soy ESCARLE ROUSS vivía solo para complacer a quienes estaban a mi alrededor, Fuy abusada a mis 5 años nunca dije nada por miedo y vergüenza, a los 17 escape de casa tube 2 hijos pero el miedo que les pasará lo mismo que a mi me llevo a una depresión.
Ahora no se si estoy muerta o es un sueño pero soy ALEXA FERRER y está vez viviré por mi y para mí.
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no permitiré ningún compromiso
Una semana después de su regreso del Ducado de Cornualles , Alexa Ferrer recibió una inesperada citación al salón de la emperatriz Sofía para asistir a una reunión de consejeros y ministros de la corte real. El motivo de la reunión era discutir el tema de su posible matrimonio, algo que sorprendió a la joven de tan solo 11 años.
El rey Felipe y la emperatriz Sofía dieron inicio a la reunión, y fue entonces cuando el ministro de finanzas castellanos tomó la palabra. "Sus majestades, el día de hoy queremos tratar nuevamente el tema de un posible compromiso de la señorita Alexa Ferrer con alguno de nuestros hijos", anunció.
El duque Estéfano Ferrer, padre de Alexa, se opuso rotundamente a la idea. "Mi hija solo tiene 11 años y no necesita un compromiso", dijo con firmeza.
El ministro de relaciones diplomáticas, Lear, intervino. "Duque Estéfano Ferrer, la señorita Alexa tiene méritos propios y nuestros hijos desean formar un compromiso con la joven", argumentó.
Antes de que el duque Estéfano Ferrer pudiera responder, las puertas del salón se abrieron de par en par y entró Alexa Ferrer.
Vestida con un llamativo vestido rojo, una espada en mano y botas hasta las rodillas con dagas a los lados, alexa caminaba con paso firme hasta llegar frente al ministro Lear y lo apuntó con la espada, dejando a todos los presentes desconcertados.
Nadie se esperaba que una niña de su edad actuara de esa manera. Con una mirada desafiante, Alexa les dijo a todos con un tono tranquilo pero firme: "Ustedes creen que por ser mujer tienen el derecho de buscarme un prometido, y yo me quedaré de brazos cruzados. No soy un objeto que ustedes puedan negociar".
Y les informo que no permitiré ningún compromiso con ninguno de sus hijos".
El ministro de finanzas, castellanos, trató de calmar la situación diciendo: "Usted, jovencita insolente, nos debe respeto". Pero Alexa solo rió y respondió: "El respeto se gana, no se exige. Además, no permitiré que me obliguen a casarme. Eso no será posible".
Él ministro de finanzas castellanos: señorita Alexa con pórtese ;
pero fue interrumpido por las risas de dos príncipes del Reino de Cristal,
En ese momento, llegaron al palacio los dos príncipes del Reino Cristal, acompañados por un joven duque de 13 años de otro reino vecino llamado Vicencio. La llegada de los príncipes sorprendió aún más a los ministros, quienes estaban en estado de shock por la actitud desafiante de Alexa y la presencia inesperada de los nobles
El rey y la emperatriz observaban la escena con atención, sabiendo que no permitirían ningún compromiso forzado para su sobrina. Alexa ya les había dejado claro en varias ocasiones que detestaba los matrimonios arreglados. El joven duque Vicencio, por su parte, se mostraba intrigado por la valentía de Alexa y la forma en que defendía su derecho a elegir
La complejidad de la situación se hizo evidente a medida que la tensión en el salón aumentaba. Los ministros se encontraban en una encrucijada, sin saber cómo proceder ante la determinación de la joven Alexa y la presencia de los príncipes.
Finalmente, el rey Felipe tomó la palabra. "Es evidente que la señorita Alexa tiene claro su posicionamiento en este asunto. Respetemos su voluntad y no la presionemos a tomar decisiones que no desea", declaró con firmeza.
La emperatriz Sofía asintió en acuerdo, y los ministros se vieron obligados a aceptar la decisión real. Alexa Ferrer había dejado en claro que no estaba dispuesta a ser objeto de un matrimonio arreglado y que defendería su libertad a toda costa.
Después de la reunión, todos los ministros se retiraron y solo quedaron los miembros de la familia real junto con el duque Vicencio. El rey se disculpó con el joven noble por la escena que presenció, explicando que su sobrina Alexa era una chica apasionada que defendía sus ideales con firmeza.
El duque Vicencio asintió con una sonrisa y dijo que había notado que la señorita no deseaba comprometerse aún.
Alexa se disculpó por su comportamiento ante todos, pero reafirmó que no permitiría que la obligaran a casarse. Recordó al rey que este le había prometido un decreto real que la eximiera de compromisos en la próxima fiesta de la cosecha.
El duque Estéfano, hermano del rey, intervino para recordarle a Alexa que no debía abusar de su posición. Pero su tío, el rey Felipe, no pudo contener la risa y bromeó diciendo que era hora de encontrarle una esposa a él también. Alexa rió y propuso ayudar a su padre en esa búsqueda.
Mientras tanto, en una mansión en el pueblo, se encontraban reunidos los ministros de relaciones exteriores y finanzas, junto con un conde, tres archiduques y una misteriosa mujer de cabello oscuro. La conversación entre ellos estaba centrada en un tema misterioso y complicado, que parecía estar relacionado con los planes de matrimonio de Alexa y sus intereses.
El misterio y la intriga rodeaban a todos los personajes, desde la valiente Alexa hasta el enigmático duque Vicencio y la misteriosa mujer en la mansión. Los secretos y las conspiraciones estaban a punto de desvelarse, y el destino de todos los involucrados estaba en juego.