20 Convivencia

(En la azotea)

*Richard termino de subir las escaleras, en cuanto abrió la puerta una refrescante brisa lo recibió, camino por toda la azotea asta que por fin encontro un lugar a la sombra para sentarse, sin siquiera darse cuenta de que Ana estaba a la vuelta del lugar que escogió.

Ana se encontraba comiendo en silencio y mirando las nubes pasar.

Mientras que Richard de igual manera solo se dedico a observar el cielo azul y el movimiento de las hojas en los árboles, las cuales danzaban al ritmo del viento.

-Esto si que es relajante.

*Dijo Richard mientras que le dio un gran mordisco a su torta.

Luego de que terminó de comer se recostó en la misa banca, mientras que el viento soplaba ligeramente, lo arrullaba con la fresca brisa de verano, no paso mucho tiempo y se quedó dormido.

Ana escucho como la puerta se abría, se quedó alerta un momento por lo que había pasado anteriormente con Jazmín, cuando noto que se trataba de Richard, sus mejillas se ruborizaron y se quedó sentada en silencio al otro lado de la pared que dividía las bancas.

/No lo puedo creer, Richard está aquí, está es mi oportunidad para hablar un poco con él, pero… Y si piensa que soy una acosadora. Aún recuerdo que fui yo la que se tropezó con él, y luego de eso fui yo la que espiaba a través de su ventana, seguro que piensa que lo estoy acosando.

Pero es que no es así, todo eso fue pura casualidad.

¡Hay que hago! ¿Debería de hablarle?

¡Si, voy a hablar con él!

*Ana dio media vuelta para encontrarse con Richay, el cual dormía tan plácidamente en la banca.

/No puedo creerlo, se durmió.

Pero no puedo negar que se ve tan lindo de está manera. No lo había notado antes por la corbata pero, tiene tres lunares en forma de triángulo en su cuello.

Y sus labios… Sus labios son rojos, parece como si hubiera usado lápiz labial.

*Ana pasó su dedo por los labios de Richard.

/No, no es pintura, es su color natural, también tiene unas lindas pestañas tan largas, tan preciosas que cualquier mujer podría envidiar.

Pero me siguen hipnotizando sus labios, son tan seductores, es como si te llamarán, como si te dijeran bésame.

*Ana tomo su cabello con una mano para que esté no tocará el rostro de Richard y lo despertara, se acerco lentamente a sus labios y cuando estaba a punto de besarlos, sintió un gran tirón hacia atrás, no podía ver de quién se trataba ya que la jalo con él asta cruzar la puerta de las escaleras.

*Molesto.*

-¿Pero que crees que estas asiendo?

Nunca creí que fueras capas de hacer eso.

*Ana, como si hubiera despertado de un trance, miro confundida a Gabriel, ya que ahora que lo tenía de frente pudo ver de quién se trataba.

*Confundida.*

-¿De que hablas?

*Molesto.*

-¡Hay por favor! No te hagas la víctima que no te queda, hace unos minutos intentaste besar a esa tal Richard.

*Sorprendida.*

-¿Qué?

-Así como lo oyes, estuviste a punto de besar a Richard.

*Sorprendida.*

-Es que no lo puedo creer, yo… Yo no soy así, algo extraño me sucedió, es como si me hubiera hipnotizado.

-Ana te lo voy a decir solo una vez y es por tu bien, “Aléjate de él” ¿Entendiste?

*Confundida.*

-Ok, me alejaré de él.

*Cuando dijo esto, Richard abrió la puerta.

*Serio.*

-¡Disculpen! ¡Con su permiso!

*Richard camino entre los dos, no sin quitarle la vista a Gabriel, mientras que Gabriel le regresaba la mirada.

Se veían tan ferozmente, que si las miradas mataran, ellos dos ya estarían muertos.

Gabriel no le quitó los ojos asta que la vuelta de las escaleras ya no le permitió seguirlo viendo.

-Me tengo que ir, las clases están por comenzar.

-Yo voy contigo Ana, después de todo, estamos en el mismo salón.

-Tienes razón.

¡Vamos!

*Ana caminaba atrás de Gabriel.

/No se que es lo que me ocurrió allá arriba, yo nunca en mi sano juicio trataría de besar a alguien, de verdad que no se lo que me pasó, fue como si hubiera perdido el control de mi cuerpo, y por si solo intentará besar a Richard, lo bueno porque tiene el sueño pesado, si no abría despertado.

*Eso fue lo que pensó Ana, cuando en realidad Richard si estaba despierto y pudo sentir todo lo que estaba haciendo Ana.

/Padre me lo dijo una vez, que los humanos no se pueden resistir a las tentaciones, y que los demonios somos muy buenos para hacer que las personas caigan en esa tentación, aunque la verdad lo que acaba de ocurrir hoy no fue echo por mi, no se que fue lo que pasó.

Afortunadamente ese tipo entro, si no, no se en lo que habría terminado.

…………………………………..

(Cafetería)

-¡Hola! Tú debes de ser Sol ¿Verdad?

-Si, soy yo.

/Jajá, la conocí por el dije que le dio mi madre, le dio el dije de sol a Sol y el de la luna a Ana.

-¿Por qué tan sola?

-Por nada, siempre como yo sola.

*Sínica.*

-Pero miren a quien tenemos aquí, pero si es la mismísima zo-rri-ta.

¡Hola zorrita! ¿A caso el chico nuevo es tu nuevo objetivo?

*Molesta.*

-Pero que cosas estás diciendo Catering.

*Sínica.*

-Nada, solo la verdad, es que ya pasaste con todos los alumnos de la escuela, que ahora te interesa la carne fresca no es así.

*Seductora.*

-Oye Demian, si quieres puedes estar conmigo, te aseguro que te lo puedo hacer mucho mejor que ella.

*Mientras decía esto abrazo a Demian por la espalda y bajo sus manos por todo su torso asta llegar a la hebilla del cinturón de su pantalón.

Antes de que bajará aún más, Demian sostuvo con fuerza sus dos manos.

-Sabes una cosa, ¿Catering?

*Seductora.*

-Si mi cielo.

*Sarcasmo.*

-Si yo quisiera estar con una chica, buscaría a alguien virgen, sinceramente la que ya están usadas, así como tú, no me interesan, prefiero enseñarles yo, a qué ya tenga experiencia por haberse acostado con otros.

Lo siento, pero me gusta la exclusividad.

*Catering retiro sus manos de Demian, su cara estaba totalmente roja por su enojo, mientras que los que había escuchado la conversación no paraban de reír por lo que había dicho Demian.

-Esto no se va a quedar así, ya me las pagaras.

*Demian se sentó cruzando las piernas con aires de superioridad.

-Te espero, cando quieras.

*Catering y sus amigas se fueron de la cafetería, mientras que Demian volteo hacia la mesa para terminar de comer.

Sol lo miraba como si de un héroe se tratara.

-Gracias por ayudarme.

-De nada, no me gusta ver qué los fuertes molesten a los débiles.

-Por cierto no creas lo que te dijo Catering, a ella solo le gusta comenzar rumores.

-No te preocupes, yo sé que todo lo que dijo es mentira.

No te molestes por lo que te voy a decir, pero desde lejos se te nota que no has estado con nadie.

*Sol se ruborizo.

-Ok, gracias.

*Ambos terminaron de comer, cuando terminaron no paso mucho tiempo para que la campana sonará.

-Bien, es hora de regresar a clases.

-Si.

-Vamos, después de todo vamos al mismo salón.

*Sonrisa juguetona.*

-Si, vamos.

*Ana caminaba detrás de Demian cuando Rafael la intersecto y la metió al armario del conserje.

-¿Pero que es lo que tramas?

-Nada, solo aléjate de ese chico, y el no es lo que parece, es un lobo vestido de oveja.

-Pero porque dices eso, él…

-Solo hazme caso, yo sé lo que te digo.

*Rafael salió primero, seguido por Sol.

/Pero de que rayos está hablando, ¿acaso ellos dos se conocen?

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