Ajaw Y Las Discípulas

La gran batalla se estaba llevando a cabo en la parte central del instituto. La directora Steysi la había direccionado hacia ese lugar para que los familiares y alumnos pudieran resguardarse en los edificios del sur. Para ella y su equipo era mejor pues no podían pelear y defender a los demás al mismo tiempo.

Su equipo estaba conformado por todos los profesores y la mayoría de ellos habían peleado en la última batalla contra los brujos oscuros, aquella en donde la balanza estaba equilibrada pero gracias a la intervención de Ajaw se pudo poner a su favor.

Al ejército se agregaron alumnos del último año, aquellos que se acaban de graduar y querían demostrar su poder derrotando enemigos y sanando compañeros. También participaron algunos familiares que podían controlar la magia y que estaban listos para luchar como el padre de Luz. Este le pidió a su esposa resguardarse mientras él ayudaba al grupo de Steysi.

—Ya los derrotamos una vez, con gusto los volveremos a hacer.

Con esas palabras la atrevida directora organizó y motivó a su gente. Ella tomó la delantera en la vanguardia. Había decidió expulsar todo su poder para atacar a los enemigos. La rodeaba una energía de color rojo muy densa, tanto que podía quemar la piel de los enemigos que se le acercaran.

Usando ese poder se lanzó al frente aniquilando a diez enemigos uno tras otro. Los brujos enemigos comenzaron a retroceder por miedo a enfrentarse a ella. Esto fue aprovechado por el grupo de profesores para rescatar a sus heridos y acorralar a los brujos oscuros contendiendolos con hechizos inmovilizadores. Estos hechizos eran lanzados por sus manos y se convertían en una luz que ataba sus manos y cuerpos, eran mucho más resistentes que cualquier cadena conocida, además debilitaban a sus portadores. La única esperanza de los que eran víctimas de estos hechizos era que alguien los rescatara.

Los defensores comenzaron a tomar confianza para poder vencer. La habían perdido tras ser sorprendidos y al contemplar el gran número de adversarios que les superaban. Afortunadamente la directora supo dirigirlos para salir rápidamente de ese caos sin sufrir muchas bajas.

Los ataques enemigos se estaban basado en lanzar un rayo amarillo que convertía inmediatamente a las víctimas en polvo. Pero está estrategia tenía dos desventajas, la primera era el tiempo que necesitaban para invocar estos rayos, eran tan poderosos que necesitaban de una gran recarga para lanzarlos de nuevo.

La segunda era que el cristal defensor de los profesores, lo repelía perfectamente y se los lanzaba de vuelta, así que la estrategia no estaba funcionando del todo, de seguir así, perderían rápidamente.

El líder del ejército invadir, el brujo oscuro Selt, se había dado cuenta de eso y afortunadamente para él, no era la única estrategia que llegaba, era solo el primer paso en su juego.

—Liberen a las bestias.—Ordenó a sus hombres cercanos.

Sus asistentes hicieron una señal a los brujos que estaban replegados, ellos estaban cuidando unas piedras talladas con runas. Cuando recibieron la orden vertieron un líquido azul sobre ellas liberando a las bestias que almacenaban.