9 Invitación

(A la mañana siguiente)

*Michelle se despertó con mucho dolor en la cintura, estaba a punto de levantarse cuando entro Lucio con una charola en la mano.

-Buenos días, bella durmiente.

Cómo te sientes.

-Me duele un poco la cintura.

-Si, era de esperarse.

Toma, te prepare el desayuno.

-No que tú no hacías nada.

*Río nerviosamente.*

-Me atrapaste, le pedí a Ana que me ayudara.

-Por cierto ¿Qué hora es?

-Ya pasa del medio día, además creo que tendré que irme, me mandaron a traer, y dicen que es urgente, así que ya debo de regresar.

*Michelle se levanto.

-Deja me cambio, me despido de Jonathan y nos vamos.

-No te preocupes, puedo ir solo.

-No es que también tengo cosas que hacer allá.

-Bien, entonces te espero.

*Michelle se comió rápido el desayuno, bajo y cerró las llaves del gas, agua y bajo el interruptor de la luz eléctrica, luego de eso se fue a despedir de Jonathan y le pidió que de favor cuidara su casa, el no se negó, dijo que con mucho gusto.

Luego de que eso los dos regresaron a la otra dimensión.

-Iré con Leonora, te veo en la noche.

-Si, está bien.

*Ambos se despidieron con un beso, y se fueron por caminos separado.

Michelle camino por un rato asta llegar a la tienda de su amiga.

*Sonido de una campanilla.*

-¡Bienvenido! ¿En qué…?

*Emocionada.*

¡Michelle! Tanto tiempo sin verte.

¿Cómo has estado?

-Bien Leonora, muy bien.

¿Qué tal va el negocio?

-De maravilla, gracias a ti las pócimas de está tienda son las mejores.

-¡Michelle!

*La voz de un niño se hizo presente.

-Malvavisco, ¿Cómo has estado?

-Muy bien Michelle.

¿Ya podré ir contigo?

-Si malvavisco, ya puedes venir conmigo.

-Que genial.

-Oyes Leonora, ¿Desde cuándo malvavisco tiene la altura y forma de un niño de diez años?

-Hace como seis meses comenzó a crecer y tomar ese aspecto.

-Nunca pensé que eso pasaría.

-Es la voluntad del muñeco, lo creaste cuando querías una compañía ¿Verdad?

-Si.

-Es su voluntad permanecer a tu lado, así que poco a poco irá creciendo asta convertirse en adulto.

-Ya veo, eso no me lo esperaba.

-¿Y que te trae por aquí?

-Vine a invitarte a mi boda.

-¿Boda?, pero si tú dijiste que con el estar juntos sería suficiente, ¡Oh! Ya se.

-¿Qué?

-Estas embarazada.

-Pero que… Claro que no, si no lo habíamos echo asta anoche. No creo que sea tan fácil quedar embarazada.

-Pues déjame decirte que si.

-Lucio esta en la edad en la que los demonios procrean, así que si, estás embarazada.

-Eso no me lo esperaba.

Pero aún así, esa no es la razón por la que me quiero casar.

-¿Entonces?

-Es por mi suegra.

-¿Por… Tu suegra?

-Si.

-¡Hay amiga!

-Por cierto, quiero que seas mi dama de honor.

-¿Yo?

-Si tu, anda por favor, siiiii.

-Esta bien.

-Estas libre el domingo.

-Si, ¿Por qué?

-Es que ese día iremos a comprar los vestidos.

-Si, no hay problema.

-Muchas gracias.

Entonces me voy.

-Si, nos vemos después.

-Adiós Leonora.

-Adiós malvavisco.

*Michelle y malvavisco salieron de la tienda y se dirigieron a la casa de Maximino.

-Ahora que estás creciendo y ya no eres ese pequeño muñeco, creo que es hora de cambiarte el nombre.

-¿Eso crees?

-Claro, no sería conveniente que cuando seas mayor te digan malvavisco.

-¿Entonces cuál será mi nuevo nombre?

-¡Mmmm! Déjame pensar… Luis… Luis será tu nombre.

-Si, me gusta Luis.

*Pronto llegaron a la casa de Maximino.

-Hola, ¿Qué tal tu descanso?

-Bien, ¿Y el tuyo?

-Igual, pero pasa, no te quedes ahí.

-Si, gracias.

-Por cierto, que lindo niño.

-¡Oh! Él, es malvavisco.

-Vaya pero cuánto a crecido.

¿Quieren té?

-Si, por favor.

-Si, por favor.

-¿Y a qué debo tu Visita?

-Para que vallas a mi boda.

*Sorprendido.*

-¿Te casas?

-Si, me caso.

Será el próximo 27 de junio, así que espero y puedas asistir, será en la otra dimensión.

-En donde vivías.

-Si hay.

-Si por supuesto, cuenta conmigo.

*Luego de un rato.

-Ya es hora de que me valla, te veo el 27, sigue disfrutando tu descanso.

-Tú igual.

-Adiós.

-Adiós.

*Luis y Michelle caminaron un rato por la plaza, comieron Churros y chocolate caliente, mientras caminaba en los puestos le llamo la atención unos anillos que se encontraban ahí, eran de tono azul laminado, Michelle pensó que serían ideales para la boda.

-Me puede dar estos dos.

-Claro, con mucho gusto señorita.

De regalo van estos dos collares de protección.

*Los collares eran del mismo tono que los anillos, y llevaban consigo los dijes de sol y luna.

-¡Oh! De acuerdo.

/Más tarde se los regalaré a Sol y Ana.

-Gracias por su compra.

-Muchas gracias señor, que tenga linda noche.

*Luego de eso se dirigieron al castillo.

(Mayordomo)

-Buenas noches señorita Michelle.

-Buenas noches Adrián, podrías por favor preparar una habitación para Luis.

*Confundido.*

-¿Luis?

-A disculpa la confirmación, Luis es malvavisco, pero a crecido, prepara ropa para el y una habitación.

-Claro señorita, la cena estará servida a las 8:00pm.

-Muchas gracias Adrián.

Disculpa.

-Si.

-¿El señor Lucifer?

-Salió a antender unos asuntos, pero me dijo que no se preocupara, que llegara antes de la cena.

-Entiendo, gracias.

*El mayordomo arreglo una habitación para Luis, mientras que Michelle tomo un baño y se recostó un rato antes de ir a cenar.

/Embarazada, no lo puedo creer, la verdad es que yo nunca me vi en esta situación, estoy muy sorprendida, me preguntó si seré una buena madre.

*Michelle sobaba su vientre mientras que el cansancio la invadió por completo y de un momento a otro se quedo dormida.

Más tarde el mayordomo llamo a su puerta y le dijo que la cena estaba lista.

Ella se levantó y lavo su rostro para luego bajar a cenar.

-¿Cómo están las cosas amor?

-Nada de que preocuparse.

-Hola mis niños, ¿Cómo están?

¡Oh! ¿Quién es ese niño?

*Llegó a la mesa la suegra de Michelle.

-El es Luis, un muñeco que cree hace tiempo.

-¿Por qué nunca me habías dicho?

-Es que lo había dejado al cuidado de Leonora, pero el día de hoy fui por el.

-Ya veo.

Mira hijo lo que compre.

*La madre de Michelle saco dos anillos tradicionales de boda.

-Son para ti y Michelle.

¿No son hermosos?

-Claro que lo son madre.

*Michelle apretó la pequeña caja que estaba en su suéter.

/Porque siempre tiene que escoger todo ella, es mi boda, no la suya.

-Si me disculpan, ya terminé.

*Michelle se levanto de la mesa y se fue a su habitación.

Lucio noto su enfado y decidió ir tras ella.

-¿Qué paso Michelle?

-Es que no entiendo porque todo lo tiene que escoger ella, es nuestra boda, se supone que la organicemos nosotros.

*Lucio camino y la abrazo por la espalda.

-Dale gusto, después de todo soy su primer hijo que se casa

*Sorprendida.*

-¿Cómo, tienes más hermanos?

-Solo uno, los demonios no podemos tener más de dos hijos. Pero es algo, los demás ni siquiera pueden.

-¿Y porque no lo conozco aún?

-Porque está en otra área.

Él es el charro negro.

-¿Queee?

-Si, Son los dos puestos que se deben de tomar, el de él es por toda su vida, el mío lo cambio con mi padre asta que haya otro heredero.

-Ya veo.

¿Y como se llama?

-Gustavo

-¡Aaahhh!

-¿Y ahora sí me puedes decir que te molesto?

-Es que había comprado esto para la boda.

-Son bonitos.

-Si, pero tú madre compro los clásicos.

-Solo dale gusto el día de la ceremonia, después usando estos, ¿Qué te parece?

-Me parece bien.

-Entonces, una sonrisita.

-Lucio no seas infantil.

-Anda solo una.

*Michelle sonrió, pero al mismo tiempo Lucio le robo un beso.

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