CUARTO LIBRO PRINCIPAL DE LA COLECCIÓN HURMAYA:
Majic, Lycka y Huimang aman profundamente, pero deberán decidir cuánto están dispuesto a sacrificar por proteger a quienes aman.
¿Podrán ser capaces de reconstruirse después de ser arrastradas al abismo de la desolación y la desesperanza?
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11. Una vez más Rojito
El rey Josag camina por los pasillos del castillo de Susumira, se ha despertado con una extraña sensación, como si lo estuvieran persiguiendo a él, pero en otro mundo, en otra forma, de otra manera, quisiera entender esa sensación, pero no encuentra la manera.
Voltea por un pasillo, y siente un gran alboroto se va acercando y desde lejos ve a una pequeña Majic corriendo hace un pequeño Josag que está tirado en el piso; la pequeña Majic toma la mano del pequeño Josag y llora desesperada, varios van corriendo a atender al pequeño Josag.
Ve al rey Carpio viendo la escena de los pequeños; el rey Carpio voltea, Josag se oculta, se da cuenta de que ha ido al pasado; no entiende como ha ocurrido eso; sus manos se han cubierto de una luz brillante, se acerca al espejo que está al lado opuesto, se mira en él, su imagen cambia constantemente, llega hasta lucir como un hombre de cabello azul; pese a ello, siente que con todas esas caras sigue siendo él mismo.
- "¿Se encuentra bien su majestad?", le pregunta Lady Marila, que se ha decidido quedarse con ellos, unos días después de la coronación.
Josag mira a Marila y puede sentir que ha regresado al presente; no ha sido un sueño en su mente, ha viajado al pasado y no sabe cómo ha podido hacerlo.
- "Está pálido, llamaré al médico", dijo Lady Marila.
- "Estoy bien, no se preocupe Lady Marila. ¿Está cómoda?, le gusta su habitación, si hay algo que podamos arreglar, me lo dice. Majic y yo estamos muy contentos de que se encuentre con nosotros", manifestó Josag con una sonrisa, necesita entender lo que está sucediendo antes de comentarlo con los demás; aunque en la noche le contaría algo de lo sucedido a Majic, esperaba obtener respuestas antes, su esposa ya tenía bastantes preocupaciones.
- "Lady Marila, usted alguna vez me dijo, que su padre parecía sentir el futuro y conectarse con el pasado; ¿sabe por qué?", preguntó Josag.
- "Era algo que él no entendía y mucho menos hablaba, ¿Por qué pregunta? Su Majestad", respondió Marila.
- "Curiosidad. Vamos Majic ya debe estar esperándonos", dijo Josag.
Josag y Marila van al encuentro de Majic para desayunar, solo tienen para descansar ese día, sus trabajos reales empiezan mañana y estarán bastantes ocupados; querían disfrutar de un día familiar; lleno de actividades, Josag quería que la reina de Susumira se distraiga un poco de la situación de su padre.
Por otro lado, Carpio ha llegado al Círculo de la Ordenación del Sol, donde rinden pleitesía a la deuda de la Sabiduría, está vestido como un monje crugio, nadie sospecha su verdadera identidad, ha logrado infiltrarse en el templo; y rápidamente ha incursionado en las catacumbas, supuestamente en una cámara oculta, se encuentra el famoso reloj de arena de Armonía, según lo que tiene información ese objeto puede devolver la conciencia de quien fuiste en todas las vidas pasadas; Karoly ha informado con quienes ha tenido contacto que para vencer a los Senmorta, el reloj debe ser entregado a Majic y Josag.
...El reloj de la Conciencia de la Armonía...
Debe tener cuidado de no ser descubierto por los monjes crugios, son guerreros fieros que tienen poderes otorgados por Sabiduría y custodian el templo con una sola ley, cualquier infiltrado o que ingresa sin permiso es muerto en el acto.
Carpio escucha a alguien que se acerca, trata de hacerse invisible, pero es imposible, se ha dado cuenta de que no tiene alguno de sus poderes mágico, ni los divinos; se oculta detrás de una columna, ve aparecer una figura delgada que se mueve velozmente, tiene su arco y flechas en la espalda y sin mucha dificultad escala una pared; levanta algunas rocas y puede ver el reloj de arena, de color plateado y arena roja; no puede permitir que se lo lleven.
Carpio empuña su espada, debe arrebatarle a ese ladrón aquel reloj, y va dispuesto a atacarlo. Es entonces que no puede creer a quien tiene en frente.
- "Cuando les conté lo del reloj no era para que vinieran", dijo Karoly, mirando a Carpio de pies a cabeza, lucía exactamente como cuando nació Majic.
- "No debiste arriesgarte, pude hacerme cargo", manifestó Carpio tratando de asimilar la sorpresa.
- "Sé cuidarme sola, no tienes idea de lo que he tenido que hacer para sobrevivir; soy muy diferente a la mujer que tú alguna vez conociste", expresó Karoly.
Carpio le iba a decir algo, cuando sintieron que se acercaban personas corriendo, él tomó la mano de Karoly casi por instinto, y procuró la manera de salir de las catacumbas, mientras ella en movimiento guardaba el reloj entre sus ropas; ambos corrieron una larga distancia hasta que salieron del templo y llegaron a una edificación abandonada.
Se ocultan mientras ven a los monjes crugios buscar sus rastros; cansados de no encontrar algo de los intrusos los monjes se retiran.
Carpio está cubriendo a Karoly, quien está pegada en la pared; él queda mirando aquellos ojos avellanas que desde que estuvieron en Rojo han sabido envolverlo como nadie. La presencia de Karoly siempre ha sido un cúmulo de emociones que no ha sabido controlar.
Siente sus pulsaciones fuertes y rápidas; está a centímetros de los labios rosas que lo han sabido llevar al cielo y al infierno.
- "No has cambiado, Rojito", dijo Karoly.
Ese rojito pronunciado en sus labios siempre ha sido un arma letal porque le baja la guardia, lo despoja de poder, y lo pone a sus pies. Cuando terminaron después que él llamó a Tiurnane a su habitación, jamás lo volvió a llamar rojito, porqué lo hace ahora, porqué lo tienta en ese momento, no sabe ella, que lo único que quiere es besarla con la pasión de toda la vida.
- "Una vez más, Rojito, déjame ir", expresó Karoly sin dejar de mirarlo.
- "No me importa lo que hiciste esos diez años, no importa si estuviste con alguien más, solo no te vayas, esta vez quédate conmigo. Dejaría que hagas lo que quieras conmigo", manifestó Carpio acercándola aún más y que no haya espacio entre ellos.
- "¿Puedo hacer lo que quiera contigo?", preguntó Karoly.
- "Sí", afirma Carpio.
Karoly sonríe; el corazón de Carpio se acelera y se acerca despacio para sentir una vez más aquellos labios que parecen llamarlo a besarlos con intensidad.