5 Pesadilla (2)

*Ana se despertó como a las tres de la mañana, sintió que algo la está mirando desde fuera de la ventana, no podía ver bien de que se trataba, pero pronto la nube que cubría la luna se disipó y pudo notar que lo que estaba del otro lado de la ventana era un ser de extremidades largas y de color blanco con franjas rojas, en lugar de ojos solo lucía dos huecos en su lugar.

Pronto la criatura comenzó a golpear la ventana con sus largas uñas, mientras que Ana luchaba desesperadamente por levantarse de la cama, pero era como si algo la presionará sobre está misma.

Como pudo logro girar la cabeza hacia donde se encontraba durmiendo su hermana, pero por mas que trato de gritar para que la ayudara no pudo, era como si no tuviera voz, por más que trataba de gritar no logro nada.

Aquella cosa que se encontraba en la ventana ya no estaba, no se había dado cuenta en qué momento se fue, pero pronto descubrió de que no era así, solo había cambiado de lugar, estaba saliendo de debajo de la cama de Sol.

Nuevamente trato de gritar con desesperación, quería correr para despertar a su hermana, pero no podía hacerlo, solo estaba hay sin poder hacer nada, lágrimas comenzaron a caer de sus ojos cuando vio como aquella cosa se ponía a la par con su hermana, retiro la cobija de encima de ella y con una de sus uñas se la enterraba en el ombligo, para poder usarla como si fuera un cuchillo, abrió lentamente el estómago de ella y le sacaba todas las tripas.

-Ana…. Ana… Ana.

*Escuchaba una vos a lo lejos, pronto despertó, estaba empapada en sudor y sintió sus mejillas humedad.

-¿Qué te pasa Ana, tenías una pesadilla?

*Ana se sentó en la cama y miro a Sol.

-Si, lo siento, no quería despertarte.

-No te preocupes, de todos modos ya es hora de levantarse. Bajaré a preparar el desayuno, por lo mientras lávate la cara y despiértate bien.

-Si, gracias, en un momento bajo a ayudarte.

*Ana se levantó de la cama y la tendió.

/Cielos, pero que fue eso, parecía tan real.

*Mientras que Ana se preparaba, Sol bajo a la sala, pronto Ana la alcanzó.

-¿Qué haces hay, no conmesarias a preparar el desayuno?

-¡Shhh!

-¿Qué?

-Ven.

*Ana se acercó y vio la escena.

Lucio, Jonathan y Leonel estaban los tres abrazados, durmiendo, mientras que Michelle estaba en el sillón.

-Es el tío Leonel, pero quién es el otro.

-¿El más apuesto de los tres?

-¡Sol! No seas atrevida.

-¿Qué? Es la verdad, bueno tal vez él sea el prometido de la tía Michelle.

-Si, puede ser, ¿Pero que hacen todos aquí?

-Pues al juzgar el monto de latas de cerveza y la televisión prendida, seguro que estuvieron toda la noche bebiendo y viendo películas.

-Si, eso fue.

-Hay que preparar unos chilaquiles bien picosos para la cruda que de seguro van a tener.

-Ok, yo haré la salsa y prepararé café bien cargado.

-Bueno entonces yo freiré las tortillas.

*Luego de una hora el desayuno ya estaba listo, mientras tanto se comenzaban a despertar.

-¡Hay mi cabeza!

Tenía mucho tiempo que no tomaba.

Jonathan despierta.

-¡Hay que dolor!

-¿Qué huele tan rico?

-Seguro que mis sobrinas ya prepararon el desayuno, ¿Cómo te sientes Lucio?

-Estoy bien, aunque ya no había tomado en un bien tiempo.

-Si, pero miren a Michelle, está como si nada.

-Leonel tiene razón.

-Si, Michelle tiene mucho aguante para el alcohol.

-Bueno chicos ya basa de tanta charla, hay que lavarnos para desayunar, Jonathan ¿A qué hora viene el camión de la mudanza?

-¡Hay! A las tres.

-Son las once, así que hay que apurarnos.

*Todos se fueron a lavar y luego de veinte minutos ya estaban de regreso en la cocina.

-¡Buenos días chicas!

-¡Buenos días Michelle!

-Chicas les quiero presentar a mi prometido Lucio, Lucio ella son las hijas de Jonathan, Sol y Ana.

*Los tres se estrecharon la mano.

-¡Mucho gusto soy Ana!

-¡Mucho gusto yo soy Sol!

-Son tan encantadoras, tal y como Michelle me había dicho.

-Y tú eres tan guapo.

-¡Sol!

*Dijo Ana con incomodidad.

-No te preocupes, ya se que soy apuesto.

-Como se pueden dar cuenta, Lucio es muy orgulloso.

-Si ya vimos.

-Bien hay que desayunar.

-Si, desde hace mucho tiempo que no como comida de ustedes dos.

-También siempre te la pasa viajando tío.

-Veo que a Leonel y Michelle les dicen tíos.

-Si, es que son los mejores amigos de mi

Papá.

-Entonces ya que me casare con Michelle, también pueden llamarme tío.

-¿De verdad?

-Claro Ana.

-Que bien.

*El desayuno paso de manera normal, platicaron de cosas triviales, y tanto Sol como Ana sentían gran admiración hacia Lucio.

Luego del desayuno empacaron y pronto llegó el camión de mudanza, pero al mismo tiempo también alguien inesperado.

-¡Buenas tardes se encuentra con el señor Jonathan.

*Todos se quedaron quietos cuando vieron al abogado de Sonia, incluso asta los señores de la mudanza.

-Que bueno que ya están empacando, de echo a eso venía, así que rápido donde esta Jonathan, no tengo todo su tiempo.

*Dijo en tono engreído.

*Sol la miró con gran disgusto, mientras que los señores siguieron con lo que estaban.

-Antes que nada, ¡¿Hola hijas como están?!

*Dijo Sol con evidente molestia en sus palabras.

Mientras que Sonia la miró con repulsión.

-A ver ustedes, dejen eso, Jonathan no se puede llevar nada de este departamento, solo su ropa.

*Sol azotó una lámpara que estaba a un lado de ella y todos voltearon hacia ella.

-Que más quieres madre, acaso también quieres lo que gastaste en nosotras.

-Creme que si pudiera asta eso le cobraría a tu padre, por qué todos ustedes solo fueron una perdida de tiempo.

-Así que una perdida de tiempo.

*Dijo Jonathan entrando a la sala.

-Señores disculpen las molestias ocasionadas, por favor regresen lo que ya subieron al camión, no se preocupen igual les pagaré.

*Todos se quedaron parados en la cocina, asta que los señores regresaron los muebles que ya habían subido, mientras que llegó el abogado de Jonathan, para firmar la entrega del departamento.

-Espero que estés feliz, no te bastó con botarnos a la calle, además nos mandas sin nada.

Pero que amable eres.

-Si, si, lo que sea, déjate de hacer el mártir.

Bien, si me hacen el favor de salir de mi departamento, tengo muchas cosas que hacer.

*Todos se salieron, Jonathan, Lucio y Leonel llevaban las maletas, y antes de cerrar la puerta Sol la miró por última vez.

-Espero que ahora estés feliz y que nunca te arrepientas, porque de mi parte, nunca me busques, es más, deja en paz a mi padre y hermana, nunca nos vuelvas a buscar. Porque de mi cuenta corre que te quedes más sola que nadie.

-Eso no me importa, no los necesito, ahora lárgate de mi departamento.

*Sol se dio media vuelta y cerró la puerta de un solo golpe.

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