Un antihéroe conocido como Komori y una heroína conocida como Zero deberan unir fuerzas para impedir que el Ragnarok ocurra.
Los problemas que comenzaron el día que se volvieron pareja deberán resolverse en el presente después de quedar varados en Asgard.
Y para ello, junto a sus amigos deberán derrotar a los Aesir que amenazan el planeta Tierra mientras sobrellevan sus problemas.
¿Podrán salvar a la Tierra? ¿Podrán vencer a los dioses nórdicos?
⚠️La novela cambiara al narrador en algunos episodios⚠️
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Capitulo #2: Responsabilidad
Para mi sorpresa, Komori había protegido de la inminente explosión a una niña pequeña. Por suerte logré evitar que los escombros cayeran encima de ella. Cargando todo un edificio entero en mis hombros. Algunos pedazos de acero que conformaban el esqueleto del edificio, atravesaron la mayor parte de mi cuerpo, causándome un infernal dolor en todo el cuerpo.
—Ggh, Ver... Mier... Ggh, Mal... Dicion... —murmure adolorido—
—Nick, hay que escapar de aquí, debemos dejarla e irnos, o moriremos, una simple niña, no hará la diferencia
—¿E-Estas bien? —preguntó preocupada y llena de tierra—
—S-Si, solo son pequeños rasguños, todo estará bien, ¿si?, no voy a dejar que mueras, todo saldrá bien —dije mientras forzaba una sonrisa, a pesar de que muy internamente sabía que estábamos muy jodidos—
—N-No, mueras, por favor
—N-No, descuida, nadie morira
—¡¡Nick!!, debemos irnos, debemos priorizar nuestras vidas, piensa, esa cachorro humana solo será un mal menor, la sociedad ni siquiera llorara su muerte debido a lo invisible que es
Sabia que tendría que salvarme a mí mismo, que era lo más lógico, sin embargo, ver a esa niña tan asustada, me hizo recordar cuando estuve en su lugar, los malos tratos de mi padre antes de divorciarse de mi madre, me hicieron verme reflejado en ella; Komori tenia razón, la muerte de ella no seria nada, a nadie más que a su familia le importaría, tal vez no sea un héroe, pero esa noche entendí el peso de mi poder, y de mi responsabilidad.
Desde que tenía mis poderes me sentía invencible, sentía que estaba haciendo el bien, y jugaba al héroe sin darme cuenta de que mis acciones tienen un fuerte peso. Esa niña había terminado aquí, por mi culpa y ahora cargaba con las consecuencias de mi inmadurez.
“No, no voy a dejarla, quiero salvarla, así que por favor, ayúdame a salvar a esta niña” respondí
—¿Y como piensas salvarla?, Nick, piensa, usa tu sentido común y prioriza tu vida
—Oye, ¿y cómo te llamas? —pregunté agotado—
—Kim... Kim... Kimberly y... ¿y tú?
—Puedes llamarme Komori
—¿E-Eres un superhéroe?
—A... Algo así
—¿Huh?, ¿Y si eres un superhéroe? ¿dónde está tu traje?
“¿Un traje?, ¡Eso es! ¡Komori!, necesito que hagas dos trajes lo suficientemente resistentes como para salir de aquí, usa toda mi sangre si es necesario, solo… ¡¡Sacanos de aquí!!”
—¿Qué?, eso es demasiado peligroso, podrías morir
—Hazlo, y si ves que no funciona, salva a Kimberly
—Tsh, De acuerdo, pero si hago eso, ella tendrá más posibilidades de ser mi huésped en un futuro, lo que le traerá muchos problemas a futuro
—¡¡Solo hazlo!!
La sangre que había derramado anteriormente y la sangre que estaba derramando en ese momento comenzó a rodear nuestros cuerpos mientras se cristalizaba. Kimberly me abrazo asustada. Al mismo tiempo los huesos de mis brazos y mis piernas empezaron a romperse por el peso de los escombros, causándome un inmenso dolor.
La sangre cristalizada terminó de rodear nuestros cuerpos justo en el momento en el que mis brazos se rompieron por completo. Extendí mis alas y abracé a la pequeña con un brazo y salí de ahí dando un fuerte salto hacia arriba. Los civiles junto a los soldados qué había alrededor quedaron anonadados después de vernos salir de los escombros.
—Im... imposible, sigue vivo
—¡¿Qué?!
—Señor, al parecer el sujeto tiene a... a una niña de rehén
—Kimberly —bajo a la pequeña al suelo— Anda ve con tu familia
—S-Si, komori —el traje de sangre desapareció de su cuerpo. Kimberly bajo de los escombros para correr hacia su madre y abrazarla con todas sus fuerzas—
—Señor, al parecer Komori ha soltado a la rehén
—Tsh, Comisario, es mejor que eliminen a ese pinche parásito, ¡¡Ahora!!
—Evacuen a todos los civiles de la zona, y acaben con él, cambió
Algunos de los policías se encargaron de alejar a todo civil que se encontrara cerca de la zona.
—¡¡Fuego!!
—Bien, llegó tu hora de cenar
Debido al hambre que teníamos, nos convertimos en una bestia hecha de sangre. Tentáculos de sangre con cuchillas en las puntas salieron de nuestra espalda. Con un aterrador rugido corrimos hacia los policías que nos estaban disparando, para dar comienzo a una sangrienta batalla contra ellos.
Si ellos tanto deseaban a un monstruo entonces les daría uno.
Varios helicópteros comenzaron a dispararnos, derribamos a los helicópteros como si fuéramos Hulk, nos impulsamos hacia ellos con un salto para después derribarlos con un fuerte puñetazo.
A pesar de ser bestias, aún quedaba cierta humanidad, lo que nos hizo usar la telaraña de sangre para evitar dañar a los civiles o a las personas que nos estaban atacando.
En cuestión de unos pocos minutos, toda esa zona quedó cubierta por una nube de polvo, los helicópteros que derribé quedaron pegados en los edificios con telaraña para que no impactaran contra civiles.
Aprovechamos la neblina para escapar de ahí, aunque las consecuencias de mis acciones no tardaron en llegar, me estrelle contra el tejado de un edificio con un fuerte dolor en el pecho, mi corazón se estaba deteniendo debido a la sangre que había usado.
Antes de quedar inconsciente, pude ver la silueta de mi madre, defendiéndome de mi padre, antes de que los policías llegaran para llevárselo, por momentos me vi tan indefenso y vulnerable, como aquella niña que había salvado.
Caí contra el duro concreto inconsciente, las heridas mortales que tenía sanaron a una velocidad impresionante. Mis pupilas comenzaron a tener un tono rojizo pues mi compatibilidad con Komori había crecido.
Tras una hora inconsciente, pude regresar a mi casa, con la ropa rasgada, con moretones y rasguños que no habían sanado, a pesar del dolor y de la impotencia que sentía por lo que había descubierto de mi padre, ver a mi madre durmiendo en el sillón de la sala principal en señal de que me esperó durante horas, hizo que una sonrisa se dibujara en mi rostro.
Cojeando caminé hacia mi habitación, encontrando un dibujo de un fénix en mi habitación, un dibujo que había dibujado mi sobrino, en una situación normal, me enojaría con Angie, mi otra hermana menor, pero ese dibujo me dio una idea.
Después de esa noche, gracias al internet me hice conocido en todo el mundo, me volví odiado por mucha gente y amado por una pequeña parte —mayormente la gente de Moncia— debido a que mataba a los criminales que yo creía que se lo merecían, las personas no me veían no como un héroe, sino como un monstruo sin corazón, un demonio, algunos incluso me llamaban, “Satanás”, y otros, decían que era el opuesto a Zero, aquella superheroína que era como superman.
Como era de esperarse, mi fama no tardó en llegar hasta Bear City, donde una hermosa joven con una bufanda azul y cabello plateado se encontraba salvando a unas personas de un derrumbe causado por un Kaiju.
—Es mejor que evacuen la zona, yo tratare de llevarlo lejos de aquí —dijo dejando a uno de los civiles en el suelo—
Los policías de Bear City asintieron, Zero se dio la vuelta para ver al inmenso Kaiju, decidida arrancó un árbol del suelo de un parque y lo usó para llamar la atención del inmenso monstruo, como si fuera un cachorro viendo un hueso comenzó a perseguirla.
—¡Ven!, ¡¡Sígueme!!, ¡¡Pequeño!!
El Kaiju la siguió emocionado, Zero lo llevó por una zona en la que no había ningún civil, aunque en el camino, pudo ver a un cachorro atado en un barco, sin dudarlo soltó el árbol y voló hacia el cachorro para llevarlo a un lugar donde no había peligro, el Kaiju se entretuvo con el árbol un tiempo, tiempo que Zero aprovechó para cargarlo y llevárselo de ahí. Lo dejó en el océano, en donde dicho Kaiju pertenecía, agradecido le dio algunos lengüetazos a Zero para después regresar a su nido, que estaba en lo profundo del océano Pacifico.
Después de salvar la ciudad una vez más, se cambió en un parpadeo, y fue a su preparatoria antes de que la dejaran afuera. En el camino hacia la preparatoria, pudo ver una noticia en su celular, sobre un superhumano, que la hizo detenerse.
—Un… ¿Un kirie? —murmuró Zero confundida y aterrorizada al vernos en las noticias de Bears city—