Victoria abre su corazon

Luego de subir al apartamento, Marlyn percibiò un cambio en su  jefe que jamàs había visto, por primera vez, la veìa sonreir y sus ojos irradiar una luz que opacaba los suyos

-Parece que fue una excelente noche. Dijo Marlyn, no quería ser directa y debía ser sutil si quería saber algo. 

-Sì, una de mis mejores noches. La mejor luego de la muerte de mi prometido y mi hijo.  Sus ojos cambiaron nuevamente. 

-Lo siento, no quise ser inoportuna. Ud ha cambiado su semblante y la verdad hoy, la hace ver màs hermosa de lo que Ud es. 

-Marlyn, he sido muy cerrada a mis emociones, he tenido una vida ocupada llena de tareas y compromisos. He tenido un pasado muy fuerte y el trabajo ha sido mi mayor regocijo como una fuente de salida. 

-Siempre me he mantenido al margen de su vida personal Srta Victoria, lo siento el querer opinar. 

-No te disculpes, eres lo más cercano que tengo para poder llamar amiga, te tengo mucho aprecio y afecto . Sé que soy una persona cerrada en mi vida personal. 

-Es un honor que pueda considerarme una amiga Victoria, yo la admiro muhisìmo. Es una mujer de talento y de decisiones. Pero hoy he visto algo novedoso de su parte y me alegra ver esa nueva aura en Ud. 

- Solo espero no equivocarme Marlyn, creo que es momento de iniciar nuevamente esta parte de mi vida. 

- Estar enamorada es muy bonito. Yo lo he estado, aunque a veces duela y debes dejarlo ir. 

-Pareces que has sufrido desamores. 

-Infinidades de veces. Todos, por mis metas. No quiero un hombre que no desee que me supere, quiero uno que me admire. 

-Mi temor es olvidar a mi prometido y mi hijo. No quiero hacerlo. 

-No lo harà Srta Victoria, ellos siempre prevaleceràn en su mente y corazòn. No tema amar, Ud està viva y merece que la amen. Marlyn se acerca a Victoria y la toma de su mano. 

-Solo espero no equivocarme. Leandro Pardo es la última persona en la quedì haber puesto mis ojos. 

¿Pero no fue él el que la hostigaba?. Bueno, parece que la ha estado persiguiendo últimamente. 

-¿Còmo lo sabes?, Dijo Victoria 

-Bueno, la verdad es que a pesar de no estar a su lado siempre busco los medios para saber si Ud se encuentra bien. 

-¿Supiste lo del acoso de un hombre en el hotel?

-¿Cómo?, no, no Victoria. Supe que Ud saliò con el Sr Leandro en su auto  y que èl habìa llegado al evento benèfico. Pero eso, jamàs. ¿No pasó a mayores? 

-Afortunadamente no porque Leandro apareció en ese momento. 

-Parece que él se ha convertido en un ángel para Ud, el ángel de la Salvación. 

-Y de mi perdiciòn tambièn Marlyn. Tambièn. Victoria calla y observa las luces de la ciudad llegando a ella vags imàgenes de su pasado y sus encuentros con Leandro.  Sentimientos alberga su ser, ¿Dònde debìa quedarse?,¿ a la luz o la oscuridad?

Marlyn calla con ella y ve como ella se pierde entre las luces y su recuerdos, no comprendiò aquellas palabras pero quiso conservar distancia hasta que Victoria se sintiera preparada para decírselo. 

Han pasado  varios días desde aquel encuentro, tanto Leandro como Victoria han tenido agendas tan ocupadas que solo pueden conversar por sus mòviles. Victoria ha tenido más trabajo del que pensò. Lo que serìa solo tres eventos terminò siendo una agenda llena de infinidades de tareas que aùn no ha logrado por concluir, tomò la decisiòn de establecer una oficina y contratar nuevo personal, esto se trataba de que  en fin de cuentas estaba abriendo su nueva sucursal y aprovechar+ia este tiempo para que la Compañìa quedarà andando antes de volver a Francia. Marlyn ha ido a recibir a su madre al aeropuerto y hospedarla en el apartamento, la siguiente semana será crucial para su tratamiento. 

-Es muy hermoso este apartamento hija, siento que estamos abusando de la confianza de tu jefe, la Srta Victoria. 

-Madre, la Srta Victoria es una gran mujer, es muy buena en todo el sentido de la palabra. 

-¿Y su familia? ¿Vive aquí?

-Madre, la Srta Victoria no tiene familia, sus padres fallecieron hace muchos años y su prometido e hijo  tambièn. Todos en fatìdicos accidentes. 

-Pobre mujer, la vida se ha ensañado con ella. 

-Si, a pesar de todo no ha dejado oscurecer su alma, por el contrario, ha sido una mujer excepcional. Su compañìa da muchos trabajos y las familias dependen de ella. 

-Oh hija, yo solo espero que tù seas una gran mujer. 

-Madre, yo solo espero que podamos combatir tu cáncer y tenerte a mi lado por muchos años más. 

-Los suficientes para ver a mis nietos. 

-Madre, ya lo hemos hablado. 

-Lo sè, pero dime, al menos ya tienes a la vista un prospecto. Aquella mujer de estatura baja y ojos grandes negros le mira picaramente. 

-Bueno, creo que sí.  Marlyn contesta con una sonrisa en su boca. 

-¿Y què tal es?. ¿Buen mozo? 

-Madre, ¿por què siempre empiezas con tus cosas.. Marlyn se sonroja y responde.- Si, es un buen mozo.

-Buenas noches. Victoria ha llegado. 

-Victoria , buenas noches, madre ven. Marlyn levanta a su madre para presentarla a Victoria lo cual ella se negò de inmediato. 

-Marlyn no la  levantes, ella debe estar cansada, ademàs està enferma. Sra, mucho gusto,  Victoria Marsella. 

-Srta, mucho gusto, mi nombre es Camila Cote. Esta le saluda con afecto y Victoria le responde. 

-Espero se concentre lo suficiente para que pueda salir de esta enfermedad. 

-Lo haré. Muchas gracias por su ayuda. 

-No, gracias a  Ud. Le debo mucho,  su hija es una excelente trabajadora.Ademàs, sé que es una excelente enfermera. 

-¿Cómo lo sabe? La Sra Camila le miraba percibiendo algo familiar. 

-Lo sè porque mi deber es conocer a mis empleados y sus familias. Todos me interesan. 

-Oh, por supuesto. Sì, fuì jefe de enfermeras por unos años, aquì en España, en un Hospital Psiquiátrico. Fueron tiempos difíciles pero reconfortantes. Aquellas personas son seres perdidos que necesitan hallar su luz. Luego, me separé de mi esposo y decidí irme con Marlyn a Francia. 

-Allì no ejerciò,¿ Verdad?

-No, mi cáncer apareció y ya no fuì ùtil para ser contratada. Marlyn tuvo que trabajar desde muy joven y mis ahorros sirvieron para sus estudios. Gracias a Ud y su apoyo a las carreras de sus empleados, ella pudo culminar y ahora está en su maestrìa. 

-Claro que si. Sea Ud bienvenida Sra Camila. Mi casa es su casa. Marlyn, dile a la Sra Clelia que la atienda por favor. 

-No es necesario. Dijo Marlyn. -Yo lo haré. 

El móvil de Victoria sonaba sin parar y ella ya no pudo evadir más. Se despidiò y fue al balcòn a contestar.

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