Cita a ciegas

La noche llegó y con ella sus encantos, Leandro había enviado un mensaje a Victoria que debía ir vestida con traje de gala nuevamente ya que luego de la cena la llevaría a un cóctel auspiciado por la Compañìa Pardo. Victoria aceptó sin refutar ya que era evidente que con Leandro siempre perdía y èl se daría a las mañas hasta hacerla ceder. Pronto los dos autos aparcaron frente al edificio y luego de una corta espera Victoria y Marlyn aparecìan radiantes frente a los ojos de aquellos hombres. Marlyn temerosa tomò el brazo de su jefe diciendo 

-Victoria, creìa que iríamos en el mismo auto. 

-Yo también lo supuse. Dame un momento y lo soluciono. Victoria con su aire elegante y sutil se acerca al auto de Leandro y pronto èste baja y le saluda con un beso en la mejilla, un momento nuevamente cálido y dulce. Ella con algo de sonrojo le agradece y pregunta por su amigo 

-¿Quién es él? . Alberto ha bajado del auto y se dirige a Marlyn quien con algo de temor da su mano para saludarlo. 

-Es mi mejor amigo. Leandro observa en la mirada de Victoria una respuesta mejor que la que acaba de dar. - No te preocupes, es un hombre correcto, de fiar y confiar.

-Si toca a mi asistente. Victoria lo mira desafiante. 

-La respetarà. Sino lo hace yo mismo lo despellejo. 

-No es suficiente para mi. Victoria gira sus talones y se dirige a Marlyn. Detrás de ella va Leandro expectante y curioso por ver lo que pasará.

……..

Alberto y Marlyn

-Hola, entonces,¿ tú eres mi cita a ciegas?

Marlyn le mira prevenida y una tenùe voz sale de ella:-Si, soy yo, Marlyn.

-Oh, lo siento, mi nombre es Alberto, tienes una hermosa voz. 

Y tù unos hermosos ojos, pensò  Marlyn, pero callò para si misma. -Mucho gusto. 

……...

-Entonces, ¿Ud es el amigo de este Sr? Dijo Victoria con voz determinante e intimidante.

Leandro al escucharla abre sus ojos -¿Sr?, Pensò para èl. 

-Srta Victoria, mucho gusto, mi nombre es Alberto M, amigo de Leandro y accionista de la compañìa.

-Solo quiero aclarar algo de una buena vez, si llega a sobrepasarse con mi asistente, hacer algo indebido o que ella al menos no lo permita, quiero que sepa que soy abogada y que puedo con el tronar de mis dedos enviarlo a la prisión más cercana.

Alberto abrió sus grandes ojos azules y no pudo evitar soltar una carcajada. Victoria se sintiò burlaba de sus palabras y frunciò su ceño. Leandro por primera vez no sabìa què hacer y Marlyn parecìa tal cual una estatua. 

-Srta Victoria, Alberto trataba de hablar sin evitar seguir riendo, -Me halaga que defienda a capa y espada a Marlyn, pero quiero que sepa que no la pienso irrespetar, solo quiero pasar un rato agradable con dos mujeres hermosas como lo son Uds. Ahora, discúlpeme si me rio, pero es un tic que nunca he podido controlar. 

-Es verdad. Dice Leandro, -Ha sido tan inoportuno que hasta en los funerales se ríe

Marlyn empezò a reír fuertemente, Victoria ahora la detalla y creìa que algùn bicho raro le habìa picado. 

-Srta Victoria tiene mi garantìa que no harè nada indebido. Somos caballeros. 

Victoria observa de reojo a Leandro y dice exasperada

-Eso espero o se las verà conmigo. Victoria subió al auto de Leandro y Marlyn al de Alberto. Fueron a cenar a un restaurante exquisito de comida valenciana, hubo una charla amena entre ellos, sus gustos, preferencias y lo que les gustaba de España. Leandro quedó sorprendido de todos los lugares que conocìa Victoria. 

-¿Tú has vivido mucho tiempo aquí? Preguntò Leandro 

-Si, bueno, en mi juventud, luego me radiqué en Francia y seguì con el proyecto de la Compañìa alli. 

-Y tù Marlyn,¿ cómo llegaste a trabajar con Victoria?Pregunta Alberto

-En este momento estoy terminando mi postgrado de Marketing , Soy ingeniera de telecomunicaciones. 

-¿No estás demasiado preparada para ser asistente? Dice Alberto. 

-No soy una secretaria como Ud lo cree, la Srta Victoria me ha cedido algo más que ser su asistente, tengo un excelente salario, el mejor de todo el mercado, por ello, todos quieren trabajar con ella. Además, da excelentes incentivos y aquì estoy haciendo mi proyecto de postgrado. Estoy sumamente agradecida con ella. 

-Lo siento, creo que fui imprudente. Me disculpo. Dice Alberto y una sonrisa salió de sus labios.

-En mi Compañìa todos deben ascender, desde el portero  hasta si es preciso yo misma. 

 La cena fue sin contratiempos y  pronto fueron al cóctel

-Es hora de irnos . Nos están esperando. Dijo Alberto

-Claro que si. Es una excelente idea. Dice Marlyn.. 

-Muy bien, entonces Srta Victoria, ¿ me permite?.Leandro le tomó de su brazo y lo pasó  por el suyo haciendo un gancho. De nuevo Leandro actuaba rápido y Victoria no podía hacer nada al respecto.

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