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No pasó mucho tiempo para que mi padre llegara. "Hola, familia", dijo con entusiasmo, mientras mi madre lo recibía con alegría.

Después de los saludos, pasamos a cenar juntos. La conversación fue agradable y relajada, compartiendo historias y risas. Mi madre había preparado una deliciosa cena, y disfrutamos de cada bocado.

Con la cena, pasamos una buena noche en familia. Me sentí agradecido por tener un hogar tan acogedor y amoroso. Después de la cena, nos sentamos en el salón a charlar un rato más, disfrutando de la compañía mutua.

Fue una noche tranquila y placentera, sin preocupaciones ni estrés. Solo disfrutamos del momento y de la presencia de los demás. Me sentí feliz y contento, sabiendo que tenía una familia que me apoyaba y me amaba.

Me desperté sintiendo una energía renovada y un ánimo positivo. Después de una refrescante ducha, me sentí listo para enfrentar el día. Me dirigí a la cocina para disfrutar de un delicioso desayuno, preparado con amor por mi madre.

Mientras comía, repasé mentalmente mi horario de clases y los temas que debía estudiar. Me sentía motivado y enfocado, listo para aprender y aprovechar al máximo mi tiempo en el instituto.

Con el estómago lleno y la mente clara, me preparé para salir rumbo a mis clases. Me puse mi mochila, revisé que tuviera todos mis materiales y me despedí de mi familia con un abrazo y un beso.

"Que tengas un buen día, hijo", me dijo mi madre con una sonrisa.

"Gracias, mamá. ¡Nos vemos después de las clases!", le respondí con entusiasmo.

Y con eso, me fui hacia el instituto, listo para enfrentar el día con energía y positividad. Me sentía contento de tener una rutina establecida y de poder compartir momentos con mis seres queridos. La vida me sonreía y yo estaba listo para devolverle la sonrisa.

Claro que el camino no estuve solo, ya que cuando salí de mi casa, Rin estaba esperando por mí. Me sonrió con su belleza radiante y me tomó la mano, haciendo que el camino hacia el instituto fuera aún más placentero. Caminamos juntos, disfrutando del sol de la mañana y de la compañía mutua.

Tan pronto llegamos al instituto, nos detuvimos un momento para despedirnos. Rin me dio un beso en la mejilla y me deseó buena suerte en mis clases. Yo hice lo mismo, deseándole un día maravilloso.

"Que tengas un buen día", me dijo con una sonrisa.

"Lo mismo para ti", le respondí, sintiendo que mi corazón latía con emoción.

Y con eso, nos separamos para ir a nuestras respectivas clases, pero sabiendo que nos volveríamos a ver pronto. El día había comenzado de la mejor manera posible, con el amor y la compañía de Rin.

Al entrar a mi salón, me senté en mi lugar esperando que el profesor llegara. De pronto, unas manos me taparon los ojos y pensé que era una broma de Rin, así que dije: "Hola, amor. Pensé que estabas en clase".

Pero para mi sorpresa, cuando me quité las manos de los ojos, vi que era Rina. Me sentí incómodo y rápidamente dije: "Disculpa, pensé que eras Rin. ¿Qué haces aquí?"

Rina se rió y me dijo: "Jeje, solo quería sorprenderte. ¿No te alegra verme?" Me sentí un poco incómodo con su cercanía y traté de distanciarme un poco, diciendo: "Sí, claro. Pero deberías ir a tu lugar, el profesor va a llegar pronto".

Rina pareció entender y se sentó en su lugar, pero pude notar que seguía mirándome con una sonrisa que me hacía sentir un poco incómodo, como si estuviera insinuando algo más.

Paso un momento y el profesor llegó, dando inicio a la clase de dibujo. La instrucción era clara: juntarse en parejas para dibujarse mutuamente. Me dispuse a buscar un compañero, pero antes de que pudiera encontrar a alguien, Rina se me acercó de sorpresa y me pidió ser mi pareja.

"Hola, si hacemos pareja", me dijo con una sonrisa.

Me quedé sin saber qué decirle, intentando pensar en una excusa para evitar la situación. "Este... uh... ", tartamudeé.

Pero antes de que pudiera responder, una chica se me acercó y me "rescató", diciendo: "Disculpa, yo haré pareja con él".

Rina frunció el ceño, claramente molesta. "Oh, okay...", dijo con un tono cortante, antes de darse la vuelta y buscar a otro compañero. Su mirada de molestia me siguió durante un momento, antes de que me volviera a concentrar en mi nueva compañera.

“Gracias por rescatarme”, le dije a mi compañera con un suspiro de alivio.

"Gracias por rescatarme", le dije a mi compañera con un suspiro de alivio.

"De nada, se te notaba la incomodidad", me respondió con una pequeña sonrisa. "Me llamo Mika, un placer", agregó con una inclinación de cabeza.

"Yo me llamo Kaito", le dije amablemente, devolviendo la sonrisa.

Ahora que nos habíamos presentado, pasamos a cumplir con la tarea asignada. Empezamos a discutir cómo nos dibujaríamos mutuamente, decidiendo que empezaríamos por dibujar nuestros retratos y luego agregaríamos algunos detalles y accesorios.

"Mientras tanto, ¿te gusta la música?", le pregunté.

"Sí, me encanta", me respondió. "Toco el piano en mi tiempo libre".

"¡Eso es genial!", le dije. "Yo me encanta leer y leer mangas".

La clase pasó volando y antes de que nos diéramos cuenta, el profesor nos estaba pidiendo que mostráramos nuestros dibujos.

"¿Listo?", me preguntó Mika, nerviosa.

"Sí, listo", le dije, sonriendo. "Vamos a hacerlo".

Mika y yo nos miramos nerviosamente, pero luego sonreímos y nos felicitamos mutuamente por un trabajo bien hecho. "Buen trabajo", me dijo Mika. "Gracias, tú también", le respondí.

El profesor nos felicitó por nuestro trabajo, y la alegría nos invadió. Habíamos terminado antes de tiempo, y el profesor, con una sonrisa, nos permitió salir a un "break". "Qué te parece si vamos a comprar algo?", me preguntó Mika. "Sí, claro, de paso iré a ver si mi novia está libre", respondí sin pensarlo.

Al decirlo, ella se quedó callada por un momento, luego respondió: "Tienes novia?

Si, disculpa que no lo haya mencionado antes" le respondí . "Jaja, no te preocupes, así pasa, vamos" me dijo ella, tratando de disimular su incomodidad. Pero podía notar que estaba algo triste, y me pregunté por qué.