-Estoy esperando tu respuesta
-Sr Leandro, buena noche.
-¿Hasta cuando seguirás conmigo en esos términos?. No me gusta que me llamen de Ud.
-Aùn no somos nada. Responde Victoria
-Aùn no me contestas. Responde Leandro.
-¡Què tal tú dìa!. Pregunta Victoria
-El lanzamiento del nuevo producto fue todo un éxito , hemos cerrado varios contratos. Todos los inversionistas preguntan si tengo vínculos comerciales contigo.
-ummm. Que mal. Victoria lo dice con malicia
-¿Por què lo dices?
-Porque eso quiere decir que en un futuro debemos fusionarnos.
-Entonces, eso no es nada malo.
-Pero es que yo no quiero. Victoria suelta una carcajada y Leandro desde el otro lado de la linea solo sonríe ante su broma absurda.
-No es buen chiste Victoria.
-Para mi sì. Quiero verte Victoria. Necesito verte. Nuestros trabajos son agotadores y no sé de cuánto tiempo cuento para tenerte cerca de mi.
Victoria le agradaba esa sensación de sentirse amada, Leandro le expresaba todas ellas. Pero existìa un pasado que ella aùn no le habìa contado y no sabìa còmo decirselo y còmo el lo tomarìa.
-No lo sè. Mi agenda está muy apretada. Creo que serà la otra semana. Victoria quiere evitarlo.
-Y …¿qué tal si es ahora?
-¿Ahora?. No, estoy en casa con pijama , claro que no.
-Me estàs mintiendo Victoria Marsellas. Tienes puesto un hermoso pantalòn sastre, una blusa de mangas largas satinada roja y un blazer. y lo que veo me encanta.
Victoria se abruma ante el comentario ya que él la ha descrito exactamente como ella se encuentra vestida. Da un giro sobre sus zapatillas y mira a su alrededor.
-¿Conoces el juego de “frío- calor”?
-Sì, pero qué con eso.
-Estas muy fría.
-Estàs en el edificio?
-Caliente
-Ok,¿en recepción?
-Frìaaaaa. Debes trabajar más. me estoy aburriendo. Leandro simula un bostezo Ademàs, desde aqui no podrìa ver tus zapatillas rojas.
-¿Está en el apartamento?
-Caliente.
Victoria agiliza el paso a la antesala y no encuentra nada. -¿Está en la habitaciòn?
-Anhelo ese dìa. No sabes cuanto. Su voz fue seductora, haciendo que la piel de Victoria se eriza y provocará un escalofrío en ella.
-Me encanta tu reacción. Pero ahora estás tibia.
-¿Tibia? Victoria adelanta sus pasos a la cocina y allí ve a Leandro junto con Alberto, Marlyn, la Sra Camila y la mucama.
-Estás en brasas. Leandro se sonríe y cuelga su móvil, se levanta de su silla y se apresura a abrazarla obsequiando un beso tierno.
Victoria se sonrojó demasiado, Leandro había dicho aquellas palabras delante de todos, sin ninguna mesura o prudencia. Se sentía avergonzada.
-Muchachos, Sras, esto es lo que me encanta de esta mujer. Siempre existe rojo para sus mejillas.
Victoria le da un leve pellizco en sus posaderas sin que nadie se diera cuenta . Leandro sintió aquel pellizco resbalando su mano en busca de la de ella. La tomò y la llevò frente a su rostro para darle un beso y susurrandole al oido le dijo
-Eres una atrevida. No me pediste permiso.
Esto colocó a Victoria màs roja que un tomate, èl le sonrió y apretò sus mejillas aùn màs asentando muchos besos como excusa de los dìas ausentes. Risas salieron de todos los expectantes, ahora todos cenaban como una gran familia. Victoria se sentía felìz, hace muchos años no se sentìa de esa manera. Quiso a Partir de ese momento enterrar su pasado y seguir con lo que el presente le prometía. Se jugará nuevamente en el nombre del amor.
-¿Vamos al balcón un momento?
-Pero aquí estamos bien.
-¡Quieres que suelte mi boca y diga cualquiera de mis ocurrencias!. De veras eres osada.
-¡No!, el balcòn està bien. Victoria odiaba que èl hiciera ese tipo de chantajes, era eso o pasar el ridìculo frente a todos los invitados.
-Ok, vamos.
Una brisa tenùe sobrellevaba la noche, juntos han salido al mirador y Leandro aprovecha este momento a solas para abrazarla por la espalda.
-Sabes, hace mucho tiempo que no me sentía así.
-¿Así como?
-Asì, lleno de esperanzas. Sabes que estuve casado. Bueno, horas de casado. Mi esposa esperaba un hijo, yo era el hombre màs feliz, la conocì desde pequeño y fuimos a la escuela juntos. Fue mi amor de infancia, mi gran amor. Victoria se tensó y empezó a sudar frìo.
-¿Te sientes bien?. Discúlpame por hablar de mi pasado.
-No, es solo que creo que la comida me ha caído mal. Victoria temía en cualquier momento ser descubierta.
-Fue inesperado sus partidas, todo por causa de esa mujer. Retomò Leandro
-¿Esa mujer?, Victoria se llenò de valor , querìa saber de su propia boca, què pensaba èl aùn despuès de tantos años.
-Si, Gloria Negrete. Por ella hoy mi familia no está conmigo. Leandro ha cambiado su semblante y Victoria vuelve a experimentar aquel momento en que Leandro la incitó a quitarse la vida.
-¿No se ha preguntado si ella también sufrió? Victoria se arriesgò a preguntar.
-Una mujer asì como ella, no tiene escrùpulos. Matò a su prometido y su hijo tambièn. Nosotros no éramos màs que unos desafortunados que nos atravesamos en su camino.
Victoria ahora hervía de coraje, ¿Cómo podía pensar en ello? Seguìa siendo el mismo estar lleno de venganza y odio.
-¿Y si ella nunca tuvo la culpa?, ¿Cómo saberlo?.
Leandro se sorprendió ante la defensa de Victoria a aquella mujer . -¿Y tù què sabes?, no estuviste allí. Leandro aprieta su brazo y siente una punzada dolorosa que disimula ante èl.
-Su caso se supo en todos los medios, fue un accidente mùltiple y tengo entendido que aquella mujer al igual que Ud perdió sus seres queridos. ¿Por què no le ha dado el beneficio de la duda?
-¿Por què deberìa dàrselo’?. Los hechos fueron evidentes. Ella no es màs que una asesina, una que ahora està en las calles y que pronto la harè volver a la cárcel.
-Es Ud un retrògada. ¿Cómo puede decir eso sin ponerse en los zapatos de aquella mujer?
-¿La defiendes?. No te atrevas, Leandro cambiaba su ser por uno que Victoria no era desconocida, el ser hostil e iracundo.
-Yo,. Victoria ha bajado su rostro. -Yo también perdí a mi esposo y a mi hijo. No por eso estoy buscando culpables. Son designios de Dios y debo seguir. Victoria se ha llenado de valor para verle al rostro.
Leandro queda atònito ante su confesiòn, èl no sabìa que ella había estado casada en algún momento y menos que compartìa una historia similiar.
-¿Estuviste casada?.
-¿Solo quiere saber si estuvo casada?. Sr Pardo, retìrese por favor. Creo que los dos compartimos ideas diferentes. Ud parece llamar Justicia a su sed de venganza y yo no deseo estar con alguien que carga con semejante peso.
Leandro no pudo ocultar su descontento, él estaba seguro de sus convicciones, diez años lo mantuvieron en su ceguera y seguirìa asì hasta el final de sus dìas, aùn asì halla encontrado el amor con Victoria. Tomó su blazer sin despedirse de nadie. Esta reacciòn ocasionò en Victoria una inmensa tristeza que su corazòn volviò a estrujarse. Sus recuerdos volvieron a su mente como fuertes detonantes, uno a uno mostrando lo inhumano que Leandro fue con ella durante su estadìa en el Hospital, el juzgado y la prisiòn. Ahora el aire que respiraba era pesado para ella. Lo mejor que debìa hacer era alejar aquel hombre de su lado. No volverìa a verlo màs.
Victoria entró a la cocina, se disculpó de sus invitados y se fue a su habitaciòn, al cerrar la puerta estalló en llanto,apretò su brazo, ya que aquella laceraciòn de años anteriores le dejò una cicatriz pronunciada que al tacto dolìa, pero màs dolido estaba su corazòn. Estaba llena de penas y perjuicios, tristezas y desconsuelos. Creìa que esta oportunidad serìa una excelente opciòn, por el contrario, fue la peor de todas. La noche fue larga hasta llegar el nuevo día.
Han pasado ya varios dìas, Leandro es un ser obstinado y Victoria simplemente agradecìa que él no la siguiera hostigando aunque extrañaba su llamada matutina y sus chistes flojos, a pesar de ello, ella no sobraba de tiempo para su corazòn.
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Comments
Yoleida Gonzalez
el odio y el rencor es el mayor veneno para el cuerpo y el alma, daña tu espíritu, te da enfermedades que pueden acabar con tu vida y llevar tu alma a más profundo abismo de la pérdida y el dolor.
es preferible.perdonar sanar y seguir hay que intentarlo siempre. 😢😑😑 Y.G
2023-06-09
1
Eugenia Venegas Oyarzo
Mm.m todavía tendrá que pasar mucha agua bajo el Puente 🤷🏼♀️
2022-09-01
9