*Amor sin edad * es una novela romántica con toques de comedia, que narra la historia de Juliana, una joven soñadora que se enamora de Francisco, el mejor amigo de su padre. A través de situaciones cómicas y agridulces, Juliana enfrenta la realidad de un amor aparentemente imposible, marcado por la diferencia de edad. Francisco, un hombre encantador y seguro de sí mismo, se ve atrapado en un dilema emocional cuando empieza a notar los sentimientos de Juliana.
La historia también introduce a Nicolás, un amigo cercano de Juliana, quien confiesa su amor por ella, creando un triángulo amoroso lleno de humor, malentendidos y momentos tiernos. A lo largo de la novela, los personajes reflexionan sobre el amor, el destino y las decisiones que nos llevan a encontrar la felicidad, todo envuelto en un tono ligero y entretenido.
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Capítulo 5: La Resolución
Las semanas siguientes fueron un torbellino de emociones para Juliana. Después de haber malinterpretado tantas señales y enfrentarse a la cruda realidad de que Francisco no la veía más que como la hija de su mejor amigo, tuvo que replantearse muchas cosas sobre sí misma y sobre lo que realmente quería en la vida.
**Reflexión y Madurez**
Al principio, se sentía desorientada, como si una parte de ella hubiera quedado vacía. Las ilusiones que había construido en torno a Francisco, ese amor platónico que había idealizado, se desmoronaron de un golpe. Pero, conforme pasaban los días, Juliana empezó a darse cuenta de algo fundamental: sus sentimientos por Francisco, aunque dolorosos, la habían hecho crecer.
Una tarde, mientras paseaba por el mismo parque donde había visto a Francisco con otra mujer, Juliana se detuvo frente a un banco. Era el lugar exacto donde había estado sentada tantas veces soñando despierta, imaginando escenarios románticos que ahora le parecían absurdos. Se sentó en el banco y miró a su alrededor, recordando todas las veces que había fantaseado con un futuro imposible.
"Quizás, en el fondo, siempre supe que esto no iba a ninguna parte", pensó para sí misma. "Pero eso no significa que no haya sido importante".
Juliana comenzó a entender que el amor platónico que había sentido por Francisco no era necesariamente algo malo. Sí, había sido doloroso, pero también la había hecho reflexionar sobre lo que realmente buscaba en una relación, lo que valoraba en una persona, y, lo más importante, lo que quería para sí misma.
Lejos de sentirse derrotada, Juliana se dio cuenta de que este amor no correspondido le había dado la oportunidad de madurar. Había aprendido a conocerse mejor, a entender que no todo en la vida sucede como uno lo planea, y que a veces los sentimientos no son correspondidos de la manera que uno espera.
**Una Decisión**
Con esta nueva perspectiva, Juliana decidió que era hora de dejar atrás esa etapa de su vida. Estaba lista para enfocarse en sus propios sueños y aspiraciones, en vez de estar atrapada en un amor que nunca podría ser. Durante mucho tiempo, había permitido que sus sentimientos por Francisco la definieran, la hicieran sentir menos valiosa por no ser correspondida. Pero ahora sabía que su valor no dependía de si alguien la amaba de la misma manera que ella amaba.
Decidida a hacer un cambio, Juliana comenzó a dedicarse más a sus estudios, a sus pasatiempos, y a pasar tiempo con sus amigos. Incluso se apuntó a un curso de fotografía que había estado posponiendo durante meses. A medida que se enfocaba más en sus propias metas, encontró que su vida comenzaba a tomar una nueva dirección.
Una tarde, mientras estaba en la cafetería donde solía estudiar, Valeria, su mejor amiga, se unió a ella. Hablaron de muchas cosas, y eventualmente, la conversación se dirigió a Francisco.
—¿Y cómo va todo con Francisco? —preguntó Valeria, con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Juliana sonrió, sintiendo que por primera vez en mucho tiempo, podía hablar del tema sin sentir ese nudo en el estómago.
—He decidido que es hora de seguir adelante —respondió Juliana con firmeza—. Me di cuenta de que no necesito que Francisco me ame para sentirme bien conmigo misma. He estado viviendo en un sueño, y aunque duele despertarse, estoy contenta de haberlo hecho.
Valeria la miró con admiración.
—Eso es muy maduro de tu parte, Juli. Estoy orgullosa de ti.
Juliana se sintió reconfortada por las palabras de su amiga. Sabía que había tomado la decisión correcta. Aunque siempre llevaría un cariño especial por Francisco, ahora entendía que su vida no podía girar en torno a él.
**Nuevas Oportunidades**
Con el tiempo, Juliana comenzó a notar cosas que antes no había percibido. Se dio cuenta de que el mundo estaba lleno de posibilidades, de nuevas personas que conocer, de experiencias que vivir. Poco a poco, la figura de Francisco dejó de ocupar el centro de sus pensamientos. Aunque seguían viéndose de vez en cuando, especialmente cuando él visitaba a su padre, Juliana ya no sentía esa angustia que la había acompañado durante tanto tiempo.
Un día, en una de sus clases de fotografía, conoció a alguien nuevo. Era un chico de su edad, llamado Nicolás. Tenía un sentido del humor contagioso y una sonrisa que iluminaba la habitación. Al principio, Juliana no le prestó demasiada atención; estaba tan acostumbrada a estar centrada en Francisco que no había considerado la posibilidad de que alguien más pudiera interesarle.
Pero, a medida que pasaban las semanas, Nicolás empezó a aparecer cada vez más en su mente. No era la misma clase de amor platónico que había sentido por Francisco; era algo más real, más alcanzable. Nicolás la hacía reír, se interesaba por sus opiniones, y la miraba de una manera que la hacía sentir apreciada, no como una niña, sino como una joven con quien podría compartir algo más.
**El Nuevo Capítulo**
Juliana no tenía prisa. Estaba disfrutando del proceso de conocerse a sí misma y de explorar nuevas posibilidades. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que el amor no era una carga, sino algo que podía llegar a su vida cuando menos lo esperara, de la manera más natural y sincera.
Y así, con una nueva visión de la vida y del amor, Juliana cerró el capítulo de su historia con Francisco. No con amargura, sino con gratitud. Después de todo, ese amor platónico la había llevado a donde estaba ahora, la había ayudado a crecer y a entender que, aunque algunas historias de amor no terminan como uno espera, siempre hay un nuevo comienzo esperando, lleno de promesas y nuevas oportunidades.
Con una sonrisa, Juliana decidió que, a partir de ese momento, viviría su vida al máximo, sin dejar que los amores imposibles la definieran. Estaba lista para escribir su propia historia, una historia en la que ella sería la protagonista y en la que el amor, cuando llegara, sería una bendición y no una carga.
Cada autor tiene el derecho de contar la historia que desea, y la ausencia de contenido sexual no desmerece la obra. Es esencial respetar el trabajo ajeno, especialmente si una novela no se ajusta a los gustos personales. Criticar sin comprender la intención detrás de una obra suele provenir de quienes no han experimentado el reto de escribir. La literatura es un arte en todas sus formas, y cada historia tiene su lugar y propósito.