Grettel es una mujer pobre, que se enamora de un hombre rico, al que conoció desde niños.
Ese amor desencadena una serie de maltratos, odio y situaciones en las que de pronto te obligan a decir, ¡ella o yo, tienes qué decidir!
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El spa
En un restaurante cerca del lugar donde estudiaba dibujo Axel, él y Rocío comían, ella con toda la tranquilidad reflejada en su rostro, y él checando su reloj cada dos minutos.
¿Qué te pasa, Axel?, te noto muy nervioso y ansioso. ¿Hay algo que te preocupe?
Es que tengo un compromiso, ¿te importa si te mando en taxi a la casa?
Por supuesto que no, ve a tu compromiso. Yo me las arreglaré sola.
Gracias, Rocío.
Cuando Axel llegó al parque, no vio a Grettel.
"Se ha de haber cansado de esperarme, iré a su casa", se dijo Axel.
Grettel estaba en la casa de Ana Luisa y Ulises. Ana Luisa, al verla sola y triste la invitó a comer.
Mañana saldrá libre Ulises, el señor ese retiró los cargos.
Como cosa hecha adrede, Ulises entró en ese momento.
¡Hijo! ¿Por qué no me avisaste?, hubiera ido por ti.
Quería darte una sorpresa, madre. Grettel, ¿cómo estás?
Ulises, tú mamá me invitó a comer.
¿Y eso que no estás con Axel?
Tuvo un compromiso, mañana lo veré.
Siéntate, hijo, dijo Ana Luisa, en seguida ordenaré que te sirvan.
Y así los tres comían en santa paz.
Axel llegó a la casa de Grettel, la señora Martha lo recibió muy grosera como siempre.
¿Qué quieres?, Grettel no está.
¿Dónde está?
No sé, desde que cumplió los dieciocho se ha vuelto más callejera.
Gracias, iré a casa de Ana Luisa.
Como quieras...
Casi le cerró la puerta en las narices.
Axel solo movió la cabeza y se fue.
Fue a tocar a la puerta de Ana Luisa.
Hola, ¿está Grettel?
Ana María lo dejó pasar. Claro, acabamos de comer, pero si quieres te sirvo.
No, gracias, ya comí.
En eso, Grettel se le acercó, ¿dónde comiste?, ¿en tu casa?
Eh, no... fui con mi prima Rocío.
Ah, ¿por eso me dejaste plantada?
Ana Luisa y Ulises intercambiaron miradas.
Luego, Ulises intervino.
¿Cómo que dejaste plantada a Gretel, por irte con tu prima Rocío?, ¿estás mal de la cabeza o qué?
Tú no te metes en lo que no te importa.
Pues sí me meto porque Grettel es mi amiga y me importa mucho.
Pues más te vale que te mantengas apartado de ella porque es mi novia.
Bueno, basta ya, no pueden estar hablando en tercera persona como si yo no estuviera aquí presente.
Y tú, Axel, ve a atender a tu "prima", no vaya a ser que se enoje contigo después.
Por favor, Grettel, comprende que tengo que atenderla porque llegó desde Estados Unidos.
Sí, claro, y yo vengo del arrabal por eso me plantaste.
No digas eso Grettel, sabes que yo te amo con todo mi corazón.
Axel, no tengo ganas de hablar con nadie. Será mejor que te vayas.
Pero Grettel, por favor.
Ya oíste a Grettel, vete inmediatamente.
Está bien, me voy, pero no porque tú me lo digas, Ulises. Ni creas que te voy a dejar el camino libre para que conquistes a mi novia.
Axel decidió irse, Grettel no tenía ganas de hablar con él.
Axel llegó a su casa, Josefina lo estaba esperando para reclamarle su actitud hacia Rocío.
Me puedes decir, ¿por qué mandaste a Rocío sola a la casa? ¿Qué clase de hombre eres?, ¿no te importa lo que le pudo haber pasado?
Mamá, no tengo ganas de hablar con nadie. Además, Rocío no es una niña para que la estemos cuidando.
Pero es nuestra invitada, Axel, ella merece todos nuestros cuidados, solo en lo que llega su madre.
No. Ella es tu invitada, no mía.
Respétame Axel, soy tu madre.
Lo siento, madre, pero no me obligues a hacer cosas que no deseo.
¿Por qué dices eso?, lo único que yo te pido es que saques a pasear a Rocío, mira que viene desde muy lejos después de algunos años de no verla.
Mamá, por Dios, ¿por qué tendría que sacarla a pasear? Si tanto te interesa, ¿por qué no la sacas tú?
Axel no esperó que su madre le contestara, se fue directo a su cuarto.
Rocío oyó sin querer todo lo que decía Axel.
Solo que no quiso hacer ningún comentario y se fue también, pero a su cuarto.
"¿De manera que no quieres andar conmigo?" "No te preocupes Axel, yo voy a hacer todo lo posible porque tú te fijes en mí".
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Buen día, tía, ¿ya se levantó Axel?
Sí, ya está sentado en el comedor.
Gracias, tía, en este momento voy para allá.
Hola Axel, ¿podrías llevarme al spa?
Lo siento, Rocío, pero tengo que ir a la universidad.
Rafael, que también estaba sentado a la mesa interrumpió... Si quieres yo te puedo llevar al spa, Rocío.
Ay, Rafael, no estoy hablando contigo.
Digo, solamente si quieres.
Por supuesto que no, yo quiero que me lleve Axel.
Bueno, pues aquí estoy para lo que se te ofrezca.
De verdad, Rocío, yo tengo muchas cosas que hacer, igual te puede llevar mi hermano.
No te preocupes Axel, en cuanto tengas una chancita me llevas, ¿de acuerdo?
Está bien, Rocío, discúlpame.
La comida transcurrió en completo silencio, pero Josefina no estaba conforme.
Por favor, Axel, no seas así. Llévala al spa, al fin y al cabo tu padre abogará por ti para que no te corran de la universidad. No se te olvide que él es uno de los bienhechores de esa escuela.
Axel estaba siendo manipulado por su propia madre.
Con una cara de resignación, dijo: está bien, Rocío, te llevaré.
Gracias, Axel, no sabes qué feliz me haces.
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Hola, mi amor. ¿Cómo estás?
Bien, ¿por qué últimamente estás tan tranquilo, tan serio?
Quiero que sepas que yo te amo, por sobre todas las cosas y por favor no creas nada de lo que te digan aunque tú lo veas. Pase lo que pase, confía siempre en mí.
Grettel se le quedó viendo muy pensativa... "Pues qué se trae este hombre?".