Valien Daher, la heroína del imperio, rechaza firmemente el compromiso con el príncipe heredero. ¿Por qué? Porque ella es una reencarnada, ella sabe que su prometido la traicionará y eso la llevará a la muerte sin importar lo que ella hizo por su imperio.
Decidida a cambiar ese destino, Valien pide un compromiso, pero no con el príncipe heredero. Ella elige al archiduque Carl Pott, un hombre mayor y misterioso. ¿Podrá cambiar su destino siendo la esposa del archiduque?
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Inicio de la guerra
Cómo el coronel lo había imaginado, muchísimas mujeres intentarían escapar a altas horas de la madrugada, por eso se alegró de haber puesto vigilancia de su confianza. No permitiría que nadie se atreviera a traicionar al imperio y mucho menos por miedo, que si bien era comprensible tenerlo, todos sabían a lo que podrían enfrentarse, cuando eligieron su doctrina, las familias sabían y estaban enteradas, que en una batalla es normal que las mujeres no entren al campo, pero al tratarse de una guerra, donde se jugaban las vidas de cada habitante del imperio, debían hacerse las cosas diferente, como Valien lo había dicho.
—Tratarán de defenderse, por eso debemos seguirlas y atacar en un lugar más alejado— en susurros, eran las órdenes que les daba a sus hombres, el coronel y otro general.
A la mañana siguiente, donde todos despertaban cómodamente, para alistar todo y tenerlo preparado por si el enemigo avanzara hacia ellos para dar inicio a la guerra.
Valien por su parte, fue despertada por uno de los soldados del coronel, para pedirle que lo siguiera a dónde se encontraba su señor.
Cuando llegaron al lugar después de haber caminado casi una hora, Valien no podía creer lo que estaba viendo.
—Co..co..coronel, ¿qué significa esto?— ahí se encontraban bastantes mujeres muertas y algunas otras aún estaban siendo asesinadas.
—Intentaron huir y se les advirtió, aunque no la mandé llamar para eso. Quiero que utilice su don y las vuelva sus espíritus, son buenas magas y le servirán, de eso estoy seguro— sin ningún tipo de remordimiento, aquel hombre le decía a Valien, que aún no podía comprender lo que estaba pasando.
Eran demasiados los cuerpos frente a Valien, tanto hombres como mujeres habían peleado y terminado así, justo en este momento se sintió culpable, pues gracias a sus estrategias, aquellas jóvenes sintieron miedo y decidieron hacer lo que más les convenía, pero no tomaron en cuenta que podrían ser atrapadas por alguien que le debía lealtad absoluta a la corona.
—Lo intentaré— su rostro se tornó pálido y aunque con pesar, comenzó a decir aquellas palabras para poder obtener el espíritu de las almas caídas.
En segundos, se alzaron todos los espíritus de cada uno de los cuerpos tirados en el suelo. —Soy Valien Daher, solo los espíritus de luz podrán elegir quedarse conmigo, el resto deberá obedecerme sin poder decir nada— su rostro se encontraba agachado, pues sus ojos se habían cristalizado, aquella situación le parecía de lo más cruel, sin embargo ahora no podía hacer nada, pues todos habían actuado mal, empezando por ella.
Para su sorpresa, todos y cada uno de los espíritus de luz, decidieron quedarse y servirle, por alguna razón se sentían seguros a su lado. El resto no tuvo opción, pero tampoco se opusieron de ninguna forma, así que para bien o par mal, Valien tenía a su lado a grandes guerreros y magas, sus espíritus aumentaron en un abrir y cerrar de ojos. Claro que no había evidencia de lo que ahí había sucedido, pues cuando un espíritu deja su cuerpo, la carne desaparece, entonces Valien le pidió al coronel quedarse un poco más.
—Es la primera y última vez que actúa sin mi permiso. Ya pagué por mi culpa al dejarlo hablar con Kiara, pero no perdonaré este tipo de actos, asesinar a nuestra propia gente de esta manera no es correcto, de ahora en adelante coronel, si necesita hacer algún movimiento en contra de los soldados o magas, tiene que consultarlo conmigo. ¿Entendido?— no sabía que tipo de sentimientos se estaban apoderando de ella, pero ver todo lo sucedido, hizo no querer ver algo así de nuevo.
El coronel aceptó, ya que le debía lealtad a ella, a pesar que antes de eso, también le era leal al emperador, aún necesitaba manejar ese asunto.
Después de todo lo sucedido, regresaron al campamento donde ya todo estaba más que preparado para recibir al enemigo, Valien sabía que esa guerra sería tediosa y un dolor de cabeza, pues por la novela se sabía que duraría al menos unos cinco años, por eso al regresar a casa, la antigua Valien, ya era una mujer grande, que realmente no esperaba nada de nadie.
No pasaron más de dos días para que el vigía informara sobre el avistamiento del enemigo, una información que hizo temblar a más de uno, por esa razón, los primeros regimientos en ir a la vanguardia, serían los de Valien y los del coronel, así se daban una idea de como eran las cosas exactamente.
Las primeras semanas fueron abrumadoras para todos, el enemigo era fuerte realmente y aunque la gente de Krator estaba luchando con menos personas, sentían el cansancio en sus cuerpos un poco menos al del enemigo, las sugerencias de Valien valieron la pena y ayudaba mucho tener a las magas en medio de batalla, pues mientras ellas atacaban al enemigo, los soldados las protegían.
—¿No piensa utilizar sus espíritus?— incrédulo preguntaba el coronel, ya que veía como caían los soldados aliados.
—No lo haré, estamos en una guerra y a menos que ellos utilicen su fuerza letal, nadie debe enterarse que soy más poderosa que cualquiera en el imperio— tenía claras sus prioridades y sabía perfectamente que incluso sin utilizar su don, podían ganar esa guerra como lo habían hecho en la novela, solo con mano limpia, sin trucos o trampas. Sobre todo, no quería que supieran lo de su don, si bien algunos ya estaban enterados se les había pedido discreción y al ser gente del coronel, aquello estaba asegurado.
Te felicito por tan placentera obra 😉
me encanta la novela
muy buena trama y los personajes muy buenos