La tarde ya transcurrìa amena. Victoria se encontraba sumamente feliz disfrutando de la compañía de los niños. Siempre le gustaron y ellos le confortaba el alma por la pérdida de su hijo. Era una tarde espléndida. Marlyn se acercó a ella para darle la merienda.
-Srta Marlyn, esto es suyo. Debe alimentarse. Ud no quiso almorzar.
-Lo siento Marlyn, sabes que hemos tenido muchos trabajos, ademàs, este evento no lo teníamos en la agenda.
-Lo siento Jefe, olvidè decírselo. Además, para Ud no es nada incómodo.
-Tienes razón. Es la mejor tarde que he tenido en años. Vagos recuerdos empezaron a llegar a Victoria la noche anterior y los repentinos besos con Leandro. Su piel se erizó por completo y un éxtasis la exaltó al ver a lo lejos la figura de Leandro acercarse nuevamente a ella. Pero, ¿Cómo supo que me encontraba aquí?. Pronto un pedazo de su emparedado de pavo se atoró en su boca y empezò a toser con dificultad. Leandro apresuró el paso y pronto llegó a auxiliarla en medio de los niños. Tomó el vaso con fresco y se lo ofreció, ella rápidamente tomó un sorbo y disminuyó gradualmente su asfixia. Al recuperarse, los niños gritaban llenos de emoción por el hombre que acababa de salvar a su “maestra”.
-Parece que ahora soy su héroe.
-Claro que lo eres Sr Pardo. Asintió un niño de mediana edad. -Nos alegra que vuelva nuevamente. Leandro abraza al niño y detràs de èl muchos hacìan bulla para esperar su turno.
Esto dejó a Victoria sin palabras, los niños adoraban a Leandro y al parecer él también. Leandro se disculpó y quiso compartir un buen tiempo con los niños jugando fútbol mientras Victoria pintaba con las niñas ya estando recuperada.Al terminar la tarde, Marlyn le pidió a Victoria retirarse ya que debía ir a llevar unos documentos para definir el nuevo apartamento. Victoria aceptó y nuevamente estaba sola con Leandro.
-Parece que ahora sí podemos hablar. Leandro se acerca a Victoria ya que los niños se habían despedido.
-No hay nada de qué hablar Sr Pardo. Victoria responde tajante y al instante baja su rostro -Agradezco por lo que hizo hace un momento .
-No fue nada. Pero es necesario que hablemos o …
-O ¿Què?
-O la perseguiré por toda España, Alemania o Francia. Tengo los recursos.
-Es Ud un pedante. ¿Lo sabìa?
-Bueno, hace muchos años que nadie me había dicho. Solo mi ex esposa.
-Lo siento, no era mi inteniòn. Victoria se sentía avergonzada por el comentario de Leandro. Temìa tanto su presencia que èl pudiera en algùn momento descubrir quién era ella.
-Los besos de anoche, sabe… Leandro se levanta de su silla y se coloca detrás de ella susurrando al oído. -No los he olvidado. Leandro inhalò profundamente su aroma, un aroma ùnico que movìa las fibras de su piel, haciendo sucumbir las emociones màs profundas de su ser. Victoria sintió su susurro y su piel se erizó por completo, para su fortuna su blusa de mangas largas ocultaban su clímax frente a Leandro. Cerrò sus ojos y volviò a su recuerdo de la noche anterior divagando entre ellos y la fuerte sensaciòn que habìa despertado en ella. Al abrirlos, Leandro estaba apoyado frente a ella observándola detenidamente, los ojos de Victoria emanaba un brillo ùnico que pronto se volvieron frìos a su mirada.
-Creo que he sido clara, en que ese evento no debiò suceder Sr Pardo. Esta conversaciòn ha terminado. Haga de cuenta que nada sucediò.
-¿Sabe que la llamè esta mañana al Hotel? Me dijeron que ya te habías ido. Pero para mi fortuna, supe donde encontrarte.
- No se desvíe de la conversaciòn. Ud la pidiò. No fue nada y no se repetirà.
-¿Está Ud segura?La sentì hace un momento diferente.
-¿Diferente? Victoria temiò por su respuesta.
-Si, Ud respondió a mi susurro y sus ojos la delatan cada vez que estoy cerca de Ud.
-Es Ud un ególatra. Temo que haga conjeturas absurdas. Victoria se levanta de su silla y toma su bolsa, ha decidido irse y toma el celular para llamar a Marlyn, su asistente.
-¿Ya se va? Yo podría llevarla.
-No lo creo, yo puedo sola. Marlyn ha contestado pero ella le argumenta que el chofer empezará a laborar a partir del dìa siguiente y que ella aùn està esperando las llaves del apartamento enviando su nueva direcciòn. Victoria cuelga la llamada llena de frustraciòn sin percatarse que Leandro aún le espera.
-Parece que no tiene transporte.
-No es su problema. Victoria guarda su mòvil y Leandro apenas y alza sus hombros.
-Seguro que lo tiene solucionado. Entonces, me irè. Leandro se acerca a Victoria y ella da un paso atràs, Leandro se sintiò apenado, no quería ser hostil pero al parecer ella lo veìa de esa manera, asì que detuvo sus pasos y solo añadiò, - Hasta pronto Srta Marsella.
Victoria se sintò aùn màs avergonzada con Leandro aunque ese era su propòsito, no se sentìa bien ya que su corazòn se oprimiò a la tristeza. Certamente Leandro la desconcertaba y su corazòn aùn màs.
Sin embargo, salió de la escuela con paso rápido esperando que pasara un taxi y asì poder irse a su nuevo apartamento.
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ana gonzalez
¿divorciado o viudo?
2023-07-12
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