Sarah es una bailarina de ballet que, por primera vez, logró firmar con una compañía. Durante uno de sus tours, conoce a un hombre que está completamente enamorado de ella. Él amenaza con arruinar su carrera si ella no firma un contrato con él. ¿FIRMÓ ELLA EL CONTRATO? ¿QUE QUIERE EL DE ELLA?
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Capitulo 11
La Jaula Dorada
Salí de la oficina de la directora artística, sintiéndome abrumada por la decisión que acababa de tomar. Aceptar la oferta de Volkov era la única forma de mantener mi carrera, pero sabía que eso significaba ceder mi libertad.
Mientras caminaba por los pasillos del teatro, Natalia me alcanzó y me tomó del brazo.
"¿Qué pasó, Sarah? ¿Aceptaste la propuesta de Volkov?" preguntó, con preocupación en su mirada.
Asentí lentamente, sintiendo que un nudo se formaba en mi garganta.
"Sí, Nat, lo hice", respondí, con voz temblorosa. "No tenía otra opción."
Natalia me abrazó, ofreciéndome su apoyo incondicional.
"Oh, Sarah, lo siento tanto", dijo, con tristeza. "Sé que esto no es lo que querías, pero has hecho lo correcto."
Asentí, sintiéndome atrapada en una jaula de oro.
"Sí, lo sé", suspiré. "Pero ahora tengo que enfrentar las consecuencias de mi decisión."
Natalia me miró con determinación.
"No estás sola, Sarah", dijo. "Voy a estar contigo cada paso del camino. Juntas encontraremos una forma de liberarte de Volkov, lo prometo."
Sonreí con gratitud, sintiendo que la fuerza de mi mejor amiga era lo único que me mantenía en pie en ese momento.
"Gracias, Nat", dije. "No sé qué haría sin ti."
Juntas, nos dirigimos a mi apartamento, donde me esperaba una nueva realidad. Tendría que aprender a navegar en el mundo de Volkov, un mundo lleno de lujos y poder, pero también de manipulación y oscuridad.
Mientras me preparaba para mi primera aparición pública como la acompañante de Volkov, sentía que mi corazón se encogía. Sabía que a partir de ese momento, mi vida ya no me pertenecería, y que tendría que luchar por mantener mi dignidad y mi integridad intactas.
Aquella noche, me vestí con un elegante vestido que Volkov había enviado a mi apartamento. Era un diseño exquisito, pero al ponérmelo sentía que me estaba encerrando en una jaula dorada.
Cuando Volkov pasó a recogerme, me ofreció su brazo con una sonrisa triunfal. Mientras caminábamos juntos hacia el evento, sentía las miradas de curiosidad y envidia de los demás asistentes. Todos sabían quién era yo y qué papel desempeñaba en la vida de ese poderoso hombre.
Una vez dentro del lujoso salón, Volkov me presentó a las personalidades más influyentes del mundo del ballet. Todos me recibieron con cordialidad, pero podía sentir la tensión y la desconfianza en sus miradas. Sabían que mi ascenso había sido facilitado por el apoyo de Volkov, y eso les molestaba.
Traté de mantener la compostura y participar en las conversaciones, pero por dentro me sentía como un títere en manos de Volkov. Cada gesto, cada palabra, cada movimiento eran cuidadosamente orquestados por él para dejar en claro su control sobre mí.
En un momento, Volkov se acercó a mi oído y susurró:
"Recuerda, querida, ahora eres mía. Disfruta de estos lujos, pero nunca olvides a quién le debes todo esto".
Un escalofrío recorrió mi espalda ante sus palabras. Sabía que a partir de ese momento, mi vida ya no me pertenecía. Volkov me había atrapado en su mundo, y tendría que luchar con uñas y dientes por recuperar mi libertad.
Mientras la noche avanzaba, me esforcé por mantener una sonrisa y una actitud tranquila, pero por dentro me sentía como si me estuviera ahogando en un mar de opulencia y falsedad. Anhelaba estar de vuelta en mi pequeño apartamento, ensayando para mis próximos espectáculos, lejos de la mirada vigilante de Volkov.
Cuando finalmente volvimos a mi hogar, me derrumbé en los brazos de Natalia, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. Ella me abrazó con fuerza, susurrando palabras de consuelo y aliento.
"Vas a salir de esta, Sarah", dijo. "Encontraremos una manera de liberarte de Volkov, te lo prometo".