Leandro Pardo
-por favor, no me seden. No quiero dormir, necesito reconocer el cuerpo de mi esposa y darle una cristiana sepultura. Una de las auxiliares de enfermerìa tuvo compasiòn por èl y afirmò con su cabeza la peticiòn, siempre y cuando tomara un descanso hasta el dìa siguiente.
-¿Qué hay de las otras personas que se accidentaron conmigo?. La enfermera le miró y guardó silencio.
-Por favor, solo quiero saber.
-Fue una pareja, el muchacho falleció hace poco, la chica quien conducía el auto està en reposo, està consciente, descansando.
Leandro sintió que su sangre hervìa de furia, la asesina de su esposa e hijo estaba viva y debìa pagar por eso.
-¿En què habitaciòn esta? Leandro se mostraba ansioso por saberlo, lo cual alertó a la enfermera. Leandro suavizò su voz. -Es solo curiosidad. Ella le contestò
-Habitaciòn 518. Está cerca de mi, pensò por un momento.
Esta se retirò de la habitaciòn y pacientemente Leandro esperò al cambio de turno para escabullirse.
Al llegar a la habitaciòn y tocar la perilla de la habitacòn , un frìo estremeciò a Leandro, girò y abriò la puerta con cuidado, allì estaba ella de espalda a èl, su cabello rubio se movía con el toque de la brisa, delante de ella un alba de colores naranjas enamorabana a la vista, Leandro, se acercò sigilosamente hasta llegar a su lado.
-Què hace. ¿Acaso es cobarde? Leandro le habla con desprecio, Gloria no contestó, una lágrima se deslizó por su mejilla y seguìa allì inmovil.
-Matò a su prometido, a mi esposa y a mi hijo. ¡Màtese!, así acabarà con todo. Me sentirè satisfecho verla hacerlo. La mano de Leandro aprieta el hombro de Gloria con fuerza, Leandro ahora está lleno de ira y dolor. Apenas Gloria siente un dolor punzante en su antebrazo a causa de una laceraciòn.
Gloria gira su cabeza hacia èl, sus grandes ojos azules tan vacíos como la ausencia de su espíritu lo observan por un momento , recobrando un instante su miseria, pronto destellaron y rompieron en llanto.
-Hàgalo, . Hàgalo y asì tal vez perdone tu horror. Leandro la obligaba a ver abajo. La caída sería larga y fatal.
-El ciervo. Gloria contestó suavemente. Y le mirò nuevamente.
-No es màs que una asesina. Muere y paga por lo que nos hizo. Aquellos ojos de Gloria perturbaron a Leandro, en ese momento sintió que ella no era culpable. Sin embargo, su odio se apoderó . -Hàgalo, no dilate más su destino.
Gloria observó su destino con ahínco, se soltò de su brazo y volviò a ver su horizonte, el alba era perfecto para su adiòs, despuès de todo no tenìa nada allì. Inhalò y sostuvo el aire en sus pulmones cerrando sus ojos dispuesta a descender. Al hacerlo, un fuerte abrazo la arropò, un abrazo càlido y reconfortante, la respiraciòn de aquel erizò su rostro, pronto abriò sus ojos y allì estaba èl, Leandro.
-Pensándolo bien, morir es un obsequio para usted. Quiero que viva el infierno que vivo yo. Vivirà con la muerte de los míos y su propia pena. Es lo que merece. Leandro al tocarla habìa sentido un torbellino de sensaciones que no podìa descifrar, su calor, su olor, tan suave le hizo apreciarla por un corto tiempo hasta que sus recuerdos retumbaron su mente acabando con la gota de compasiòn que viviò por ella.
Gloria aturdida fue empujada hacia atràs, ella estaba en el frìo suelo y Leandro le miraba con desprecio. En ese momento llegò una enfermera quien auxiliò a Gloria, Leandro se justificò que la habìa salvado de su intento de suicidio y saliò de allì, ese mismo dìa Leandro llamò a sus abogados y junto con la madre de Cristiàn de Alcanzar impusieron una denuncia ante Gloria Negrete, por asesinato e intento de homicidio. Gloria ahora era custodiada desde el Hospital hasta su recuperaciòn para luego ir a un tribunal.
Leandro enterrò a su esposa e hijo mientras que Gloria entró en un estado depresivo. No pudo despedir a su prometido e hijo y ahora era culpada de asesinato. Pronto pasò un mes y tuvo que afrontar un juicio a lo que lo ùnico que dijo en su defensa fue
-El ciervo. Su estado emocional estaba quebrantado, en el momento de declararse ante sus cargos se declaró -Culpable. Solo quería morir en su soledad.
Leandro al escuchar el veredicto del Juez el cual era el declarado por la acusada, salió de aquella sala y jamàs volviò a saber de ella, solo de su condena de 20 años, no los suficientes para su pérdida, pero de eso se encargarìa despuès.
Gloria luego de su sentencia fue trasladada al reclusorio y luego llevada a un hospital psiquiátrico. Su salud mental estaba totalmente deteriorada. Así vivió su dos primeros años, hasta que un hombre la reconoció, el Licenciado Miguel Silva, un importante hombre de leyes a quien estimaba Gloria por su brillante carrera. Pronto delegò a un hombre de su confianza para que investigara a fondo los sucesos de aquel accidente y què tanto grado de culpa tenìa Gloria en todo. El tiempo pasò y con èl las heridas de Gloria fueron sanando hasta lograr equilibrarse, la ayuda de Alfonso M fue gratificante, ganò un amigo, un confidente y un excelente abogado que luego de un año logrò sacarla de la cárcel. Su condición, cambiar su nombre, irse de allí lejos y no saber nada de aquel lugar triste para ella. Así fue que luego de 3 años, Gloria Negrete desapareció para ahora llamarse Victoria Marsella.
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Updated 65 Episodes
Comments
Xenia Guayamo
Ni siquiera investigaron como ocurrió el accidente y la condenaron, los ricos y sus cosas 😡
2024-04-18
1
Gidri Morles
q trajedia pobre gloria
2023-10-19
0
Elena Irrutia
me llore todo
2023-10-08
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