¿A donde me lleva?

-¿A dònde me lleva?Pregunta Victoria sin siquiera verlo.

-Debe tranquilizarse. No tema de mì, soy un caballero y no pretendo hacerle nada.

¿No hacerme nada?, me hizo de todo. Me incitò al suicidio, me toturò con mis penas y las suyas, lleguè al punto de estar en una clìnica de reposo. Pero ¿qué más puedo esperar?. Quise saber a dònde me llevarà?. Sigo en silencio y espero.

Leandro ha llegado , estaciona su auto y abre la puerta de copiloto ofreciéndole su mano a Victoria , ella le acepta saliendo de allì, al reposar sus pies en el suelo y levantarse queda maravillada de la vista , es un magnìfico mirador, la vista es excepcional, a lo lejos se ve la ciudad y el gran lienzo del cielo le ofrece una luna enorme y un infinito de estrellas.

-Es mi lugar favorito. Replica Leandro con bastante apego a lo que acaba de decir.

-¿Vienen personas aquí?

-No, es propiedad privada. Era de mi esposa y mio. A ella le encantaba este lugar y luego de perderla, no quise venderlo.

-Lo siento. Es un lugar hermoso. Lo mejor que he visto hasta ahora. Victoria sigue caminando hacia el mirador.

-Ven. Por aquí. Leandro extiende su mano y Victoria duda por un momento.

-No te pasará nada. Confía por favor.

Victoria extendiò su mano y Leandro la acercò a la gran roca que se suspendìa en la montaña, èl se sentò primero y luego la apoyò para que Victoria se lograra sentar. Victoria al hacerlo y suspender sus pies sintiò un viento càlido, respirò hondo y sintiò por primera vez tranquilidad luego de tantos años. pero esa tranquilidad se desvaneciò cuando girò su cabeza y vio a Leandro, un dejavù volviò a ella, aquella mañana, su voz diciendo que se lanzara y acabara con su vida, Victoria entrò en pànico y lo viò con terror girando su cuerpo a su lado y corriendose rápidamente sin percatarse que estaba por llegar al filo de la piedra. Leandro al ver su reacción buscó tranquilizarla pero Victoria cada vez corría más a la orilla de la piedra. Victoria estaba a punto de caer , su cuerpo se abalanzó al vacío y un fuerte grito salió de ella. Leandro corrió tan rápido como pudo, logrando alcanzar su brazo y sostenerla en el vacío.

-Victoria, càlmate. Victoria, no te muevas. No te dejaré caer. Leandro està tenso , jamàs pensò que estarìa en esa vivencia.

Victoria llora nuevamente, sus ojos muestran miedo absoluto, depende totalmente del hombre que la ha querido muerta desde siempre.

Leandro la sostiene y aplica su fuerza con esmero, cada movimiento lo hace con precisión y ahínco hasta lograr subirla a la piedra nuevamente. Su última fuerza la aplica con tanta vehemencia que Victoria cae sobre su cuerpo. Leandro está acostado en el suelo y ella sobre él, Leandro la sostiene de la cintura, juntos respiran el mismo aire, un aire entrecortado, cabellos de Victoria caen sobre el rostro de Leandro haciendo que vuelvan sus miradas a encontrarse. Leandro controla su respiraciòn y baja sus ojos a los labios carnosos de Victoria, Leandro recoge las hebras de cabello de Victoria colocándolos detràs de su oreja, Victoria enrojeciò sus mejillas sin poder moverse, el tiempo se ha detenido para ellos. Leandro con la yema de sus dedos toca los labios de Victoria suavemente llevando su rostro al suyo. Un apacible beso respondido fue el inicio. Juntos experimentaron sensaciones que creían muertas, Leandro llevò sus manos a su rostro pronunciando ese beso más largo y alentador, al soltarse Leandro viò aquel destello en los ojos de Victoria que declaraba que su beso era sincero, sonriò y ella solo girò su rostro y quiso levantarse, al hacerlo, no quiso alzar su vista a èl, ser sentìa confundida, arreglò su vestido y pidiò a Leandro que la llevara al Hotel donde ella se estaba hospedando.