Los hijos menores de Luriel y Anahí deberán enfrentar el peso de sus decisiones, aunque eso signifique destrozar sus corazones para proteger a su gente. El amor tal vez, no pueda cambiarlo todo.
NovelToon tiene autorización de Ross Thomas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Prólogo
El silencio era tan marcado que lastimaba las sensibilidades de todos los que esperaban la decisión que tenía que tomar.
Independientemente de lo que decidiera, era imposible alejar de su mente la posibilidad de estar cometiendo un error.
Habían pasado 4 años en un abrir y cerrar de ojos y sabía que el dolor que había causado era mucho más grande que su orgullo magullado.
Esta es mi batalla... – dijo mirando a todos – no puedo dejar que más personas salgan lastimadas por mis malas decisiones...
Esto nos concierne a todos... – dijo una voz a su espalda y todos giraron a ver al hombre – una batalla de caciques lo cambia absolutamente todo...
No encuentro otra manera de solucionarlo... – suspiró – si gano... ella podrá ser libre... es lo menos que puedo hacer por ella...
¿Y si pierdes...? – la voz fue un susurro
Yo soy el que lo desafía... – dijo enderezando su espalda – ustedes van a estar a salvo... y solos pueden hacerse cargo hasta que elijan a otro cacique...
Sigo pensando que es mejor ir a la batalla... – temblaba de la bronca que sentía – somos fuertes...
¿Y cuánta gente de ambos lados van a morir? – trató de hacerle recapacitar – ellos son nuestra gente también...
Pero tú no eres solo nuestro cacique... – no pudo evitar abrazarlo con fuerza
Y tú más que nadie sabe que tengo que hacerlo... – la abrazó con cariño – trataste de hacerme ver que estaba equivocado... y no quise escucharte...
Pero... – intervino nuevamente – ella ya fue repudiada por nuestro pueblo y por el suyo... fue vendida... le pertenece a ese hombre... no puedes pretender que sea tratada como una princesa... tiene un hijo con ese hombre... – lo miró fijo a los ojos - ¿o pretendes aceptarla de nuevo con el hijo de otro?
¿Y si lo hiciera...? – levantó el mentón desafiante
Deberías enfrentar a las familias que quieran disputar ser cacique...
Se giró sobre sus talones y salió a la noche oscura. No quería pensar, pero el peso de todas sus acciones del pasado, le golpeaban con fuerza en el pecho.
Desde hacía 8 años que vivía en un infierno constante, justamente desde el día de la boda de los copiangos. Desde ese entonces fue como si viviera una vida paralela a la de su familia, todos continuaron con sus propias familias y eran felices, incluso Araí estaba comprometida y él se había quedado estancado en medio de todos sus pesares. Había sido realmente despiadado y se había endurecido tanto que todos le tenían terror.
Con 24 años era el cacique más joven de la historia de la aldea, desplazando a Luriel que lo había sido a los 28. Luego de perder a su hijo.
Padre e hijo compartían más de una circunstancia de vida y Luriel no podía dejar de preocuparse por él, porque notaba que se estaba alejando de todos ellos día tras día.
Siempre había querido que sus hijos tuvieran matrimonios por amor... pero eso se había vuelto imposible con Pitá y quizás tampoco sería real con Araí si sus sospechas fueran reales.
Se había perdido en su propia felicidad y había descuidado a sus hijos más indefensos, pero de una manera u otra haría lo necesario para poder ayudarlos a ser felices.
Nuevamente la aldea se vería azotada por intensos cambios a partir de la decisión de su hijo y a pesar de todo lo que pudieran esgrimir en contra de ellas, en su interior compartía sus intenciones. Sabía que él hubiera hecho exactamente lo mismo.
Había una promesa latente entre todos los que conformaban “La Familia Tecol”, no dejaban de luchar por ninguno de los que amaban, ni de defenderlos.
Todavía no tenía ni idea de todo lo que su hijo descubriría.