12 Jazmín

(Arriba de la azotea de la escuela)

*Mirando desde lejos.*

-Otra vez mi hermana está con esas mujeres, que acaso no se da cuenta de que solo la están llevando por un mal camino.

*Mientras Ana estaba mirando a su hermana se comenzaron a escuchar unos ligeros pasos acercándose a ella.

*Asustada.*

-¿Quién eres?

*Se dio media vuelta rápidamente para quedar cara a cara con Jazmín.

-¿Qué haces aquí?

-Yo, nada es solo que… necesito 29 almas más para poder liberarme.

*Una vez que dijo esto Jazmín, empujó fuertemente a Ana para que se cayera, pero de último minuto ella quedó colgada de la orilla, aunque era fuerte necesitaba ayuda o pronto caería.

-Jazmín, por favor ¿Por qué haces esto?, ayúdame.

-Porque debería de ayudarte si lo que necesito es recaudar almas.

*Acto seguido Jazmín prosiguió en darle una patada a Ana para que cayera de una vez.

Pero antes de que esto sucediera Gabriel la tomo fuertemente del brazo y la jalo hacia atrás con fuerza, acto seguido colocó sus dos dedos índices en la frente y su mano completa en el pecho, luego de eso solo se vio una luz muy brillante.

Una vez que dejó de verse la destellante luz, Jazmín callo desmayada al suelo.

Luego Gabriel se acercó a la orilla para ayudar a Ana.

-Creo que necesitas ayuda, no te preocupes confía en mí, te ayudaré a subir.

-Por favor gracias.

-Gabriel le dio un fuerte tirón para poder subirla, pero no estaba muy acostumbrado a su cuerpo humano que se desequilibró y ambos cayeron al suelo, quedando Ana sobre Gabriel.

-Te podrías bajar de mi por favor.

-Si, si.

*Ana se levantó a toda prisa y ofreció ayuda a Gabriel para que se pusiera de pie también.

-¿Por qué estabas aquí sola?

-Es que yo… yo casi no me llevo con los demás, así que suelo comer aquí sola.

-Ya entiendo, pero es muy peligroso que estés en un lugar como esté tú sola.

-Lo siento, tendré más cuidado.

Por cierto ¿Qué paso con Jazmín?

-¡Ah!, creo que fui un poco rudo con ella, pero no le hice nada malo, la llevare de inmediato a la enfermería.

-¿Te ayudo?

-No te preocupes, yo puedo solo.

*Cargo entre sus brazos a jazmín y se la llevó escaleras abajo.

/Pero que extraño fue todo esto, y lo bueno porque andaba cerca Gabriel, hubiera sido otra persona me deja caer.

…………………………….

(Detrás del gimnasio)

-¿Qué es lo que traes ahí Gabriel?

-Es la chica a la que habíamos visto el día de ayer, pero al parecer el demonio no estaba dentro de ella, ella solo fue infectada.

-Ahora todo tiene sentido.

-¿Qué?

-Es que en los demás salones hay chicas con el mismo problema, pero ya analizándolas más de cerca al igual que ella solo están infectadas, así que tenemos trabajo para rato aquí.

-Por cierto y la otra chica que también estaba en la azotea.

-¡Ah! ¿Te refieres a Ana?

-Si como se llame.

-Esta bien, ella no está infectada ni nada, al parecer solo es la típica chica que siempre se la pasa a solas.

-Muy bien, entonces por hoy eso es todo.

Hay que ir a descansar.

-¿Y que hacemos con ella?

-No se, déjala ahí, seguro que alguien la encuentra.

-No, como crees dejarla solo aquí, la llevare a la enfermería.

-Bueno, como quieras, pero no te expongas mucho, de acuerdo.

-Si, no te preocupes.

……………………………..

(En casa)

-Ya me voy hijas, espero que se porten bien.

-¡Oye papá!

-Dime, Sol.

-Quiero invitar a unas amigas a una pijamada, ¿crees que se pueda?

-Claro, nada más que eso sí, espero encontrar la casa tal y como la dejo.

-Si papá, muchas gracias, yo me encargo de limpiar cuando se vallan.

-Si no hay nada más ahora sí me voy.

-Adiós padre.

*Dijeron las dos gemelas al unísono despidiéndose de su padre.

Una vez que el cruzo la puerta, Ana se dio la media vuelta y se dirigía a su habitación.

-Ana espera.

*Le gritó Sol, y Ana se quedó quieta en el mismo Lugar.

-¿Qué quieres?

-Ana, perdóname se que últimamente me eh portado muy grosera contigo, y…

*Ana la interrumpió.

-No te preocupes, no pasa nada, si ya no necesitas otra cosa, iré a estudiar.

-No Ana, yo, yo, yo quería invitarte a mi pijamada.

*A Ana se le dibujo una sonrisa en los labios pero disimulo al voltear a ver a su hermana.

-Seguro que está es otra de tus grandiosas bromas, ¿Verdad?

-No, Ana, te lo prometo que no, yo solo quiero pasar tiempo contigo.

-Esta bien, pero si es otra de tus bromas, te aseguro que no te vuelvo a hablar en toda mi vida, de acuerdo.

-Si, lo entiendo, muchas gracias.

Y… me podrías ayudar a preparar todo.

-Bien, que quieres que haga.

-Que tal si vas a rentar las películas, y cuando regreses preparas la palomitas, es que a mí siempre se me queman jeje…

-Bien, y tú qué harás.

-Yo voy a limpiar la habitación, mover la televisión y arreglar los futones.

-Ok, como tú digas, entonces regreso en un rato.

/Bien, ya convencí a papá, y también a Ana.

Ya solo falta arreglar lo que dije.

……………………….

(Camino a la tienda de renta de películas)

/Que será lo que está planeado Sol, debo de admitir que me pone feliz que mi hermana me invite a hacer algo pero, también ya en otras ocasiones lo a echo y siempre termino humillada de la peor manera posible.

Trataré de estar lo más alerta posible para que eso no me vuelva a suceder.

-¡ANA!... ¡ANA!...

*Una voz la saco de sus pensamientos.

Volteo para todas partes pero no lograba ver quién era la persona que le estaba hablando, asta que sintió una cálida mano posada en su hombro.

-Ana, por qué no me haces caso.

*Ana volteo a ver de quién se trataba.

-¡Gabriel! Hola, ¿Qué haces por aquí?

-Hola, eso mismo debería de decir yo. Que no ya te había dicho que cuidaras más de ti.

¿Qué haces a estas horas de la noche caminando distraída y aparte tu sola?

-¡Oh! Es que… salí para rentar unas películas, mi hermana tendrá una pijamada.

-Ya veo, así que eres la sirvienta de tu hermana.

*Molesta.*

-Pero que estás diciendo, yo no soy la sirvienta de nadie.

-Ya tranquila, no te alteres de acuerdo, me disculpo, fue un comentario muy indebido.

-¡Gabriel!

*Agitando su mano.*

-Aquí estoy.

-Te dije que me esperaras afuera, no que te fueras.

-Perdona, es que vi a mi amiga y quise saludarla.

/¿Amiga? Dijo que soy su amiga.

-Lo siento Ana, me tengo que ir, pero por favor ya no camines de manera distraída ok.

-Si no te preocupes.

-Nos vemos en la escuela.

-Si, nos vemos, adiós, adiós Rafael.

*Rafael solo le hizo una mueca con la cara.

-No le hagas caso, de por sí es un amargado.

-A ok, bueno adiós.

-Adiós.

-¿Pero que crees que estás asiendo?

Acaso te olvidas de la misión.

-Claro que no, pero nunca está de más divertirse un rato.

-Acaso ya se te olvidó lo que pasó la última vez por andarte “Di-vir-ti-en-do”

-Claro que no.

¿Por qué siempre me lo tienes que echar en cara?

-Porque por tu culpa una humana fue condenada, y recuerda que con esa ya tienes dos advertencias, una más y serás desterrado.

Y yo no quiero eso para ti.

*Gabriel abrazo a Rafael.

-Ya hermano, no te enfades, ya sabía que me querías mucho.

-Ya suéltame que la gente nos está mirando.

-¿Y eso que, que miren?

-¡Ash!

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