En un mundo medieval sumido en la oscuridad, Carter, un hombre joven de 27 años que había aceptado su muerte solitaria a causa de un cáncer, se encuentra resucitado en un bosque desconocido. Conserva sus recuerdos del pasado y un error en su curiosidad le hace ser rescatado por unos hermanos de un pueblo cercano.
A medida que busca respuestas sobre su resurrección, Carter descubre que la humanidad lucha por sobrevivir contra criaturas terroríficas y que la magia es su única esperanza. Sin embargo, su búsqueda de propósito se convierte en una lucha con múltiples emociones ante sucesos inesperados y múltiples traiciones.
Con cada paso, Carter se sumerge en un abismo de violencia y venganza, cuestionando su propio destino y el futuro que le espera. ¿Podrá encontrar una razón de por qué fue traído a un mundo que parece estar al borde del colapso?
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Entrenamiento
—Bien Carter, ahora, comenzaré por unas cuantas preguntas. ¿Sabes que es la magia?—empezó mientras ambos estaban mirándose frente a frente.
—No Rala, no recuerdo nada—dijo cínicamente.
—Bien, ¿Recuerdas como usaste esa fuerza para matar a la Cría de Lerna?
—No.
—Hummm... ¿Conoces la existencia de los orbes?—dijo mientras jugaba golpeando sus dedos en su túnica.
<<¿Orbes? No tengo idea sobre la magia. Esa tonta de Lia no me ha dejado salir de casa a investigar en los libros>>, pensó.
—No Rala.
—Esto será difícil, pero no hay más opción—dijo mientras cerraba los ojos—. Carter, ven aquí.
Carter se acercó hacía el y en un movimiento Rala lo indujo a un sueño. Carter se despertó en medio de lugar lleno de escaleras que llevaban a lugares recónditos. Todo le confundía: había un fuerte color mármol en la composición del sitio, grandes puertas y algunas diminutas, enormes cubos que se escalonaban uno sobre el otro, pilares que sostenían una arquitectura que sus ojos no alcanzaba a ver. Todo era tan surrealista.
—Bien, parece que lograste entrar sin inconvenientes—dijo una voz detrás de él.
Carter volteo dando un brinco del susto. Rala estaba con una cara de total serenidad en aquel lugar.
—¡Ah, tú! ¿Qué es este lugar, Rala?—preguntó Carter totalmente extrañado.
—Este sitio es la tierra que conecta nuestra mente y fuerza espiritual con nuestro orbe—dijo mientras movía su brazo extendido frente a Carter, cuál párroco.
Carter no entendía nada y su rostro lo demostró.
—Bien, veo que no entiendes. Por favor siéntate.
Carter obedeció y tomo asiento allí mismo. El suelo era frío y se sentía como un azulejo.
—Hace bastante tiempo, indefinidamente para cualquier humano hoy en día, por alguna extraña razón que muchos atribuyen a algo divino, el hombre fue dotado de la capacidad de usar magia. El hombre usó ese don para defenderse a si mismo y a sus iguales de los seres que les cazaban—decía mientras Carter imaginaba a lujo de detalle los sucesos—. Con el tiempo, nacieron múltiples civilizaciones que comenzarían a utilizar esa magia para fortalecer su estirpe y a estudiarla a fondo. Tenemos muy poco conocimiento sobre cuando fue, pero se conocen múltiples hombres que lograron acceder a sus orbes y darlos a conocer en distintas partes de Zha'thik. Y ahora yo te enseñaré el mío como ellos lo hicieron con otros en su momento, y como esos otros hicieron lo mismo con las demás generaciones venideras.
Rala cerró los ojos e inhaló una gran cantidad de aire, lo expulsó lentamente y una esfera rojiza salió desde su esternón. Carter quedó atónito y retrocedió su torso.
—Esto es el orbe—señalo—, y cada hombre, mujer, niño y anciano posee uno. Es el reflejo del alma y de su capacidad espiritual para hacernos expresar la magia. Cómo ves, el mío es rojo. Cada individuo tiene un orbe diferente que indica su capacidad mágica. Rojo, azúl y amarillo son los que categorizan al individuo. Cómo el mío, existen múltiples individuos, nosotros nos limitamos al uso de la magia para fortalecer algunas habilidades, sanarnos o sanar a alguien más y somos encargados de imbuir diversos objetos con magia y características que ayudan a sus portadores: como el anillo con fragancia a canela que te dimos para ahuyentar a los Ua'bi—dijo mientras el orbe giraba lentamente sobre su palma.
Carter estaba totalmente fascinado, miraba con los ojos bien abiertos. El orbe a veces brillaba con ese color rojizo y a veces parecía que un humo extraño se movía dentro.
—Yo te voy a instruir para que puedas conectarte con tu orbe de nuevo y descubramos tus habilidades mágicas, porque tal y como dijo Samantha, no cualquiera puede matar a una Cría de Lerna, ni siquiera los caballeros del reino pueden si no es en grupo, y eso que su orbe azul está especializado en combate—menciono girando los ojos de forma cínica.
—¡Estoy ansioso por eso! Suena genial—dijo con alegría y levantándose.
—Yo también lo estoy. Si logramos que recuerdes y vuelvas a ocupar tus habilidades, podríamos tener una anomalía con orbe amarillo. Así podrías unirte a los 6 con el debido entrenamiento y estudio en la academia.
<<¿Academia? ¿Existen escuelas aquí?>>, pensó mientras el orbe de Rala volvía dentro de él.
—Esto será divertido y doloroso. Espero estés listo.
Carter le miro determinado, sonrió y afirmó con la cabeza.
