Alexandra nuestra protagonista tenía una vida tranquila al lado de su hermana y su mamá, pero el dia de la graduación de su hermana aparece después de tanto tiempo el ex novio de su ex mejor amiga, con una noticia inesperada, diciendole que su ex mejor amiga estaba desaparecida, esté le pide que le ayude a buscarla, pero lo que ella no sabe es que él guarda un secreto detrás.
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CAPÍTULO 11: LA MANSIÓN
El señor parecía ser una persona amable, ya que sonrió cuando le corregí sobre mi nombre. Además, ya parecía conocer también sobre mi situación.
—Me presentó —dijo, haciendo una pequeña reverencia—. Soy Ethan Johnson, mayordomo de la mansión Gardner y estoy a cargo de darle un recorrido por toda la mansión.
¿El mayordomo?. Genial, mi padre me dejo a cargo del mayordomo y no de Lina, debería agradecer, ya que ella me da mucho miedo.
Una gran sonrisa se reflejó en mi rostro. Espero que él en verdad sea una buena persona.
—Es un gusto conocerlo, señor Ethan —dije, con una sonrisa amable.
—Entonces, por favor, señorita Flynn, sígame —dijo.
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El señor Ethan me mostró y me explicó casi todos los sitios y habitaciones de la mansión; una piscina hermosa llena con un agua cristalina, viarias salas de estar decoradas con el mismo patrón de flores que vi en la sala del comedor, pero con una gran diferencia; estás tenían una ventana que se extendía del piso hasta el techo, con una gran vista panorámica.
—Está todo muy bello. Sería increíble que así fuera mi casa —dije, emocionada.
El señor Ethan, detuvo por un momento su mirada en mí.
—¿Qué sucede? —pregunté.
—Pensé que sabía que esta mansión también le pertenece —dijo, con una expresión suave.
Me quede sin palabras. Realmente no creo que está mansión sea mía. La verdad no quiero quedarme aquí, no es esta la vida que quiero.
—¿Lo dice porqué el señor Gardner es mi padre? —pregunté.
—El señor Gardner, tanto usted como su madre son los dueños de esta mansión —respondió, con la misma expresión.
—Pero mi madre ya no está con mi padre —dije.
—Ellos nunca se divorciaron —dijo, su voz áspera se suavizó—. El señor no quiso casarse de nuevo, ni tener otros herederos, por eso te trajo de vuelta.
—Por lo que me dijo mi padre puedo deducir que aun quiere a mi madre, pero mi pregunta es ¿por qué no le hizo caso cuando ella quiso alejarse? —pregunté.
—No podía hacer eso —respondió—. Sus enemigos hubieran visto eso como una oportunidad para tomar represalias contra él. Ellos podrían tomarlo como un joven débil.
—¿Cómo un joven débil? —pregunté.
—Para explicarlo mejor, su padre tenía muchos enemigos y no era para nada fácil esconderse de ellos. Quiero decir que enfrentar es mejor decisión que huir —dijo, el señor Ethan con un pequeño suspiro.
Sí es así, entonces mi padre derribó a sus enemigos.
—Supongo que siempre habrá enemigos ¿no teme que un día lo ataquen de nuevo? —dije, un poco preocupada.
—Nunca se sabe por eso siempre hay guardias vigilando la entrada, vigilando cada rincón de la mansión —dijo.
No quería continuar con la conversación sobre la vida pasada de mi padre. Entonces decidí dejar el tema a atrás e interrumpí la charla.
—Me gustaría conocer la entrada principal ¿podemos? —dije.
—Por supuesto, señorita Flynn, como desee —dijo, con una sonrisa de calma.
Me guío por unas escaleras blancas con pequeñas decoraciones de flores cristalinas en cada escalón. Pienso que podríamos llamar este lugar como la mansión de las flores; su flor era siempre la misma, me pregunto el porque de esa flor.
Al terminar las escaleras noté que el piso tenía las mismas figuras de flores que los escalones, asi que me agache para ver más de cerca y sí, eran flores completamente iguales a aquellas que se dibujan como cristal en los escalones. Me pregunto ¿qué significado tendrá?.
—¿Te sorprendes por algo tan simple como la baldosa de tu propia casa?.
Una voz suave y elegante me hablo. Levante mi cabeza lentamente y a poca distancia vi unos zapatos formales a pocos centímetros de distancia. Al llegar arriba, unos ojos azules combinados con la perfección de una sonrisa me sorprendieron.
—¿Noah? — pronuncié.
—¿Te sorprendí? —preguntó, su voz suave y vacilante.
—¿Qué haces aquí? —dije, mientras me levantaba del suelo.
—Solo quería venir a disculparme contigo por el desplante de anoche —dijo, su voz aun suave.
—¿Disculparte? ¿Y qué pasó anoche? —dije, confundida.
De repente, mi mente volvió al pasado. Yo tomando una copa de vino junto a Noah y gritándole a Richard. Fue fugaz.
—Te dejé con el idiota de Richard —dijo, con una mirada de picardía—. Tú lo llamaste así. Parecían tenerse confianza.
—No puede ser — exclamé, tapando mi cara con mis manos. Sentía mucha vergüenza.
—Bueno el asunto es que quería disculparme de parte del mesero —dijo, acercándose a mí—. Él se equivocó de champán —me susurró y su aliento toco mi oreja.
—Aceptó tus disculpas —dije, alejándome de él—. Por favor, no te acerques así.
Miré al señor Ethan con disimulo. Él parecía tranquilo.
—Señor Ethan, podríamos terminar aquí por hoy —dije.
—Como guste, señorita Flynn —el señor Ethan hizo una pequeña reverencia y se fue.
Regresé mi mirada a Noah. Este se estaba burlando.
—¿Qué es tan chistoso? Dime quiero saber —dije, mi voz firme.
—Tus gestos son muy tiernos —dijo, con una sonrisa de oreja a oreja—. Eres tan pequeña y linda —dijo, susurrando a mi oido, encorvandose un poco a mi estatura.
¿Qué está diciendo? Que soy pequeña. Francamente me está insultando. Cree que burlarse de la estatura de alguien es divertido, pues para mí no.
—Oye, mido 1,70 cm —pronuncié con ironía—. Soy alta, aunque no lo creas.
—Es la estatura perfecta para ti —dijo, susurrando otra vez.
¿Qué acaso no puede hablar normal? Considerando los gestos en su mirada notó que este chico es muy coqueto; lo sé desde la fiesta de anoche ¿será que padece emofilia?. Tal vez, no deba tratarlo a la ligera.
—Oye ¿puedo hacerte una pregunta un poco incómoda? —pregunté.
—Por supuesto. No tengo problema —respondió.
—¿Por qué hablas de esa manera tan seductora? ¿Estás coqueteando conmigo de nuevo? —pregunté.
Él suspiró.
—¿No te gusta que te hable de esa manera? —dijo—. ¿En serio no te gusta mi coqueteo?
—Pues no —dije, mi voz firme.
—Entonces hablaré con mi voz normal. Parece que eso no funciona contigo —dijo, su voz más grave, pero seguía siendo coqueto.
—Ya basta —dije, mirando sus ojos—. Solo venías a disculparte y acepté tus sinceras disculpas, entonces adiós.
Noah levantó sus cejas. Tomo mi mano y me acerco a él de un tirón.
—Espera —dijo—. Solo quiero conversar con una chica nueva.
—¿Una chica nueva? —dije, entre susurros—. Sé sincero, ¿padeces de emofilia? —pregunté, mientras tenía sus ojos puestos en mí.
—¿Qué es eso? —preguntó.
—Si no sabes que es, entonces es mejor que no hablemos de ello —dije, alejándome de él—. Tengo mucho que hacer y estás haciendo que pierda mi tiempo.
Antes de que dijera algo más salí corriendo sin tener idea a dónde me dirigía. Caminé tanto que no sé en parte de la mansión estoy. Ese tipo Noah es lindo, pero no me atrae para nada. Creo que soy demasiado cobarde, realmente había mucha tensión entre él y yo.
Había algo que he querido llevar a cabo y es encontrar la salida de este lugar. Esta era mi oportunidad. Caminé hacia una ventana para poder guiarme. Me asomé y vi un campo de césped total. Tenía que llegar ahí y ya que estaba en el primer piso, me enfoque en encontrar una puerta. Pero me encontré con una mirada fulminante de Lina ¿porqué tiene que aparecer en estos momentos?
—¿Sé te perdió algo importante al rededor? —dijo, en su tono autoritario.
—Ella me estaba buscando a mí —una voz conocida interrumpió.
¿Noah?
Continuará...
Por cierto, escribe muy bien.