Desconocido

Los días pasaron y poco a poco Rocío empezó a sentirsé segura por qué podía contar con Dante todos los días. Llego un momento que ella le dijo que no se tenía que preocupar por ella. Él insistía, pero ella le dijo que le gustaba que la apoyara, pero necesitaba empezar a hacer las cosas por si sola o si no, no tendría confianza. Dante le pareció bien aunque no quería dejarla sola. A pesar del apoyo, Rocío estaba un poco distante, así que pensó que era lo mejor.

Los días siguieron y llego el gran banquete de la empresa.

Esa noche Jean era el anfitrión. Dante se encargó de saludar algunos empresarios importantes.

Entre los invitados había algunas firmas importantes entre esa se encontraba la firma geo, donde Kai era abogado. Claro era obvio que él estaría ahí. Dante sabía que Rocío no vendría, ya que sabía que se encontraría con Kai. Sin embargo, aparece Rocío con un hermoso vestido rojo que mostraba las curvas de su cintura, cabello suelto qué flotaba con el viento. Estaba hermosa y elegante. Dante quedó boquiabierto observando como entraba a la enorme sala.

Como consecuencia Rocío se dio cuenta de que Kai la miraba, empezó a sentirse nerviosa. Dante se dio cuenta y camino a la entrada ofreciéndole la mano a Rocío.

- Estás muy hermosa.

- Gracias

- Quieres acompañar a este torpe jefe.

- Es un placer

Tener a Dante cerca le dio la fuerza para avanzar sin miedo. Después de unos segundos ya caminaba de un lado a otro, conversando con sus compañeros de trabajo y disfrutando de la comida.

De pronto una voz le susurro al oído.

- A pesar de todo sigues haciéndote la víctima

Rocío se dio la vuelta y no era más que su ex-amiga Karen.

- Hola, si para ti soy una víctima, para mí eres la amante de la basura. Que es lo que te gusta recolectar.

- Eres una estúpida.

- A mí, tú me respetas, no soy yo quien estaba de cualquiera.

- Si no fuera por qué estamos en este banquete, te daría una bofetada.

- UPS no sabía que eras así de reservada.

Rocío le sonreía con una cara de victoria a Karen. A la distancia Dante la observaba para saber que todo estuviera bien.

Kai se unió a la conversación, sabiendo que no podía acercarse, pero aun así lo hizo y Dante se dio cuenta.

Dante se dirigió donde estaban.

- No te preocupes Rocío solo vengo a buscar a mi amada.

A lo que en ese momento llegó Dante y la agarro por la cintura.

- Buenas noches.

Karen clavó su mirada sobre Dante

- No te preocupes Director, yo solo vine a buscar a mi novia.

- Así que eres el novio de Rocío, es un placer conocer al director de este aglomerado.

Cuando Dante se disponía a saludar con la mano. Rocío le agarro la mano a Karen. Evitando el saludo de ambos.

- No es necesario que saludes, yo la saludaré por ti. No quiero que mi novio desperdicie su tiempo contigo.

- Mejor me retiro, espero no volver a verte.

- Igual, sería un desperdicio de palabras.

Dante bajo la mano y Rocío se la agarro hasta que la pareja desapareció en la distancia.

- Lo siento por mi atrevimiento.

- No te preocupes no me tienes que explicar. Puedo entender parte de lo que sucede.

- Disculpe que lo use como mi novio.

- Puedes utilizarme las veces que quieras. Yo estoy para ti. Además él piensa que soy tu novio.

Rocío se sonrojó y su corazón se le aceleró. Había sentido eso por mucho tiempo, pero con todo lo que había pasado, necesita descansar su mente.

Al ver como Dante se acercaba a ella, como la protegía y la manera como la trataba, era para ella difícil mantenerse serena. Los pensamientos le invadían la mente. Desde los más íntimos hasta los sentimentales.

Dante pasó el resto de la noche con Rocío, muy de cerca. Aunque no eran de verdad parejas, muchos de los empleados sabían que algo sucedía entre ellos, pero se reservaban los comentarios.

La velada terminó y poco a poco los invitados fueron retirándose.

- Te puedo llevar a tu casa.

- Sería un placer, su compañía.

Dante se dispuso a llevar a Rocío esa noche a su casa.

- Estás muy bella esta noche. Aunque siempre estas bellas pero hoy mucho más.

Rocío se le quería salir el corazón, con cada palabra que decía Dante. Cuando llegaron a la casa. Dante se inclinó hacia ella para quitarle el cinturón de seguridad y quedaron mirándose fijamente.

Dante la miraba con un deseo que no podía ocultar. De pronto tocan la ventana del carro. Estaba la madre de Rocío esperando.

- Hola!

- Hola, estaba aquí ayudando a su hija con el cinturón que estaba atascado.

La madre de Rocío sonrió. Dante quería que la tierra lo tragara, un poco más, besaba a Rocío. Se bajaron del carro y se despidieron uno del otro. Dante dejó a la madre e hija a solas porque ya era muy tarde y necesitaba retirarse.

- Veo que la pasaste muy bien.

- ¡Madre! Llegaste justo a tiempo.

- Porque a tiempo, un poco más y ese guapote te da un beso.

- Sí, pero creo que el corazón se iba a salir.

La madre se río a carcajada, sabía que ella estaba muy enamorada de Dante

- Entonces están saliendo.

- No, porque no sé que piensa de mí.

- Y porque no le preguntas. Aunque creo que la respuesta es obvia.

Así las dos entraron a casa conversando y riendo.