Shophie simplemente desapareció. No hubo explicaciones y dejó a Aiden con el corazón en mil pedazos. El destino siempre tiene la última palabra y después de cinco años vuelven a verse. ¿Tendrá Sophie una buena explicación para su ausencia?
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Capítulo 2
La ruptura con Sophie ha causado qué el viejo Aiden vuelva. La relación con su familia también se ha visto afectada, ya qué evita las reuniones familiares con el objetivo de no dar explicaciones, porque no las hay.
Samantha se ha acercado a su hijo en múltiples ocasiones buscando recobrar la cercanía sin éxito. A todos los tomó por sorpresa la repentina huida de Sophie, cada quien tiene su propia versión sobre el asunto.
- ¿Qué piensas que sucedió entre ellos, amor?- pregunta James por enésima vez.
- No lo sé, para Sophie debió ser algo muy fuerte qué tomó la decisión de irse sin más ni más.
- ¿Has hablado con Aiden?
- Si se le puede decir "hablar", sí. Sabes bien que no dice mucho.
- Creo que debemos viajar a Londres.
Días después se reúnen con su hijo en la casa familiar, la cena transcurre en silencio.
- ¿Alguna novedad?- indaga Samantha rompiendo el silencio.
- No, he cancelado la investigación. Ella no quiere ser encontrada y yo no pienso insistir con algo que no tiene sentido. Si ella me hubiese amado como decía hacerlo, jamás se habría marchado. Espero que ese tema quede en el pasado para todos.
- Respetamos tu decisión, hijo- asegura James.
Siguen cenando y hablando de otros temas.
Los años pasan, Aiden sigue evitando las reuniones familiares. Se le ve con diferentes chicas; modelos, actrices, hijas de familias importantes, pero con nadie entabla una relación formal.
Ava se entera por las redes sociales de las andanzas de su hermano, entiende que sigue dolido por el abandono de Sophie y no sabe si en algún momento podrá superarlo.
Ella también intentó ubicar a la chica, por supuesto, sin informar a su hermano. Lamentablemente, no consiguió nada relevante, llegó al mismo punto qué su hermano.
Han pasado cuatro años, Aiden debe asistir a una cena de negocios. Pretende cerrar el trato y marcharse, no le gusta convivir demasiado con sus futuros socios, prefiere mantener una distancia sana.
Federico Sánchez es un prominente empresario español dueño de varios viñedos y de una reconocida marca de vinos, ha viajado a Londres con la intención de asociarse con los Wilson. Lleva un par de años insistiendo y por fin consiguió una reunión.
El auto deportivo de Aiden estaciona junto a la acera de un elegante restaurante, el valet parking recibe sus llaves y él ingresa en el establecimiento.
Es recibido por una hermosa chica que no le quita los ojos de encima y lo guía con excesiva amabilidad hasta su mesa. Él la ignora, está concentrado en la mujer que acompaña al señor Sánchez.
- Buenas noches, señor Sánchez. Un placer conocerlo- se saludan con un cordial apretón de manos.
- El gusto es mío, señor Wilson. Le presento a mi abogada, Ximena Sánchez.
- Mucho gusto, señorita Sánchez,.deduzco qué el señor Sánchez es su padre.
- Así es, señor Wilson, mucho gusto.
Ximena extiende su mano y Aiden la toma con delicadeza. Ella es una mujer delgada, alta, cabello negro largo, unos ojos color miel expresivos y hermosos, piel morena. Facciones finas y delicadas. Ambos sienten una atracción mutua inmediata.
La conversación gira en torno a los negocios, Aiden ve bien una sociedad con ellos, resultará lucrativo para ambos.
- Nuestros viñedos se encuentran muy cerca de Pamplona, en el Valle de Elorz y sería importante que los visite personalmente- sugiere Federico.
- También creo que es importante. Debo organizar mi agenda.
- Claro, hagamos saber cuando pueda hacerse un espacio y lo recibiremos encantados- agrega Ximena.
Degustan una elegante cena de cuatro tiempos, acompañada de una botella de vino proveniente del viñedo Wilson.
La química entre Aiden y Ximema es palpable, no dejan de conversar y de dedicarse una qué otra mirada coqueta.
Al final de la noche acuerdan una cita para el siguiente lunes, no firmarán un contrato hasta que Aiden pueda viajar a España y conocer los viñedos.
En el ascensor del hotel, Federico Sánchez aconseja a su hija.
- Ten cuidado, cariño. Ese hombre no es de los que busca una relación seria.
- No te preocupes, papá. Lo sé.
- Sí cerramos el trato con ellos, lo mejor es mantener una relación únicamente de trabajo.
- Me gusta, no lo niego, pero no soy tonta.
- Y no es eso lo que estoy diciendo, solo quiero que tengas cuidado.
- Lo haré, papá. Te lo prometo.
Una vez en la privacidad de su habitación, Ximena busca en Internet información sobre el posible socio de su padre y en efecto, es un casanova. Un casanova demasiado atractivo.