Zach y Dylan llevan una relación bonita y perfecta. En años de Relación, nunca se les ha visto discutiendo y mucho menos separados.
Pero cuando Zach queda embarazado, muchas cosas comienzan a pasar y cambiar todo.
El amor que se tienen, podrá ser fuerte, tanto que lograrán superar todos los obstáculos que la vida les tiene preparados.
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01
Hace poco más de un año, cuando Dylan Chang salió de la universidad y obtuvo un buen puesto en su empleo planteamos el tener un bebé. Todo surgió cuando él mencionó que estaba encantado con el hijo de Kris y Kai. Entre Bromas, decidimos intentarlo, así que dejamos de cuidarnos. Sin embargo, nunca pasó nada, ningún embarazo llegó. Probablemente porque aún era demasiado joven o mi cuerpo no estaba listo, por lo que fuese, decidimos rendirnos, es decir, pensamos que esa etapa llegaría para nosotros algún día, cuando el destino así lo quisiera.
A la fecha no habíamos vuelto a tocar el tema, y seguíamos intimando sin protección alguna.
Nunca me sentí mal o diferente. Hasta ahora.
— Vale hombre, quita esa cara, dije que era broma. —pidió Li Cheng, ahora indiferente al tema.
— ¡Li Cheng! —levanté la voz sin apenas darme cuenta, probablemente debido al susto. Mi susodicho dio un salto en su lugar.
— D-dime.
— Necesito pedirte un favor. —supliqué, pero en mi voz había cierto toque de seriedad.
— ¿Qué pasa, Zach?
— Acompáñame a la farmacia del centro.
— ¿Qué? —musitó confundido.
— Si, una farmacia —aseveré— Necesito comprar una prueba de embarazo. Ahora. —sus en sí grandes ojos se abrieron de forma descomunal, claramente impactado con mis palabras.
— ¿Q-qué?
— ¿No lo entiendes? Hace más de un año, dejé de cuidarme —Li Cheng lucía asombrado con mi declaración— No me estoy cuidando, mierda. —siseé en cuanto le vi inmóvil— Y justo en estos momentos, gracias a ti, tengo la maldita sospecha que probablemente tengas razón y exista un bebé aquí —sobé con ligereza mi abdomen.
Esta vez, fue el turno de Cheng para ahogarse con su propia saliva.
[Zach Jarel]
Pánico, estaba realmente en pánico. No sabía que esperar, no sabía qué hacer. A decir verdad, esto era completamente inesperado, jamás, en ningún momento se me ocurrió pensar en la posibilidad de un embarazo. Es decir, tras haber intentado por meses el quedar en cinta sin éxito alguno, descarté de lleno la opción. No porque el anhelo se hubiese perdido, sino más bien porque la idea fue quedando de lado conforme el tiempo pasaba y mi relación con Dylan Chang se estropeaba por el tema de una familia que no podía darle.
La intimidad entre ambos seguía siendo la misma, sin embargo, solo que sin ningún anticonceptivo de por medio, factor que en estos momentos únicamente sumaba puntos a la probabilidad de un embarazo.
Posterior a la vergüenza pasada en la farmacia, Cheng y yo corrimos hacia mi departamento con el fin de acabar con la incesante duda que angustiaba nuestros corazones, especialmente el mío. Fue un total de cinco pruebas caseras, todas minuciosamente seleccionadas por marca, fiabilidad, pero, sobre todo: precisión. Sí, exagerado, pero necesitaba estar cien porciento seguro, no deseaba ilusionarme en vano.
No de nuevo.
Porque si era sincero, estaba emocionado, mucho. Pero también asustado, no sabía si estaba realmente preparado para traer un niño a este mundo.
— Santo cielo, Zach. —suspiró Cheng cansino— Deja ya de dar vueltas, estás mareándome.
— No puedo Cheng, no puedo. —respondí, continuando la travesía de caminar en círculos por mi habitación— Estoy prácticamente orinándome de los nervios y angustia.
— Me imagino, pero al menos quédate quieto.
— ¡No puedo! —gemí frustrado— ¡Mira! —enseñé las palmas— He comido mis uñas de pura ansiedad, lo cual es verdaderamente asqueroso y si esas mierdas—señalé las cinco pruebas alineadas sobre la cama— No se dan prisa vamos a tener serios problemas aquí.
Antes que mi amigo respondiese siquiera, una de las pruebas sonó, indicando que había hecho su trabajo y podía arrojar un resultado. Mi corazón, así como el aire en mis pulmones parecieron colapsar.
Incluso Cheng palideció.
— E-s la última —tragó saliva, nervioso— ¿Quieres verlas?
Sentí como mis piernas flaquearon mientras caminaba hasta la cama, pude haber caído, pero por fortuna no fue así. Todo mi cuerpo era gelatina, tembloroso y sudoroso a la vez. Estaba por tomar una de las pruebas entre mis manos para ver el resultado, más no pude, no tenía la fuerza ni coordinación suficiente.
— Cheng, por favor hazlo tú. —retrocedí, indicándole a mi amigo que verificase el resultado. Éste, igual de inseguro que yo asintió, girando una a una las pruebas.
Sentí aquellos segundos de silencio como una eternidad, la ansiedad llegando a su punto álgido al notar que la expresión de su rostro se mantenía neutra, sin ningún tipo de reacción.
— ¿B-bien? —susurré sintiéndome sofocado. Cheng me miró— Por dios, Cheng ¡Habla ya!
Una vez más, los segundos que tardó en responder se convirtieron en siglos para mí, el corazón me latía desbocado.
— Positivo. —jadeó— Todas dieron positivo Zach...
Positivo. Positivo. Positivo. Positivo. Positivo.
Santa mierda ¡Era positivo!
Sentí el vértigo emerger, el suelo bajo mis pies se convirtió en un abismo. Mis rodillas no soportaron más mi peso, así que, me deje caer sobre el colchón, claramente en estado de shock. Mi boca se había secado y las ganas de vomitar parecían querer volver; en algún momento comencé a hiperventilar.
Positivo, realmente las pruebas eran positivas, lo que significaba...
— ¡Vas a tener un bebé, Zach! —exclamó Cheng, tomándome por los hombros y sacudiéndome— ¡¿Te das cuenta?! Un bebé ¡Un mini Dylan!
Le miré parpadeando en reiteradas ocasiones, aún sin poder creerlo. Pero fueron sus últimas palabras las que llegaron a mí con muchísima fuerza e intensidad, sintiéndome completamente tocado con ellas.
Un bebé mío.
De Dylan Chang.
Mitad suyo, mitad mío.
Nuestro.
Muchas gracias autor@, tu historia está genial 🫂