ERROR: Rojo Carmesí

—Ya voy, ya voy.—Grito Damián y bajo la mirada debajo de la cara para ver a Rouse tratando de acomodarse.

—Que sucio está aquí.

—Quedate aquí hasta que me vaya.—Le ordenó y Rouse puso los ojos en blanco.

Escucho los golpes en la puerta.

—¿Damián todo está bien?—Pregunto Erica, su voz llena de preocupación.

—No.—Susurro Rouse burlona.

—Si, todo bien.—Grito Damián y dió pasos largos sin antes mirar mal a Rouse y camino decidido hasta la puerta.

La abrió y vio los ojos de Erica. La chica trago saliva.

—Te vez pálido.

—¿En serio?—Pregunto Damián nervioso y con un tono mas alto de lo habitual.—Tal vez necesite postre.

—Tu madre hizo galletas.

Una idea loca cruzo por su cabeza ¿Si le contaba a Erica tal vez podría librarse de su peso?

La tomo de los brazos y la adentro a la habitación.

—Tengo que decirte algo.

Al pronunciar las palabras miro hacia la cama. Cuando devolvió la mirada a Erica pudo ver miedo también.

—He estado lidiando con esto por semanas.

—Me he dado cuenta Damián.—Erica baja la cabeza y Damián siente una punzada en el pecho.—¿Que paso en tu trabajo? No es que te tenga desconfianza pero se que no renunciaste porque Enrique te insulto.

—Es que...—miro hacia debajo de la cama y vio una luz roja, el parpadeo y recordó la pesadilla que tuvo. Cuando abrió los ojos la luz roja que emanaba fuera de la cama se apagó.—No tengo en claro lo que siento.

Cambio de opinión abruptamente lo que iba a decir. No iba a meter a Erica en esto, no se lo merecía y la amaba mucho para hacerla sufrir con esto, además ella era una persona que no sabía lidiar con la presión.

Erica parpadea.

—¿Quieres decir con tu trabajo o conmigo?

Damián siente una alarma en su mente.

—No, no, para nada es contigo.—El se acerca más a ella y le toma el rostro con ambas manos y con la máxima delicadeza que puede usar.—Yo te amo. Te amo desde el primer día que te vi en la cafetería sola.

—Me gusta sentarme en la cafetería sola cuando hago tareas.—Explica Erica con una sonrisa.

—Por eso me gustaste, un chica linda concentrada e inteligente.—Damian le da un beso rápido.

—¿Y que es lo que te perturba entonces?

¿Que la perturba? ¡ROUSE LE PERTURBA! está loca y debajo de la cama escuchando y analizando cualquier cosa que diga para chantajearlo.

Recuerda lo que su madre le había dicho antes de invitarlo a venir y eso era lo que normalmente debería estarlo preocupando si no tuviera a Rouse chupándolo como una sanguijuela.

—Mi madre dice que ya es tiempo de asentar cabeza.—Dice y siente como el calor sube a sus mejillas.—Le gustaría tener nietos.

Dirige su mirada a Erica que también se ruboriza bastante, sus mejillas hasta sus orejas teñidas en rojo. Abreme la boca para decir algo.

—Me gustaría.—Admite Damián.

—Pero es...

—Muy pronto, ya lo sé.—Dice Damián y abraza a Erica.—A penas tenemos unas semanas siendo pareja y jamás te exigiría esto, solo que últimamente pienso mucho en el futuro.

—Entonces eso es lo que tienes, ansiedad por el futuro.

—Exacto.—Miente aunque si debería estar asustado por eso.

Erica se separa de el y coloca sus manos en su nuca como Rouse había hecho antes con el, a diferencia que ahora con Erica siente paz. Miedo porque Rouse está ahí abajo pero con ella siente paz.

Aunque saber que Rouse está escuchando y que ahora indirectamente le confirmo que está nervioso y asustado por lo que ella representa en su vida lo hace enojar.

—Yo estaré aquí, yo estoy aquí, no tiene que lidiar con esto solo.

—Gracias.—Le agradece y el toma la iniciativa para besarla.

Ella siempre estaría.

No tenía que lidiar con esto solo

Pero si debía lidiar con esto solo, quería que Erica lo supiera Pero no podía arrastrarla además tenía el presentimiento de que Rouse no había demostrado todo lo que tenía.

...

Sentía la presión debajo de la cama. Había puesto sus manos en su nariz para no respirar polvo y estornudar comí había hecho hace unos segundos, casi activa la alarma de su reloj pero pudo controlarlo y solo se encendió con luz roja.

Estaba sorprendida por como Damián había caído tan fácil, solo su presencia lo perturbaba, le resultaba hasta gracioso.

Pero claro solo un hombre se le había resistido, porsupuesto que era gay Pero igual consiguió algo de el. Varios vestidos y anillos con diamantes.

Escucho el sonido de sus besos y cerró los ojos con fuerza.

¡Ahg!

Y ella atrapada ahí, hubiera salido cuando tenía la oportunidad, de todas maneras tenía la cámara instalada.

Asi, si ella no estaba ahí Damián le contaría de mi a Erica y tuviera más ayuda en mis misiones.

Chantajearía a Erica con su pequeña bendición de un año y exactamente tres meses, el que saldría ganador sería el niño, lo atendería con todos los cuidados y...

Escucho como se hundió la cama y más besos, y murmullos.

¡No!

¡Damián por favor ella seguía bajo su cama!

No sabía que se sentía peor, la incomodidad y el esci que sentía o los celos, esa debía ser ella.

Pero claro, Damián parecía de acero a sus encantos. No lo entendía, le dijo a Erica que era inteligente ¡Ella era más inteligente! Y muy concentrada y más linda.

Y se lo demostraría una vez más.

Saco su celular y tecleo.

«no salió mucho como esperaba, por favor suba (toque la puerta antes de entrar)»

Espero unos minutos hasta que sonó el toque en la puerta.

—¡Dami! ¡Erica! ¡Las galletas están listas para comerlas!

Rouse sonrío de manera triunfal.