Derick y lisa... Dos jóvenes de planetas distintos llegan a la tierra y tienen aventuras
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Ocultos entre humanos
A medida que Lisa se recuperaba completamente de sus heridas, la decisión de Derick y Lisa de integrarse en la comunidad de Silverwood se volvía más urgente. Sabían que estar ocultos en una nave en medio del bosque no era una solución sostenible a largo plazo. Acordaron que, para pasar desapercibidos y protegerse de posibles amenazas, debían mezclarse con los humanos y vivir entre ellos.
Lisa había pasado horas frente al espejo, practicando sus expresiones y gestos humanos. Derick había hecho lo mismo, estudiando las costumbres y comportamientos de los humanos para evitar levantar sospechas. Decidieron crear identidades falsas utilizando la tecnología avanzada de Zaloria, que les permitía forjar documentos y registros con facilidad.
Derick asumió la identidad de un estudiante de intercambio de Europa, específicamente de un pequeño país ficticio llamado Zaloria. Utilizó sus habilidades científicas para crear una historia convincente sobre su origen y su razón para estar en Silverwood. Lisa, por otro lado, se hizo pasar por la hija de una familia local que había perdido a sus padres en un accidente. Con su tecnología, falsificaron certificados de nacimiento, documentos escolares y otros registros necesarios para integrarse en la sociedad humana.
El primer día de escuela de Derick fue una experiencia completamente nueva. Aunque había estudiado mucho sobre los humanos, estar en medio de ellos era diferente. Lisa le había advertido sobre las costumbres y comportamientos humanos, pero aun así, se sentía fuera de lugar. El edificio de la escuela secundaria de Silverwood era grande y bullicioso, con estudiantes yendo y viniendo, hablando y riendo. Derick se sentía como un pez fuera del agua, pero trataba de mantener la calma.
Entró en la escuela y fue recibido por la directora, la Sra. Anderson, una mujer amable pero estricta. La Sra. Anderson le dio la bienvenida y le mostró el lugar.
—Bienvenido a Silverwood, Derick. Esperamos que disfrutes tu tiempo aquí —dijo la Sra. Anderson con una sonrisa.
—Gracias, Sra. Anderson. Estoy emocionado por estar aquí —respondió Derick, tratando de sonar natural.
La Sra. Anderson le entregó un horario de clases y lo guió hasta su primera clase. Mientras caminaban por los pasillos, Derick observaba a los otros estudiantes, tratando de captar todos los detalles de su comportamiento. Sabía que cada gesto, cada palabra, importaba para mantener su disfraz.
Lisa, mientras tanto, se inscribió en la misma escuela. Aunque estaba nerviosa, se sentía más segura sabiendo que Derick estaba allí. Ambos se apoyaban mutuamente, lo que les ayudaba a sobrellevar la situación. Al entrar en la escuela, fue recibida por la secretaria, la Sra. Mills, quien le entregó su horario y le explicó algunas normas básicas de la escuela.
—No te preocupes, Lisa. Te acostumbrarás rápidamente. Todos aquí son muy amigables —dijo la Sra. Mills con una sonrisa.
Lisa sonrió en respuesta, agradecida por la amabilidad. Al igual que Derick, se sintió abrumada por el bullicio de la escuela, pero estaba decidida a encajar.
Durante los primeros días, Derick y Lisa se esforzaron por adaptarse. Hicieron amigos y participaron en actividades escolares, tratando de mezclarse lo mejor posible. Derick se destacó en ciencias y matemáticas, mientras que Lisa mostró habilidades excepcionales en deportes y artes. Sus talentos naturales los ayudaron a ganar la aceptación de sus compañeros, pero también atrajeron atención no deseada.
Uno de los estudiantes más populares de la escuela, Jake, comenzó a sospechar de ellos. Jake era el típico matón de la escuela, siempre buscando a quién intimidar. Sus habilidades sobresalientes y su comportamiento a veces extraño levantaron cejas.
Un día, mientras Derick estaba en su casillero, Jake y su grupo de amigos se acercaron. Jake, con una sonrisa burlona en el rostro, empujó a Derick contra la taquilla.
—Oye, Derick, ¿de dónde vienes realmente? —preguntó Jake con desdén.
Derick mantuvo la calma, recordando las advertencias de Lisa. Sabía que tenía que manejar la situación con cuidado.
—Soy de Europa. Un pequeño país llamado Zaloria —dijo, utilizando la misma historia que habían creado.
Jake lo miró con escepticismo, su sonrisa burlona desapareciendo.
—Nunca he oído hablar de Zaloria. ¿No será que estás escondiendo algo? —insistió Jake, tratando de intimidar a Derick.
Antes de que Derick pudiera responder, Lisa apareció en ese momento y se interpuso entre Derick y Jake.
—Déjalo en paz, Jake. Todos sabemos que te encanta hacerte el importante, pero no tienes derecho a acosar a Derick —dijo ella con firmeza, mirando directamente a los ojos de Jake.
Jake se retiró, murmurando algo bajo su aliento. Derick y Lisa sabían que tenían que ser más cuidadosos. Cualquier desliz podía revelar su verdadera identidad. A pesar de estos desafíos, encontraron momentos de alegría y conexión con sus nuevos amigos humanos.
Sarah, una chica amable y curiosa, se hizo amiga de Lisa y Derick. Ella sospechaba que había algo diferente en ellos, pero en lugar de juzgarlos, se mostró comprensiva y solidaria. Un día, mientras caminaban juntos por el bosque después de la escuela, Sarah decidió hablar con Derick.
—Sé que no vienes de Europa, Derick. Tu acento es muy peculiar, pero no te preocupes, no le diré a nadie —le dijo Sarah con una sonrisa, mirando a Derick con curiosidad.
Derick se sintió aliviado por su comprensión. Sabía que Sarah era de confianza, pero también comprendía la importancia de mantener su secreto.
—Gracias, Sarah. Significa mucho para nosotros —respondió Derick con sinceridad.
Sarah se convirtió en una aliada invaluable. Les enseñó más sobre la cultura humana y les ayudó a evitar situaciones peligrosas. Con su ayuda, Derick y Lisa comenzaron a sentirse más seguros en su nueva vida. Sarah les mostraba los lugares más seguros para practicar sus habilidades extraterrestres sin ser vistos, y les daba consejos sobre cómo comportarse en situaciones sociales humanas.
Una tarde, después de la escuela, Sarah los llevó a su lugar favorito en el bosque. Era un claro tranquilo, rodeado de altos árboles y lleno de flores silvestres. El sonido de un arroyo cercano y el canto de los pájaros creaban una atmósfera pacífica.
—Este es mi lugar secreto —dijo Sarah, sentándose en una roca grande—. Vengo aquí cuando necesito pensar o simplemente alejarme de todo.
Derick y Lisa se sentaron junto a ella, agradecidos por la tranquilidad del lugar. Habían encontrado un refugio en el bosque y en la amistad de Sarah.
—Es hermoso aquí —dijo Lisa, respirando profundamente el aire fresco del bosque.
—Sí, es uno de los pocos lugares donde realmente puedo ser yo misma —respondió Sarah—. Y creo que ustedes también pueden ser ustedes mismos aquí.
Derick y Lisa compartieron una mirada. Sabían que Sarah tenía razón. Este claro en el bosque se había convertido en un santuario para ellos, un lugar donde podían ser ellos mismos sin temor a ser descubiertos.
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Mientras Derick y Lisa se adaptaban a su nueva vida en Silverwood, sus habilidades naturales comenzaron a atraer la atención de sus compañeros y profesores. Derick, con su mente científica y su pasión por el conocimiento, se destacó rápidamente en clases de ciencias y matemáticas. Sus preguntas inquisitivas y sus soluciones creativas a los problemas desafiaron a sus profesores y compañeros.
El Sr. Thompson, el profesor de ciencias, quedó impresionado por las habilidades de Derick.
—Derick, tu conocimiento y comprensión de estos temas es extraordinario. ¿Dónde aprendiste todo esto? —preguntó el Sr. Thompson un día después de clase.
Derick sonrió, recordando sus estudios en Zaloria.
—Siempre he tenido una pasión por la ciencia. Mis padres son científicos, así que supongo que lo llevo en la sangre —respondió, manteniendo su historia ficticia.
El Sr. Thompson asintió, satisfecho con la respuesta. Derick sabía que tenía que ser cuidadoso al compartir detalles sobre su pasado.
Lisa, por otro lado, se destacó en deportes y artes. Se unió al equipo de atletismo y rápidamente se convirtió en una de las corredoras más rápidas. Su velocidad y agilidad impresionaron a sus compañeros y entrenadores. También mostró un talento natural para el dibujo y la pintura, lo que la llevó a unirse al club de arte.
La Sra. Jenkins, la profesora de arte, quedó asombrada por las habilidades de Lisa.
—Lisa, tus dibujos son maravillosos. Tienes un talento increíble. ¿Has considerado seguir una carrera en arte? —preguntó la Sra. Jenkins, admirando uno de los dibujos de Lisa.
Lisa sonrió, agradecida por el elogio.
—Me encanta dibujar y pintar. Es una forma de expresarme y olvidar mis problemas por un rato —respondió.
A medida que Derick y Lisa se integraban más en la comunidad escolar, también comenzaron a formar lazos más profundos con sus amigos humanos. Sarah, en particular, se convirtió en una amiga cercana y confidente. Pasaban mucho tiempo juntos, ya sea estudiando, explorando el bosque o simplemente hablando.
Una tarde, mientras caminaban por el bosque, Sarah les habló sobre una tradición.