Otro día pasó, fue rápido, llegada la noche Antoine observaba la luna desde un balcón en lo alto del palacio, aquello le hacía pensar y le afloraba sus recuerdos, supo que podía continuar con aquello de la noche anterior. Se sentó en el escritorio, sacó una hoja nueva, hundió en tinta la pluma y comenzó a escribir.
«Un tiempo después su majestad me envió en una misión con muchos otros soldados, debíamos acabar con un asentamiento inglés en la zona cercana a Toulouse, era algo extraño en verdad, la zona era bosquosa, daba muy mala espina. Estuvimos buscando de día y noche por ese asentamiento pero no pudimos encontrar nada. Pasamos días buscando, luego semanas... dijo que era importante acabar con lo que allí hubiera, pero no había nada. En la noche nos sentíamos observados por la oscuridad, el siquiera mirar por fuera de nuestro improvisado campamento era... daba escalofríos, contamos historias para calmar el ambiente porque, en verdad, todos teníamos esa extraña sensación de que algo malo sucedería y, más pronto que tarde sucedió. Era otra noche más de inseguridad, nos habíamos dispuesto a dormir mientras otro grupo vigilaba. Se escuchó un chirrido proveniente de alguna parte del bosque, ese ruido fue suficiente para que todos, incluido yo, despertasen en sobresalto. Tomamos nuestras armas y nos levantamos e hicimos un círculo para no dejar aperturas. De repente, una criatura en cuatro patas, calva, de grandes ojos y... y... largas garras arrasó con todos nosotros en un abrir y cerrar de ojos, no nos mató, sino que nos dejó malheridos y se marchó corriendo, desapareciendo en la oscuridad del bosque... en ese punto me desmayé y no supe más nada hasta que desperté del frío. Estaba en una celda, y en la misma habían tres compañeros más, estábamos en un punto algo alto, había un agujero frente a nosotros que despedía luz, nos asomamos como pudimos para ver una... una fogata con gente a su alrededor, enmascarados, con tunicas negras, creo. Estaban bailando alrededor de esta, había unos círculos de sangre, había flores, carne... huesos. En la gran fogata había... había un palo que tenía un cuerpo atravesado en él, pude reconocerlo, sólo puedo seguir viendo cómo ese puntiagudo palo salía desde su boca. Bort se llamaba, tenía el sueño de sacar a su familia de Francia y vivir en paz en otro sitio... ahí estaba Bort, atravesado, aún moviéndose... creo que seguía vivo, pobre. Los tipos comenzaron a cantar, se quedaron quietos y sacaron unas espadas cortas de sus cinturones. A medida que cantaban le clavaron la punta a Bort en el torso, la sangre no demoró en salir y... puedo jurar que lo oí quejarse, como si la desgracia no era suficiente ya... en fin, cuando la sangre entró en contacto con el fuego este adquirió un tono verde... ¡verde!, se escuchó una voz ronca que hizo temblar todo el sitio, una figura se formó en el fuego y fue ascendiendo lentamente hasta llegar al techo, esa criatura... tenía su cabello como un león, dos serpientes salían de su boca y sus ojos por alguna razón eran muy intimidantes, la presión que ejerció en el lugar algo que no había sentido nunca. Por primera vez estaba sintiendo el auténtico miedo.
No duró demasiado esa manifestación, luego fueron repitiendo el proceso con todos los demás hasta llegar a mí, yo me había lastimado la mano intentando escapar, por mero azar(creo) mi mano cayó sobre el fuego mi sangre cayó en él también y este ser nuevamente se alzó, esta vez con más furia que antes... ¿o entusiasmo...? No lo sé, pero no hizo falta ritual ni nada, simplemente salió y... me miró, lo próximo que recuerdo es que se introdujo en mi cuerpo, todo se fue a negro y después una serie de cosas se empezaron a mostrar, eran muchas cosas, no pude ver ninguna salvo una piedra... una piedra roja con tonalidades negras que latía como un corazón...
Estuve así durante un rato hasta que alguien me comenzó a hablar»
Antoine suelta la pluma y se agarra la cabeza fuertemente, esta me había comenzado a doler de manera repentina, era un dolor insoportable, sentía como que iba a explotar, se ahogó cualquier grito posible para evitar despertar a Elodie. Este dolor duró un rato hasta que volvió a la normalidad.
—¿En qué iba...? —leyó lo último que escribió, sintiéndose algo extraño por lo último que escribió— "algo me comenzó a hablar y me dijo: Ahora tú me sirves a mí" sí, lo recuerdo... —agarró la pluma y continúo con su escritura.
«(...) me lo dijo con su voz rasposa, el terror me invadió, su voz era todo lo contrario a una que te genera calma, la de él te atravesaba el alma y te llenaba de miedo, lo siguiente que recuerdo es que estaba afuera denuevo, no sé cómo. Pero estaba bien, sin heridas... otro grupo de soldados llegó eventualmente y me llevó devuelta a París, nadie me creyó, les dije que algo nos atacó y que fuimos raptados, que habían cuerpos aún en algún sitio. Me dijeron que ya habían peinado la zona, que no había nada ni nadie en mucha distancia... luego caí dormido en el carro, soñé con él, esa cosa me hablaba y también otro individuo, alguien parecido a mi pero más viejo "Es tu deber buscar la piedra, y yo te ayudaré con ello" me dijo ese anciano antes de desparecer en ese fondo blanco. Todo fue confuso durante días, me seguía hablando cuando yo dormía, me explicó que era uno de los elegidos, llenó mi mente de ambición, de sueños. Era un yo diferente, quería... quería poder... es como si ese yo que suprimí estaba saliendo y lentamente tomaba control sobre mí. Cuando llegué a Francia me sentía bien aún. Como antes, nadie creyó en mi historia y los dedos nuevamente me apuntaron a mí, era el único sobreviviente y a pesar de que había cambiado en los últimos meses, mis fantasmas del pasado aparecieron para atacar y lograron la victoria. Mi credibilidad estaba por el piso... sin embargo, aún habían algunos que me creían... Elodie, ella no dudó de mi historia, claro no le dije nada de ese ser... ¿debería hacerlo...?»
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