Malas Decisiones.!

Me quedé en silencio, Ese silencio que te provoca miedo y nerviosismo.

Él me miró con sorpresa, deteniendo su movimiento brusco y comenzando a moverse más despacio, lo que me provocó una mezcla de emociones que no lograba entender, pero pudo mirarme a los ojos.

¿Eres virgen? – me preguntó el hombre, mientras yo solo pude asentir con la cabeza en señal de afirmación, Mientras observaba su cuerpo sobre el mío.

No quiero dejar de hacerlo, pero si tú lo deseas, puedo parar, Sin embargo, te prometo que haré todo lo posible para que lleves un hermoso recuerdo de esta noche.. me dijo con voz entrecortada mientras continuaba moviéndose suavemente.

Yo experimentaba una mezcla de dolor y placer al mismo tiempo y no quería que se detuviera.

No,! respondí, jadeando, mientras miraba sus hermosos ojos azules que me observaban.

La sensación era indescriptible, nuestros cuerpos sudaban y, aunque el dolor persistía, era superado por la exquisita sensación que recorría mi ser.

Mmm... no quiero que esta noche termine, me dijo el hombre mientras se movía cada vez más rápido, sus besos dejaban una huella en mi piel.

De repente, una oleada incontrolable me invadió, haciéndome temblar; jamás había experimentado algo así, Mis piernas se tensaban y mis manos aferraban la sábana.

Ahhh... mmm... decía el hombre, mientras nuestros cuerpos aún estaban conectados y él ahogaba mi grito con los suyos.

Quedé tan exhausta que, cuando él se detuvo, apenas cerré los ojos y me unídi en un profundo sueño.

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La noche transcurrió y Sonia, después de varias horas de baile y besos con el chico que había conocido, recordó que Nova estaba con ella.

Así que regresó a la mesa y comenzó a buscar por todo el lugar a Nova.

Entró en pánico al no encontrarla.

—¡Alguien ha visto a mi amiga! —exclamó Sonia con preocupación.

—Tu amiga se fue con mi amigo Lorenzo hace un buen rato —respondió uno de los hombres con una sonrisa.

Sonia se asustó, ya que Nova era nieta de su jefe.

¿Qué le diré al señor Mario cuando se entere de que he perdido a Nova, su única nieta? se preguntó Sonia a sí misma mientras marcaba repetidamente el número de teléfono de Nova.

Sonia le llamó a Mario una vez que llegó a su casa, con la esperanza de que Nova estuviera allí.

La llamada transcurrió así:

—¡Hola! —dijo Mario, sonando adormilado, acostado en su cama.

—Buenas noches, don Mario, soy Sonia —respondió Sonia con un poco de nerviosismo.

—Sonia, buenas noches. ¿Cómo están? ¿Se están divirtiendo bien? ¿Y cómo está Nova? —preguntó Mario amablemente.

—Todo bien, don Mario. Solo quería preguntarle si le podría dar permiso a Nova para pasar la noche en mi apartamento, ya que estamos muy cansadas —explicó Sonia nerviosa mientras caminaba de un lado a otro.

Chicas, por favor, descansen tranquilas. Mañana enviaré a mi chófer por Nova. ¡Que descansen! – dijo Mario antes de finalizar la llamada y volver a dormir.

Sonia colgó el teléfono con una cierta preocupación.