Los hijos menores de Luriel y Anahí deberán enfrentar el peso de sus decisiones, aunque eso signifique destrozar sus corazones para proteger a su gente. El amor tal vez, no pueda cambiarlo todo.
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Su propio camino
Cuando llegaron a la casa de Anahí, ya estaban todos reunidos. Pitá no sabía si era su imaginación, pero las mujeres en general estaban más raras que de costumbre, se miraban entre ellas muy significativamente y lo más raro era que Itatí no lo había mirado ni una sola vez desde que había llegado... y lo sabía porque no había podido despegar los ojos de su rostro desde que se apresuró para tomar la pila de tartas en equilibrio que traía a duras penas.
En cuanto ella se había liberado de su carga, el torbellino de Araí la había llevado a las rastras hacia la cocina donde estaban Guaci y Camila siguiendo las indicaciones de Iván para preparar la comida...
Llegó la mejor ayudante de todas... – dijo Iván riendo – ni mi mujer ni mi amiga saben hacer lo que les pido...
Se reían todos cuando vieron que Pitá estaba escuchando, así que Guaci aclaró rápidamente.
Iván he'i nde ha'eha peteĩ pytyvõhára iporãvéva... (Iván dice que eres mejor ayudante...) – le hacía señas para que estuviera alerta
Aikuaase mante... (Solo quiero aprender...) – dijo avergonzada – Ndaipotái acompeti avavéndi... (no quiero competir con nadie...)
Roikuaa... (Lo sabemos...) – le pasó el cuchillo riendo – Ani rejuka che ryvy michĩvape... omerese ramo jepe... (no mates a mi hermanito... aunque se lo merezca...)
No podría... – susurró para que solo Guaci la pudiera escuchar y recién entonces lo miró – si me lastimara tanto como para querer matarlo... simplemente me iría...
¿Podemos hablar a solas...? – la voz de Pita salió más ronca de lo que supuso
No pueden... – interrumpió Guaci – lo siento, pero son ordenes de papá... sí le quieres decir algo va a tener que ser frente a nosotros... – lo vio buscar ayuda en Iván...
No puedo amigo... – Iván le sonrió con pesar – puedo enfrentarme a tu padre... pero no a tu hermana...
¿Te olvidas que yo los he solapado con los ancianos...? – le preguntó Pitá a Guaci un tanto molesto
Y te lo agradezco... – le sonrió – pero Iván no me había puesto condiciones para casarnos...
Así que todos están confabulados contra mí, por la condición que puse... – estaba enojado y miraba alternando entre ellos – pero parece que nadie recuerda que yo fui el engañado...
Ayy, ya supéralo... – le interrumpió otra vez – ella no sabía quién eras... ella solo quería estar contigo... – los señalaba a ambos – y la verdad que me extraña que no hubieras aprovechado la oportunidad y hubieras tenido sexo con ella...
No sabes si no lo hicimos... – dijo tajante y se giró a verla
Nde vai piko chendive? (¿Estas malo conmigo otra vez?) – preguntó asustada - ¿Ajapópa ambue mbaʼe penemolestáva? (¿hice otra cosa que te molestó?)
Hesarái chugui (Olvídalo) – contestó seco y salió apresurado de la cocina
Cuando salió, las miradas cómplices entre ellos, lo dijo todo. Los hombres se habían ido enterando del plan de Anahí uno a uno, no estaban seguros que funcionaría, pero nadie se había opuesto... de última, ella era su propia madre y consideraba que estaba bien engañarlo.
¿Descubriste algo importante? – le preguntó Iván curioso a Itatí
En tu idioma me dijo que me extrañó, pero en el mío me dijo que no porque no tuvo tiempo... – sonreía encantadoramente
Bien... – miró a Guaci con una sonrisa – da resultado...
Cuando Anahí le había dicho su plan a Luriel, las dudas aparecieron en su rostro. Conocía el temperamento de su hijo, sobre todo con lo que significaba para él que lo engañaran.
Tu hijo es tan testarudo y caprichoso como lo eras tú – Anahí reía – pero yo toda mi vida te amé, por eso podía entenderte y aguantarte... pero Itatí no tiene por qué aguantarse su carácter... – lo veía seguir dudando – tómalo como una prueba de carácter... ella dice que él siempre le habla agresivo pero que no entiende lo que le dice... – lo vio preocuparse – pero yo le dije que pensaba que cuando le habla en ese tono le está diciendo realmente lo que piensa y que no le puede reconocer porque está enojado... para él sería como rebajarse decir que le atrae o que la quiere...
Tal vez tengas razón princesa... – le dijo abrazándola – de todas maneras, que ella no lo entienda no justifica que él decida decir algo inapropiado... – la atrajo hacia su pecho – ¿y si se manda alguna macana muy grande y la pierde?
Estoy segura que está enamorado de ella... – sonrió abrazándolo – cuando yo era agresiva contigo... era mi impotencia porque no te dejabas amar...
Entonces se parece más a ti que a mí... – no podía evitar reír
¿Cuántas veces me rompiste el corazón...? – lo vio ponerse serio – ni siquiera tienes idea de cuantas ¿no?
A los 6 años... – comenzó a enumerar – a los 15... a los 17... cuando te embarazaste...
Cuando no fuiste a buscarme a la escuela... fue la primera vez – dijo en un susurro – cuando supe que eras el prometido de mamá fue la segunda... cuando desapareciste luego que te confesé mi amor... cuando dejaste de abrazarme cada vez que ibas a hablar con papá... cuando me enteraba que tenías una nueva esposa... cuando me rechazaste a los 15...cuando me rechazaste en el estanque mientras te bajaba la fiebre... cuando te enojaste al día siguiente porque nos habíamos besado... cuando te enojaste porque te masturbé... cuando no me creías que me habías embarazado... cuando no llegaste a la pensión porque te habían atacado... cuando te olvidaste de mi... cuando querías que me fuera a la ciudad... esa fue la última vez.
Fueron muchas veces amor... – dijo compungido abrazándola más fuerte – perdóname...
Yo sé que también te rompí el corazón... muchas veces... – lo vio emocionarse – papá me dijo una vez que yo te dolía tanto como tú me dolías a mi... y lo entendí... por eso quiero que Itatí se dé cuenta que ella le duele a Pitá, tanto como la forma de tratarla de él, le duele a ella...
Ahora te entiendo... – la besó en la frente – y te apoyo... vamos a enseñarle la lengua y que ella decida cuando se lo quiere confesar...
El siguiente en enterarse fue Iván... y como Luriel al principio, no estaba de acuerdo en engañar a Pitá.
Pero eso es como estar espiándolo o escuchando detrás de una puerta... – estaba espantado mientras acariciaba la espalda de Guaci que se había sentado a horcajadas sobre él.
Es que la teoría de mamá es que Pita le dice cosas distintas cuando habla en nuestra lengua...
¿Y por qué lo hace? – estaba confundido
Porque es terco... quiere seguir estando enfadado para no demostrar debilidad.
Bueno amor... – comenzó a besarla y desvestirla – no creo que se le ocurra a mi cuñado preguntarme si su prometida habla mi idioma.... así que legalmente no le estoy mintiendo...
¿Y si te pregunta...? – dijo deteniéndole y empujándole para que dejara de besarla –
Con tal que me sigas besando amor... – comenzó a reír – soy capaz de convencerle a tu hermano que no es indígena...
Y la abrazó con más fuerza para poder levantarla y llevarla hacia el dormitorio.
Karai fue mucho más reticente y solo accedió a no tocar el tema, pero si Pitá le preguntaba al respecto, no le mentiría...
Entendía lo que trataban de hacer, darle seguridad a Itatí y convencerla que Pitá estaba interesado en ella a pesar de ser osco y seco.
Solo porque puedo reconocer en mi hermano algunas semejanzas conmigo... – sonreía – yo te trataba muy mal y literalmente me estaba muriendo por ti...
Entonces habla con él amor... – Camila comenzó a besarlo suavemente
Si lo atacan todos a la vez, se va a poner más terco... – le hablaba mientras la desvestía – y no hablemos más... es mucho más importante mi propia vida amorosa...
Pero tu abuela – comenzó a enumerar – tu mamá... Guaci... yo... todas somos muy felices... queremos que ellos también se puedan amar así...
Pero tienen que recorrer su propio camino... – dijo más mimoso – con sus aciertos y sus errores... no podemos dirigirles la vida...
Cuando intentó seguir con la disputa, Karaí la besó apasionadamente y a Camila se le olvidó completamente sobre lo que estaban discutiendo.