-Muy bien chicas, denle un respiro a su tía, ¿Ya está la cena? Muero de hambre.
-Hay papá, como siempre tan glotón.
*Dijo Sol, y las tres chicas rieron al unísono.
Michelle y Jonathan se sentaron en la mesa, mientras que Sol y Ana servían la comida.
-Como siempre chicas, esto se ve delicioso.
*Toma un bocado con la cuchara.*
-Y sabe delicioso.
-Yo la hice tía Michelle.
-Ya eres una gran cocinera Sol, al menos ya no se te pasa de sal.
*Río.*
-¡Solo fue una vez?
*Dijo avergonzada.*
-Bueno como diez.
*Terminaron de comer la sopa y sirvieron el bistec con el arroz.
-Yo cocine este platillo tía Michelle.
*Michelle tomo un bocado.*
-Delicioso como siempre Ana.
Al menos ya no confundes el cilantro con el perejil.
*Río.*
-¡Tía Michelle!
*Dijo Ana avergonzada.*
-No te preocupes, a todos nos pasa.
*Todos rieron.*
*La cena transcurrió de manera normal, al final Sol saco unos flanes de la nevera y los repartió, una vez que terminó de hacerlo, Jonathan las miro a todas, no quería acabar con esta atmosfera alegre, pero tenía que decirlo en algún momento.
-Niñas, el día de mañana nos mudaremos de aquí.
-¡Que!
*Gritaron al unísono.*
*Sol golpeó la mesa con la palma de la mano.*
-Seguro que otra vez es esa bruja verdad.
*Jonathan miro a Michelle y se puso nervioso.
Michelle se comunicó con él por medio de telepatía.
/No te preocupes.
-Papá no es justo que le sedas las cosas con tanta facilidad a esa mujerzuela.
*Enojado.*
-Sol, ya te había dicho que cuidaras tu lenguaje.
*Tono de berrinche.*
-¡Pero papá!
-Déjame terminar de hablar.
*Sol hizo un puchero.*
-Si, le di el departamento, pero esto será lo último que nos quitara, además de que no las buscará amenos que ustedes así lo quieran.
-Bueno siquiera ya no nos volverá a molestar.
-¿Pero papá adónde iremos?
-Iremos a la casa donde vivía con sus abuelo.
-Enserio papá, que gran noticia.
*Molesta.*
-¡Cómo puedes decir eso Ana! ¿Y que hay de mis amigos papá, de la escuela?
*Michelle miro a Jonathan.*
/No te preocupes, yo me encargaré.
*Jonathan asintió.
-Chicas, se que están molestas por el cambio, pero abecés eso es algo bueno, mírenlo de está forma, su madre ya no sabrá dónde están y no las molestará.
-En eso tienes razón tía Michelle, pero…
-Pero nada.
*Michelle la interrumpió.*
-Se supone que tú eres la mejor asiendo amigos, y Ana te gustará ese lugar, tiene un hermoso jardín donde puedes plantar cientos de flores.
-Tía Michelle, ¿Cómo sabes eso?
-Recuerden que yo crecí con su padre.
Además de está forma podrán ser mis damas de honor en mi boda.
-¡¿Queee!?
*Los tres gritaron al unísono.*
-Si, me casare en un mes, ese es el motivo de mi visita, y como casi no tengo amigas quiero que ustedes dos sean mis damas de honor.
-Así que al fin te casarás con Lucio.
*Dijo Jonathan un poco desanimado.*
-Si, perdón por no avisarte antes.
-No te preocupes.
-Bueno entonces hay que dormir, mañana tenemos que levantarnos temprano para empacar todo.
-Si papá.
*Dijeron las dos al unísono.*
*Se levantaron de la mesa y se fueron a cepillar los dientes.
(En el baño)
-Que alegría que Michelle se va a casar, por fin conoceremos a su novio.
-Pero te diste cuenta de que papá se puso triste.
-¡Hay Ana! Aún no entiendes la vida verdad.
-¿De que hablas?
-Papá está enamorado de ella, es el clásico amor de la infancia.
-¿Tú de verdad crees eso?
-Claro, a poco nunca te diste cuenta de como miraba papá a Michelle.
-No, la verdad no.
-¡Hay Ana! ¡Cómo eres de despistada!
*Ambas terminaron de cepillar sus dientes y se fueron a la cama, pronto Jonathan las alcanzó y como todas las noches las arropó y les dio un beso en la frente.
-Papá, no crees que ya estamos un poco grandes para esto.
-Claro que no Sol, siempre serán mis bebés.
-¡Papá!
*Tono de puchero.*
-Que descansen mis princesas, mañana será un día muy agotador.
………………………..
(En la cocina)
*Michelle se encontraba comiendo un tarro de helado en la mesa.
-Michelle eso te quitara el sueño.
-Eso ya lo sé.
(Tocan el timbre)
*Ambos se ven un poco confundidos.*
-Iré a ver quién toca la puerta.
-No te preocupes Jonathan yo te cubro.
*Vuelven a tocar la puerta y una voz se deja oír desde el otro lado.
-Que no piensas abrir, me estoy congelando aquí afuera.
*Ambos se relajaron y Jonathan abrió la puerta.
-¡Hay hombre! Cuánto tiempo más me dejarías haya afuera.
*Leonel entró sin siquiera notar que Michelle estaba hay, colocó las cervezas en la mesa y voltio hacia donde estaba Jonathan.
Tomo la silla, una cerveza la destapó y le dio un sorbo.
-¿Qué me cuentas de nuevo?
-¡Vaya, vaya, vaya! Pero que grosero te has vuelto Leonel.
*Leonel giro lentamente su cabeza hacia donde estaba sentada Michelle.
-Michelle estás aquí.
*Dijo con gran alegría.*
-¿Cómo has estado, que tal te fue en la batalla?
-Claro que muy bien, por supuesto.
*Mientras terminaba de decir esto tanto Michelle como Jonathan se quedaron quietos.
-Pero venga, hay que celebrar que estamos todos juntos, Jonathan, Michelle tomen una también.
-Si, Leonel tiene razón hay que celebrar que estamos todos juntos de nuevo.
*Una voz se dejó escuchar desde detrás de Leonel.
Leonel se giro para ver quién estaba detrás suyo, trato de hacer una reverencia pero le hizo señas que se detuviera. Jonathan aún no sabía de la verdadera identidad de Lucio.
-¿Qué haces aquí Lucio?
-Lo siento Michelle, pero es que también quería ver a Jonathan y Leonel.
*Lucio tomo una silla y se sentó a un lado de Michelle, mientras que también tomo una cerveza y le dio un sorbo.
-Pero díganme, que tal les está lleno a ustedes dos.
*Jonathan también tomo una cerveza, mientras que Michelle fue al gabinete para sacar un traste para colocar las botanas que había traído Leonel, regreso vacío las frituras y también tomo una cerveza.
-Pues para mí lo mismo de siempre, me ganaste a Michelle y hasta ahorita no eh podido encontrar un remplazo para poder al fin descansar.
-Ni Modos amigo, Michelle escogió ser coronel antes que una parca.
¿Y tú Jonathan?
-Pues que te puedo decir, me divorcie y la mujer me quitó todo, así que mañana me mudare a mi antigua casa.
-Ya veo.
-Bueno vasta de hablar cosas triste.
Que bueno que estamos todos aquí, de está forma ayudaremos a Jonathan con su mudanza.
-Si tienes razón Michelle.
-Como siempre ayudando al prójimo, por eso te amo Michelle.
-Muchas gracias amigo.
*El resto de la noche se la pasaron tomando y viendo películas de terror asta que todos terminaron dormidos en la alfombra de la sala.
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Comments
Martha Divas
K misterio hay en esta historia
2022-01-09
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