Una charla con mi amigo

Leandro Pardo

Fue una noche larga, no pude dormir luego de todo lo que pasó y no esperaba. jamàs pensè besar a alguien màs, siento que he profanado la memoria de mi esposa, ha sido tanto tiempo solo que hasta la velada de anoche pude fijar mis ojos en alguien màs. Me levanto y me doy una ducha, sonrió al recordar aquellos besos pero luego me intrigó al querer saber quién es Victoria y por què ha reaccionado de la manera que lo hizo. Ya somos adultos. Es hor de irme para la oficina, hoy sabré quien es ella. 

En la oficina, Leandro ha llegado y pronto su amigo y mano derecha le saluda

-¿ Qué tal la noche?

-No te imaginas lo que me pasó. Fue una noche muy extraña. 

-Veo en tu rostro una sonrisa que no puedo descifrar. ¿Pasò algo?

-¿Quién es Victoria Marsella? Leandro toma una postura recta en su sillòn reposando sus manos sobre su mentòn.  ¿Sabes que es?

-Victoria Marsella, es una de las mujeres màs apetecidas en España, sabemos que es de este paìs, tiene treinta años, es soltera, no tiene hijos, no se sabe nada de sus padres o de que tiene familia alguna, abogada e icono en el mundo de la tecnologìa. Creò una patente que puede ofrecer telecomunicaciones a personas de bajos recursos a precios cómodos, está posicionada en tres paìses, Alemania, España y Francia, este último, es donde reside hace cerca de 8 años. 

Leandro con sus ojos y boca abierta, se encuentra sorprendido por la amplia informaciòn que su amigo Alberto tiene de él. 

-Tù ¿ Por qué sabes tanto de ella?  Leandro se levanta de la mesa y con una ceja arqueada lo cuestiona colocando a su lado. 

-Porque es la mujer màs apetecible en este momento, porque soy soltero y porque es…¿¡divina!? A cualquier hombre le encantará conquistar a esa mujer, es un diamante. y tú, ¿por què preguntas por ella?

Leandro se coloca frente a su amigo y con una sonrisa sarcàtica le bota su bomba 

-Porque anoche nos besamos. Dos veces. Leandro de manera juguetona le muestra su mano derecha haciendo índice al nùmero. -Creo que tendràs que retirarse, porque estoy delante de ti. 

Alberto sorprendido por la respuesta de su amigo suelta a reír, ya que no lo puede creer y sospecha que Leandro le está haciendo una broma. Leandro por el contrario, coloca su rostro serio ya que parece que a Alberto le ha hecho mucha gracia lo que acaba de decirle. 

-Acaso, ¿crees que eres el único que puede conseguir una mujer como ella?

Alberto detuvo su risa de inmediato abriendo sus ojos de par en par. La actitud de Leandro lo desconcertò y claro que sabìa muy bien que Leandro era muy capaz de conseguir la mujer que quisiera, solo que èl habìa guardado el luto por muchos años, jamàs se le conociò a alguien màs despuès de su esposa. 

-No quise ofenderte, solo que haz guardado el luto por Rosy muchos años. No me imagino verte con alguien Aunque reconozco que me alegrarìa s Pero cuéntame, ¿Còmo hiciste semejante hazaña? Tengo entendido que nadie se acerca a ella. 

-Ni yo mismo sè còmo pasò. Solo sucedió. Leandro se tomó su tiempo y le contó la historia a Alberto y cómo terminó la noche. 

-La verdad estoy muy sorprendido. Ella es muy limitada  para acceder, su cìrculo es mìnimo. y ¿Tù còmo te sientes?

-Desconcertado, reconozco que su mirada me cautiva y me atemoriza, tiene el mismo iris de aquella mujer. Su piel es tersa y suave, su olor se me hace familiar, su dulce jazmín me embriaga y besarla, Leandro  piensa llevando su mente a aquellos momentos, - Sus besos son adictivos, siento que quiero más de ellos. Por otra parte, siento que estoy traicionando a Rosy, su memoria y nuestros recuerdos juntos. Leandro se sienta nuevamente en su sillòn. 

-No es nada malo que sientas algo por otra mujer. Rosy lo entenderà, ella ya no està con nosotros y es hora de seguir Leandro.Tù estàs vivo, ella ya no està aquì. 

-Lo sè. Pero es difícil para mi. Tenìa una vida preparada y todo se esfumò cuando esa mujer apareció en nuestras vidas. 

-Leandro… Sé que lo que viviste no es para nada algo fácil.  Pero mìrate, hoy estàs aquì con nosotros, las personas que te queremos. 

-Aquella mujer me intriga, pero no sé qué hacer.

-Bien, me acabas de hacer una escena de celos con ella y ahora me dices que ¿no sabes qué hacer ? Bùscala, porque si no lo haces tù lo haré yo. 

Alberto sonrió a Leandro y éste le respondió  gratamente. 

-Está bien. Lo haré màs tarde. 

-Lo haràs ahora. Respondiò Alberto 

Leandro asintió y llamó a su asistente para que le conectara con el Hotel donde se hallaba Victoria. pronto su asistente le conectó con la extensión. 

-Buen dìa Hotel Hilton ¿En què le podemos colaborar?

-Por favor, con la habitaciòn de la Srta Victoria Marsella.Habla con el Sr Leandro Pardo 

-Un momento por favor. Señor  Pardo, la Srta Victoria Marsella no se encuentra hospedada en el hotel, acaba de irse. 

-¿Sabe dónde?

-Lo siento Sr Pardo. No tenemos esa información. No podemos ayudarlo. Que tenga un buen dìa. 

Leandro colgó su teléfono  con una alta decepción, Alberto se percató de lo sucedido. 

-¿No pudiste saber nada de ella?

-Se fue del Hotel, no se sabe dònde està. 

Alberto empieza a caminar por la oficina, pensativo y ansioso.

-Se puede saber ¿que te pasa? Leandro empieza a sentirse incòmodo con la ansiedad de Alberto - 

-Estoy tratando de recordar algo. De repente, Alberto tronó sus dedos y una sonrisa de satisfacción sale de su boca. 

-Acabo de recordar algo muy importante. Victoria Marsella es benefactora de una de las fundaciones nuestras. Hoy se hará la inauguración de uno de los centros educativos.

-Es en la tarde . Leandro se levanta de su sillòn con los ojos llenos de emociòn. 

-Es tu oportunidad. Debes aclarar lo que sucedió anoche. Saber què siente ella por ti. 

-Es tarde. Debo irme. 

-Hasta luego amigo. Suerte.

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