Ella mala y rebelde. Él ejemplar y disciplinado. ¿Sobrevivirán al matrimonio?
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Capítulo 11 Comiéndose a besos
Guadalupe
Brandon cree que soy estúpida pero me da igual. Se que cuando llegamos de compras el fue a buscar compañía femenina y no lo juzgo, solo soy su esposa de adorno
Comía sola al mediodía y también por la noche pero no importaba, disfrutaría mí estadía en este hermoso lugar. España es maravillosa, tiene unos paisajes divinos y no me quedaría a esperar que mí querido esposo regrese y se digne a ser mí guía turístico. Después de todo es muy aburrido hasta para eso.
Me coloqué un bikini cruzado blanco y negro que compré y lo primero que hice fue ir a la piscina, me sentía bien y era un hermoso día como para estar encerrada
Pedí una limonada al mesero y me la acercó hasta mí lugar, si que los ricos tienen lujos y son consentidos. Un hombre de unos 30 años se acercó a mí, rubio, apuesto, musculoso, todo un bombón y lo mejor y más atractivo es que tiene unos tatuajes divinos que le quedan súper sexys. Me dijo que es fotógrafo y está aquí por trabajo junto con su pareja y efectivamente tenía una alianza en su mano al igual que yo en la mía. Su nombre Dante y me dijo que su pareja ya venía. Cuando se acercó vi un moreno de ojos miel precioso, no podía creer que era gay.
Tan cierto es lo que dicen que los mejores hombres están comprometidos o soy gays, al menos disfrutamos la tarde junto a la piscina, reímos y nos divertimos mucho. Son sencillos aunque tienen dinero y es fácil tratar con ellos, nada que ver con mí esposo.
Veo casualmente en el otro extremo del lugar que Brandon está acompañado con una rubia siliconada, comiéndose a besos y que minutos después se van a pedir una habitación. Él me habló de discreción, increíble. Si esto es apenas con una semana juntos que será más adelante, no podré pasar por la puerta por los cuernos.
Tres días después las cosas no cambiaban, aveces no venía ni a dormir pero al menos tenía mí paz. Mí rutina consistía en levantarme y salir con los chicos a diversos sitios, comer, bailar, acompañarlos de compras, ir a la piscina. Varios hombres se me acercaban y con enseñar mí mano con el anillo se iban rápidamente. El matrimonio no es lo que esperaba pero al menos resulta como repelente de idiotas.
En la piscina al anochecer estaba tomando una copa con Dante ya que su pareja se sentía indispuesto y se retiró a descansar. Veo entrar a Brandon y me ve acompañada y la molestia aparece en su rostro. Me fulmina con la mirada y se va.
Cuando llego a la habitación creo que estaré sola pero él recordó dónde estábamos hospedados
-¿*Estabas con ese todavía?
-Si y lo estaba pasando muy bien realmente
-Ya veo, se te olvida que eres casada y me avergüenzas, dejándome ver cómo un cornudo
-¿Yo te avergüenzo? ¿Crees que no se lo que haces cuando no estás aquí? o mejor dicho te vi con mis propios ojos, todos te vimos
-¿Que viste?
-Te vi con esa rubia de plástico besándote en la piscina cuando yo estaba a pocos metros de ustedes y no te importó mucho la imagen ni nada. Vi cuando pedían una habitación y no llegaste a dormir así que deja de hacer el ridículo reclamando cosas que tu mismo no puedes cumplir
-Soy tu esposo
-¿Y? ¿Qué harás al respecto? Tu tienes derecho a disfrutar así como yo también lo tengo y si no te gusta puedes pedir el divorcio o anulación lo que desees, con todo gusto me libraré de ti*
Lo deje hablando solo, me cambié y me fui al bar del hotel a tomar una copa. Volví cuando estaba un poco pasada de copas y me acosté. Lo menos que quería era aguantar los reclamos del inútil que tengo como marido.
Después de aquello ya no lo vi salir y se ha mantenido en paz. Me invitó a cenar el día antes de irnos pero rechacé su propuesta, ¿Por qué iría? Yo después de todo no encajo en lo que espera así que mejor me quedo en mí lugar. En lugar de eso pedí una hamburguesa con papas fritas al servicio de habitación y me quedé mirando una película. Él fue a cenar de todos modos y cuando regresó comenzó a esparcir perfume por todo el lugar porque según él "olía a grasas". Reclamó por no cenar con él pero preferí no abrir la boca porque sería para discutir.
Nos despertamos temprano, nuestras maletas ya estaban listas y nos despedimos de aquel lugar para abordar el avión que nos llevaría donde sería mi nuevo hogar los próximos dos años