia para la insolencia, y mucho menos cuando provenía de alguien que, en lugar de mostrar gratitud, parecía ignorar el sacrificio que hice al rescatarla. Era el momento de recordar quién era realmente: Ethan Blackwood, un hombre calculador, frío y distante, que siempre había mantenido a raya sus emociones para no permitir que nublaran su juicio. Sin embargo, en mi interior comenzaba a gestarse un cambio inesperado, una transformación que ni siquiera yo podía prever, que amenazaba con alterar el orden que había establecido en mi vida.

1
Adriana Muñoz
Bueno
Ido Rojas
que dominará a Ethan , el bien o el mal ?
Myriam Perez
Excelente
Myriam Perez
Bueno
Nelanriv Zemog
la Serafina es discordia quiere ser el centro de atención de todos
Nelanriv Zemog
tarde que temprano saldrá la vdd a la luz y la que quedará cm la mala es otra
Nelanriv Zemog
pobre Serafina tiene la mente y el corazón podrido
Maria Elena Delgado Mercado
Esta muy interesante, que pasara ta, ta, tan
Belkys Soto
que malvada eres escritora, que suspenso, massssssssssssssssss capitulos diarios, más capitulos diarios, más capitulos, más capitulos, más capitulos, más capitulos, más capitulos
Ido Rojas
infinidad de comerciales
Mayerling Molina
eso pregunto dónde está la guardia que quedó cargo de proteger a Rachel
Ido Rojas
mmmmm pobre Rachel
Ido Rojas
con susalvador quisquillosa y con su mate pendeja
Ido Rojas
por fin , creo que su vida va a mejorar . ojalá pueda vengarse del mal nacido mate que la rechazo
Ido Rojas
que poca ma ...nera de este hpm
Mera Nava
ya fue mucho de la trama son 🥱🥱 de lo mismo pensé q sería la unión para saber con el alfa ya de flojera quita el interés
Leidy Caicedo Lemus
me aburrí no se entiende nada todo es enredado
Mariela Lucia Morienega
Excelente
Andrea Juana Vega Ciprian
me encanta
María Moreno Carrillo
Excelente
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