Dicen que lo prohibido es mas tentador y se desea con locura, es lo que ocurre en esta historia Zoe se encuentra en una gran contradiccion se ha enamorado u obsesionado con el unico hombre prohibido para ella, su vida cambiara drasticamente a causa de ese sentimiento.
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Cap 2: Amor Fraternal
La maestra era nuestra cómplice sabía de los lazos que nos unían más allá de la amistad o el cariño.
Mi madre odiaba a los hijos de mi padre, quien para ese momento tenía dos, Joaquín y Martin, y el sentimiento era recíproco porque Cristina la esposa de Lucho me odiaba a muerte.
Que estupidez cierto, que se odien ellos, lo entiendo, pero que su odio vaya en contra de seres inocentes que no tienen culpa de nada es absurdo.
Joaquín era muy perezoso para el estudio, en cambio, yo era excelente, captaba todo rápido y aprendía aun ritmo más acelerado.
Creo que saque la inteligencia de mi madre y Joaquín la destreza física de mi padre.
Siempre destacaba en todos los deportes o juegos.
Cuando supo que seria promovida y el permanecería otro año en el jardín casi le da algo, no lo había visto llorar como hasta ese día.
Recuerdo su carita triste y como gipiando le suplico a la maestra que no nos separara, también estaba muy triste.
La maestra le dijo que por la edad era difícil que fue promovido, pero que si aprendía mucho tal vez fuese posible.
Así fue como desde ese día, comenzó a ser más disciplinado y a esforzarse más en aprender, yo le ayudaba con los números y el abecedario.
En poco tiempo aprendió a escribir su nombre sin verlo, mientras los otros niños jugaban, nosotros estudiábamos.
El deseo de seguir juntos era mayor y rindió sus frutos, fuimos promovidos al primer grado.
En el acto de grado nuestras miradas cómplices nos daban ese consuelo que nuestros brazos no podían obtener.
Deseaba tanto abrazarlo, pero ya tendríamos tiempo.
Las vacaciones serian una tortura por nuestra separación, pero nos esperaba todo un año escolar juntos.
Lucho se pavoneaba alardeando que tenía el hijo más inteligente que con 5 años paso a primer grado y me miro con desprecio, cosa que rompió mi corazón.
Si tan solo supiera todo tras la promoción de mi hermano su actitud sería otra, no dirían que yo era una mala influencia.
Ellos viajaron a la playa durante las vacaciones, mientras yo fui con mis abuelos al campo a visitar unos parientes.
Conocí dos primas dos años mayor que yo y mis vacaciones fueron agradables después de todo, extrañe a Joaquín, si muchísimo, pero me divertí.
El año escolar inicio Y el novio de mamá me compro el bolso y los útiles, Lucho dijo que no gastaría su dinero en mí, que era como botarlo a la basura.
Joaquín trajo todo nuevo, pero lejos de molestarme me alegré.
Al final compartíamos todo, desde colores, borrador, sacapuntas hasta nuestra merienda.
Siempre obtenía la mayor nota, mi hermano también aunque a veces no quería leer.
El tiempo pasó y mi cumpleaños #7 llego invité a mis hermanos a mi fiesta, pero lógicamente Cristina no los dejo asistir.
Lucho me envió una muñeca de obsequio, pero mi mayor deseo no se cumplió.
El cumpleaños de Joaquín #6 fue algo impresionante, castillo inflable, payasos, máquina de algodón de azúcar, hot dog, se notaba el empeño y el dinero invertido.
Asistí luego de mucho rogarle a mamá, no tenía regalo y mi abuelo me dio uno de sus coches de colección.
Lo envolví con ayuda de mi abuela.
En la fiesta me sentí excluida, mis abuelos me trataron feo y me miraban por encima del hombro.
Joaquín amo mi regalo y sé que aún lo conserva.
Navidad fue igual de Lucho obtuve un peluche y un vestido sencillo que estrenar.
Ellos publicaron fotos familiares con ropas elegantes como la familia feliz, me dolía mucho el rechazo de mi padre, pero era compensado por el afecto de mis abuelos.
Mamá se marchó de fiesta con su novio.
Mi octavo cumpleaños fue igual y esa navidad paso lo mismo.
Joaquín comenzó a entrenar futbol en las tardes lo que bajo su rendimiento académico.
Por mi parte devoraba todos los libros de aventuras que mi abuelo poseía.
Lo que me ayudo a tener mayor fluidez al leer y una gran comprensión lectora.
Durante el recreo mi hermano jugaba pelota mientras yo leía.
Las demás niñas me molestaban, pero con una sola mirada de mi hermano dejaban de hacerlo, era mi protector.
El tiempo pasó y en cuarto grado hubo un invidente con dos niños de nuestro curso y todos los padres fueron convocados a una reunión.
Mamá fue de muy mal humor.
La maestra informó lo ocurrido, luego hablo del bajo rendimiento de algunos estudiantes entre los cuales mi hermano estaba, al final felicito a mi madre frente a todos alabándome por mis excelentes notas.
La cólera en el rostro de Cristina era épica y el orgullo en el de mi madre me dio mucha alegría.
Lucho me miro con asombro por primera vez.
Esa tarde fuimos por un helado y mamá me regalo mi primer diario.
Joaquín llego diferente al día siguiente y poco a poco se volvió distante, aunque seguía impidiendo que me lastimaran ya nunca más volvió a ser lo mismo.
Le contrataron maestros particulares y mejoro muchísimo.
Se volvió soberbio y arrogante y me dolió su desprecio.
Plasmaba todo en mi diario.
Durante las vacaciones Lucho vino a buscarme, para que pasara un fin de semana con ellos, me emocione muchísimo creyendo que viviría algo maravilloso nada más lejos que la realidad.
Mi abuela me dio su celular y me dijo que no dejara que lo vieran y si algo ocurría, llamara al abuelo y ellos irían por mí.
Delante de mi padre eran amables, pero cuando no estaba sacaban su verdadero ser.
Mi abuela me golpeo por no levantar los lentes que dejo caer a propósito.
Mi rostro blanco estaba rojo y me ardía muchísimo, mis lágrimas cayeron y todos se burlaron de mí.
Corrí por mi bolso, pero Cristina me cerró el paso.
Eres la bastarda de mi marido y serás mi sirvienta este fin de semana, así te vas acostumbrando porque solo a eso llegaras en esta vida.
La mirada burlona de Joaquín me destrozo por completo, donde quedo el niño dulce y tierno.
Me obligaron a servirle todo ese día y si hacia algo mal me golpeaban.
Cuando Lucho regreso del trabajo, le pedí buscará mi bolso, necesitaba bañarme.
Así lo hizo y lo vi discutir con la bruja, quien me amenazo.
Gracias a Dios tenía candado y la llave la llevaba en mi cuello, o habrían encontrado el teléfono.
En el baño llame rápido.
El teléfono repico varias veces, hasta que mi abuelo respondió, escuchar su voz fue liberador para mí.