El desastre de Normandía: Capítulo 5, cuando todo cae...

—Kgh... me duele la cabeza... —suavemente se sobó la cabeza donde le dolía, tenía un chichón en el sitio donde había sido golpeada— asquerosos de mierda... —lentamente abrió sus ojos encontrándose rodeada de gente, dada la sorpresa se levantó rápidamente y durante unos segundos estuvieron mirando a Nicolette, está luego miró a su alrededor, se dió cuenta que estaba en la misma celda que habían visto en la playa pero ahora estaba dentro de la cueva, había muy poca luz pero era capaz de distinguir a algunas personas dentro de la celda, no habían demasiados pero estaban bastante delgados, los huesos en sus rostros resaltaban bastante y los harapos que traían les quedaban bastante grandes.

—Ustedes... ¿quiénes son?

Un hombre de por lo menos 30 años que estaba al frente de la gente respondió con una voz bastante apagada, desganada— somos franceses... prisioneros hace mucho tiempo...

—¿Qué se hace en esta cueva...?

—Excavar, ser golpeado, seguir excavando y después, a la jaula otra vez. Bebemos el agua que cae por la piedra y de comida... ya no sabemos qué es.

—Asquerosos ingleses... pero no escucho ruido alguno aquí dentro salvo nosotros.

—Es porque es de noche... de día se hacen todos los trabajos. ¿Cuál es tu nombre?

—Nicolette... ¿el tuyo es...?

—Edmond, esa mujer de allí se llama Adriene, la de allá Estelle, este hombre aquí a mi lado se llama Didier y... ya seríamos todos.

—¿Cuatro...? pero si cuando vinimos hace un día habían muchos más...

—¿Sabías que estábamos aquí?

—Sí, un comp... eh... conocido y yo estábamos observando el lugar y los vimos... ¿qué pasó con los demás?

—Poco antes de que llegaras un soldado se los llevó a afuera, lo que pasa es que estaban planeando algo en contra de los ingleses y alguien los delató, se los llevaron a afuera y no han vuelto, seguramente murieron.

—¿Por qué están aquí, qué hicieron?

—Hablamos con el mismísimo diablo... una mujer nos dió dinero a cambio de que dijéramos que habíamos hablado con un hombre de baja estatura, que vestía con túnica y que se ocultaba en el "agujero de la playa", esto nos trajo a aquí...

—(¿Alguien pagó para mentir...? ¿Será que...?)

—¿Y tú, también recibiste dinero del diablo?

—No, yo golpeé a un imbécil y su grupo de lacayos, es un inglés, de cabello color zanahoria.

—Ah, algunos acá le llaman "commander Jones", commander me suena a comandante, quizá sea eso.

De repente, dentro de la cueva se escuchó un estruendo, había un soldado cerca de la celda con un arma de fuego que había disparado hacia arriba.

—¡¡Comienzan los trabajos, asquerosos!!

En la superficie...

Vincent se encontraba en la entrada de aquello que Katrina le había nombrado, era una puerta trasera en la iglesia que estaba en el suelo, había que bajar una larga escalera para llegar a un pasillo de piedra iluminado con antorchas, al final de este había otra puerta y una persona con el rostro tapado por una máscara es que no supo reconocer de qué era, pero era similar a la "tragedia griega".

—Di tu nombre y motivo... —su voz por alguna razón hacía eco, sumado a su tono excesivamente grave, le daba un toque aterrador

—Vengo de parte de... Katrina...

—Luchador... pasa, tu contrincante está a la espera.

Usando una manivela abrió la gran puerta que había, este era un pasillo oscuro que se iluminaban al final, caminó por este para luego al salir, encontrarse con un coliseo enorme de tres pisos en los que habían algunas personas gritando eufóricamente y por sobre ellos habían otros, de ellos pudo reconocer algunos mercaderes y, por supuesto, vió a Katrina sentada junto a un inglés, distinguido por su casaca roja. Él se encontraba dentro de un círculo,había sangre y restos de otros. Frente a él había un hombre que se tambaleaba de un lado a otro, parecía estar ebrio.

—¡¡¡Señores, señoras y escoria francesa, ya está por comenzar el combate, tienen un minuto para hacer las apuestas!!! —aquel hombre era nada más y nada menos que el casaca roja, parecía ser quien dominaba el sitio.

Un hombre fue pasando con una fuente recolectando todo el dinero y objetos que se apostasen.

—¡¡¡Se acabó el tiempo, que comience el combate!!! —.

Vincent se acercó a su contrincante con ambas manos frente a él, esperaba algún tipo de movimiento del otro, pero aquel hombre estaba tan ido, ni siquiera vestía como un soldado.

—Eh, tú, ¿cuál es tu nombre?

—Ed... mond...

—¿Eres francés?

—Sí... Y qué, estúpido inglés, ¿quieres un poco de mi eh? —a duras penas podía mantener la vista al frente, incitaba a Vincent a que fuese por él, ante la nula respuesta de Vincent corrió hacia el con una mano arriba dispuesta a dejarla caer para golpearlo, Vincent le esquivó y le conectó un derechazo limpio y preciso en el punto de inflexión de la mandíbula, sacándolo de combate al instante.

El tipo cayó como peso muerto al instante, el público gritaba pero no a modo de celebración, sino que estaban bastante enojados puesto que habían apostado sus fichas al otro hombre.

Katrina veía con bastante felicidad al chico mientras bebía una copa de vino con el inglés.

—¿No lo ve, general? el chico va a dar espectáculo, yo que usted apostaría por el, ¿más vino?

Una gran puerta se abrió frente a él, ahora salía un inglés, destacado por su casa roja.

Se siguió la estructura del combate anterior, se abrió el tiempo para que se hiciese la colecta de las apuestas y se dió comienzo al combate.

—This french bitch... ¡voy a aplastarte asquerosa sabandija! —

Vincent respondió a la provocación y fue corriendo hacia su contrincante así como él hacia Vincent, el soldado lanzó un golpe directo con su derecha, Vincent, en carrera, se agachó y le conectó un uppercut en el mentón. El inglés sintió como si toda su cabeza hubiese sufrido un remezón, el golpe fue tal que llegó a levantarlo con él. Cuando calló no pudo levantarse más, su cabeza daba vueltas y el dolor era inmenso, fue sacado de la arena inmediatamente proclamando a Vincent como ganador.

Esta vez el público estaba divido, algunos abuchearon al chico mientras otros le felicitaban.

Katrina y el general compartían aún la copa de vino. Ella aprovechaba de botarlo cuando el general estuviese distraído, así se mantenía cuerda.

—Entonces... ¿qué hacemos en la playa, eh?

—Ja, tendrás que hacer algo mejor que eso, zorra. Sé lo que intentas

—¿Intentar qué? Simplemente preguntaba algo... ¿es que ha olvidado que me invitó a un paseo por la playa?

—¿Yo qué? —el sujeto miró hacia la arena, viendo que había entrado otro contendiente.

Por alguna razón seguían saliendo soldados ingleses que eran despachado rápidamente por Vincent, fue así por a lo menos durante seis combates, hasta que en el séptimo salió una cara parecida para él. El mismo que lo había "saludado" para su llegada a Lisieux.

—Mira nada más lo que tenemos aquí... ¡te estaba buscando!, solo quería decirte que capturamos a tu mujer, sí... debo decirte que es una excelente acompañante en la cama, es más, ahora mismo me espera —

Katrina que ahora sí bebía de la copa de vino escupió todo lo que tenía en su boca al oír lo que había dicho el inglés.

—La tuve gimiendo mi nombre, fue maravilloso, seguramente te llevaré para que me veas, verás su rostro lleno de pla-

—Eres muy cobarde para hacer eso, ¿qué te pasó en la nariz?(maldición, este desgraciado... ¿realmente la habrá capturado...?)

Vincent se paró firmemente, tenía sus manos más apegadas y su cabeza estaba más inclinada hacia adelante. Esperaba que Jones hiciese el primer movimiento, le llamaba la atención que estuviese vestido con una armadura con espinas.

Jones caminó en círculos alrededor de Vincent antes de lanzarse a atacar con su puño, lanzó un golpe directo logrando impactar en el rostro de Vincent pero este ni se inmutó, le regresó el golpe pero en el codo, doblando el brazo de Jones, este se echó para atrás viéndose el brazo y gritando al mismo tiempo.

—¿Te dolió, eh? —el muchacho no perdió tiempo y se acercó corriendo a él y con su mano abierta lo agarró de la mandíbula, lo levantó y lo impactó en el suelo. Lo único que se pudo oír fue la armadura quebrándose, incluso el público mantenía silencio al ver el espectáculo.

Bajo ese mismo movimiento, lo lanzó contra una de las paredes del círculo.

Jones solo se quedó sentado, en realidad le costaba mucho levantarse. Vincent se acercó a él y se agachó a su lado, quedando a la misma altura.

—Me vas a decir... ¿qué hiciste con "mi esposa"?

Jones solo atinó a reír— ya te dije, se la pasó en grande conmigo. Seguro en su vientre ahora cargará con un hijo mío —

—Yo hablaba en serio, Jones —. Se levantó, agarró del cabello a Jones y estrelló su cara con su rodilla, provocando la rotura de su nariz— dime Jones, ¿hablaras ahora?

Aún estando en el piso el infeliz se dignaba a reírse, incluso negaba con la cabeza.

—Tch... bien entonces —agarró del cuello y de la espalda a Jones, lo levantó por los aires y lo dejó caer sobre su pierna.

¡Crack!

Fue lo último que se escuchó antes de, otra vez, el estruendo que hace el metal al caer. Jones ya directamente no se podía mover, su expresión solo era de dolor, un rostro difícil de olvidar.

Vincent miró hacia arriba, su mirada se cruzó con la de del general inglés. Seguramente fue provocado por la ebriedad, pero la mirada de Vincent llegó a intimidarle se fue levantando de a poco mientras sus labios temblaban.

—¡¡¡D-detengan a ese estúpido!!!

—Vamos general, gané la apuesta. Tendrá que decirme, ¿no? —toma la mano del hombre—

—¡S-suelteme, detengan a esta zorra también!

El hombre se fue del lugar rápidamente y con cierto nerviosismo. Lo cierto es que ya había hablado sin siquiera darse cuenta.

—¡¡Oye, está escapando!!

Vincent miró un pilar que conectaba tanto con el segundo como con el tercer piso y sin pensarlo corrió hacia él e intentó escalarlo, era bastante liso así que no llegó demasiado lejos.

—Kgh... ¡¡¡Mierdaaa!!!

Su única opción fue volver por donde había entrado, siguió el tunel y subió a toda velocidad, el hombre que antes le había abierto la puerta intentó mantenerla cerrada, pero Vincent no estaba dispuesto a quedarse ahí, empujó una y otra vez con su brazo hasta que pudo abrirla, salió disparado hacia la salida para ver si podía alcanzar al hombre.

El tiempo había cambiado drásticamente, la lluvia caía torrencialmente, era algo difícil escuchar algún tipo de pasos con el ruido del agua impactando el suelo, si bien estaba oscuro, uno que otro relámpago hacía acto de presencia para iluminar durante unos segundos el lugar. A lo lejos pudo ver a alguien corriendo, supuso que era su objetivo. No le tomó demasiado tiempo alcanzarle puesto que el físico con el que el hombre contaba no era el mejor.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca se abalanzó por el atrapandolo con éxito, lo volteó para verle la cara y puso una rodilla sobre su pecho.

—Querías escapar eh... ¿qué mierda escondes, eh?

No se hizo esperar y le golpeó en la mejilla.

—¡¡HABLA!!

—¡Aparta las manos del general Charlie!

Desde atrás había un grupo de soldados que apuntaban a Vincent con armas de fuego, tenían a Katrina consigo, capturada, también le apuntaban.

—¡Aparta las manos del general sucio de mierda, última vez que lo repito!

—Je, je... ¿qué vas a hacer? Déjame ir y yo dejaré libre a la chica, ¿Qué te parece? tic tac, tic tac... —comentaba el general con cierto aire de victoria.

Vincent miró a Katrina por momentos, se notaba que lo último que quería ella era morir, en cambio, al ver al general solo le mostraba la sonrisa icónica de un ser asqueroso.

una decisión, una vida... ¿qué va a elegir?

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