Se supone que enamorarse te lleva a las nubes, pero Ariel no tiene experiencia en ese tema. ¿Qué debes hacer cuando tienes pretendientes que quieren conquistar tu corazón? ¿Cómo debes reaccionar cuando uno de ellos te rompe el corazón? Ariel tendrá que explorar su corazón romántico para poder tener su primer romance de verdad y así lograr ser feliz de verdad.
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Y DEBES ELEGIR
...Tres meses después......
El disparo hace que mi presa caiga al suelo. ¡Un pato! Se desvanece rápidamente y cae al suelo.
—¡Qué buena puntería tienes! Había olvidado lo bueno que eres con esto —dice Hiram.
—Ves, qué mala onda. Como es posible que no te acuerdas de mi don con el rifle.
—Perdóname, es que la última vez que nos vimos no me trajiste de cacería. Y además, éramos niños.
—¡Ya sé! Estaba muy ocupado, por eso no pude traerte a cazar. Pero qué bueno volviste. ¿Cuánto tiempo te quedarás?
—Planeo estar un par de semanas. ¿Te parece bien?
—Pues sí. Sabes que no tengo inconveniente en darte posada en mi habitación.
...🩵🩵🩵...
Toco el timbre de su puerta, segundos después, la puerta se abre y ella me recibe con una sonrisa amplia.
—¡Qué gusto verte Ariel! Pasa, ¿fuiste de cacería?
—Sí, esta vez capture varios patos y como sé que le gustan, pase a ver si quiere alguno.
Hiram le muestra el botín de nuestra cacería. Ella examina y elige dos.
—En un momento te pago.
—¡Por supuesto!
Nos invita a tomar asiento en la sala principal de su casa. El terciopelo negro es bastante suave y la comodidad del asiento me agrada.
—¿Y cómo has estado? —Me pregunta ella.
—¡Muy bien! Ya sabe, trabajando, ayudando a mi padre con el huerto y cazando de vez en cuando.
—Siempre has sido muy trabajador. ¡Me agradas por eso!
Su halago me hace sonreír.
—¡Gracias por decirme eso! Me hace sentir bien.
Asiente.
—Yo he querido disculparme contigo, pero no había tenido la oportunidad.
—¿Disculparse conmigo? No entiendo, usted no...
—Me disculpo por la ilusión que mi nieto causo en ti. Yo, no estoy muy contenta con él, pero tomo su decisión y no puedo hacer nada, salvo disculparme contigo.
—Pero usted no necesita disculparse conmigo, todo está bien entre nosotros.
—Sé que mi nieto no ha dado la cara contigo y eso es lo que me molesta. ¡Aún no madura! Y no es capaz de tomar sus propias decisiones. Su madre ha sido una mala influencia para él.
Parecía que ella de verdad estaba siendo sincera conmigo y me sorprendí mucho por la cordialidad con la que me estaba tratando y sobre todo, cómo estaba dando la cara por el error de su nieto.
—Yo desconozco los motivos por los que Héctor decidió irse. No comprendo por qué me dijo algo y no cumplió. Pero,m Magda, usted puede estar segura de que ya no me acuerdo de él.
—¿Lo has olvidado?
—Sí. Ya lo he olvidado. Es pasado.
Sonríe ligeramente.
—¡Excelente hijo! Así debe ser, él se perdió la oportunidad de estar contigo y no debe ser tan insensible ante las consecuencias si después regresa a rogarte. ¡Ese es su estilo!
—Pues si regresa, está bien por él. Yo ya he empezado a definir que es lo que quiero en la vida.
...🩵🩵🩵...
—¿De verdad te dejo? —Hiram tiene curiosidad.
—Pues se fue así de repente y dijo que estaríamos en comunicación, pero hasta el momento no he recibido algún mensaje o llamada de parte suya, cosa que yo sí hice.
—¿Trataste de localizarlo?
—Sí, pero después me canse y deje de escribirle.
Termino de quitarme la ropa de cacería, tomaré un baño. Camino en ropa interior hasta mi cajonera y saco una muda de ropa.
—¿Y qué hay del otro tipo que es familiar suyo?
—¿Quién? ¿Rodrigo?
—No sé como se llama, pero Carla dijo que era como el hijo adoptivo de Magdalena.
—Ah. Sí es Rodrigo.
—¿Y qué hay entre ustedes? Carla me dijo...
—Esa Carla es muy chismosa en mi vida romántica.
—Pues se preocupa por ti —termina de quitarse la camisa y su abdomen me llama la atención.
¿Se metió al gym? ¡Lo tiene increíble!
—Como sea, Rodrigo es un buen camarada, yo así lo veo. Aunque no descarto la idea de que él tiene sentimientos románticos por mí, eso lo convierte en pretendiente y me agrada. Es buena onda, trabajaba como oficial de policía, pero pidió darse de baja para poder venir a cuidar de Magda. Adema de que es superatento. ¡No sé! Sí, es un buen tipo. Vendrá a cenar esta noche, papá lo invito. Después de la cena puedes entrevistarlo y averiguar que es lo que siente por mí.
—Entonces tendré que pensar en que preguntas hacerle.
Agarro mi toalla y camino al sanitario.
—¿Y tú qué onda? ¿No pretendes a nadie? —Esta vez yo soy el que quiere averiguar sobre la vida romántica de mi primo.
—Yo, no, aún no.
—¿Cómo es posible que no? Estás bien guapo, dudo que nadie se fije en ti o que tú quieras a alguien. De niño eras muy coqueto con todos. ¿Qué paso con el Hiram coqueto?
Se ríe.
—Pues deje de ser coqueto.
—¿Y eso por qué?
—Es que me di cuenta de que no quiero salir lastimado en el amor.
—¿Cómo que lastimado? ¡No manches! Si te gusta alguien debes decirle, no te apenes. Y eso de salir lastimado, es lo último en lo que deberías pensar.
—¿Me estás aconsejando?
—Obvio. Veo que te falta valor.
Se ríe.
—Como ya tienes pretendientes, ya te atreves a darme consejos amorosos. ¡Ya vete a bañar!
...🩵🩵🩵...
La cena estuvo superdeliciosa, mamá horneo los patos y hasta hubo alcohol para alegrarnos un poco. Al terminar de cenar, Rodrigo y yo salimos a platicar al jardín.
—¿Y cómo te has sentido?
—Muy bien. Ya ves que fui de cacería y por eso tuvimos esta rica cena —le respondo.
Sonríe.
—Me gusta verte feliz.
—Yo sé. ¡Me siento chido! —Nos miramos por algunos segundos y la brisa nocturna es muy agradable—. ¿Tú cómo has estado?
—Bien. Un poco cansado pero todo en orden.
—Deberías dormir temprano. ¿Aún te sigues desvelando?
—No.
—Chismoso. Sé, cuando me estás mintiendo. ¡Te conozco!
Se ríe.
—Si me he estado desvelando.
—Muy mal. No es bueno para la salud —lo reprendo ligeramente.
—¿Te preocupas por mí?
—Claro. Me caes bien, debo ser gentil contigo para que dures más tiempo conmigo.
Sus ojos, sus labios se curvan en una media sonrisa y el contacto visual es natural. Sube su mano a mi mejilla derecha y comienza a acariciar con el pulgar. ¡Sé que mis hermanas están de chismosas desde el ventanal de la segunda planta! Pero no me importa si ellas están observando, mi corazón está acelerado y siento algo bonito en mi alma. ¿Cariño? ¿Felicidad? ¿Amor?
—¡Me gustas! —Dice Rodrigo—. Siento que me he enamorado de ti y eso te lo debo confesar.
Sus palabras retumbaron en mi corazón, no era la primera vez que alguien me decía que gustaba de mí en una forma romántica. ¡Me sentí emocionado! Comenzó a acercarse a mí y era evidente que quería besarme.
¡Pero no pudimos besarnos! Mi celular empezó a timbrar y mi querida Lea había interrumpido mi momento romántico con su estúpida llamada.