Cita Parte-2

Mis manos sudan a mares, y literalmente tengo miedo. Pero ir sujeta fuertemente de su mano, dándome una que otra mirada y sonrisa coqueta; me tranquiliza muchísimo. Llevamos una hora andando en el taxi, sin saber exactamente dónde este delicioso bizcocho vaya a llevarme.

— Me mataste, Gabi — Susurra en mi oído, posando su mano en mi pierna escabullendola por debajo del vestido—. Ahora, sólo deseo arrancarte la ropa, para llevarte...

— Adrián... — Lo interrumpo girando el rostro para verlo, en sus labios solo hay una sonrisa divertida—. Deseo lo mismo. Pero no es lugar ni momento, además no estamos solos...

Le da una mirada rápida al conductor del taxi, quien esta concentrado en el camino. Mira

nuevamente hacia mi, su mano empieza a subir por mi muslo hasta quedar por encima de mis bragas. Tomó aire y lo suelto lentamente, sentir sus toques me vuelve loca.

— Estas muy caliente, por eso no trajiste chaqueta — Susurró, movió los dedos ligeramente de arriba hacia abajo, enviando corrientes por todo mi sistema. La sangre en mis venas empezó a correr con velocidad; por la adrenalina—. Falta poco por llegar, preciosa.

Dejó un beso en mi hombro desnudo, cerré los ojos y disfrute de sus caricias, sus dedos seguían aún moviéndosen lentamente, haciéndome agonizar.

— Estas muy húmeda — Repitió con sus labios pegados en mi oreja, ¡Moriré si este hombre sigue de esta manera!.

— Ya llegamos señor — Informó el taxista, Adrián sacó.sus dedos y se despegó de mi. Dejándome con ganas de sus toques y su cercanía.

El auto se detuvo en el muelle de la armada en el Streeterville. Jamás había venido a este lugar. Baje impactada por lo hermoso que es; rodeado por el lago Michigan. La enorme noria iluminada por varios colores, la cantidad de atracciones que hay, restaurantes, bares...

— ¿Te gusta? — Preguntó abrazandome por la espalda, rodeando mi cuerpo con.sus fuertes brazos, un frío me atravesó. Soltando un suspiro me recoste en su pecho.

— Es precioso, Adrián. Muchas gracias por traerme — Dije con los ojos fijos en la enorme rueda. Por supuesto que me subiré ahí, cueste lo que cueste.

Me giró en sus brazos y sin darme tiempo, beso mis labios. Fue una explosión llena.de emociones. Me.sentí la mujer más amada en el mundo. Abrazados fuertemente uno del otro, nuestro beso fue suave, guardando un lindo recuerdo. No me importa si no llegase a suceder nada. Pero este sería uno de los mejores días que he tenido.

— ¿Estás lista?— Inquirió con una sonrisa al despegarse de mi. Asentí con la cabeza, me tomó de la mano y nos adentramos en el lugar abarrotado de gente—. Ya vuelvo.

— Pero... — Y se fue, dejándome sentada en una mesa fuera de un café, me quedé viendo su espalda ancha, y no pude evitar ver como otras mujeres lo veían. Adrián; es muy guapo, de piel morena, con unos ojazos matadores, ahora que hay de esa sonrisa. Su físico es bueno, quizá porque estuvo en el ejército, sus hombros, pecho y hombros son grandes. De pronto sentí que no encajaba con él. Pero quiero hacerme a la idea que esto irá por buen camino.

Es la primera ilusión, y mis inseguridades abarcan mi mente cada instante. Con el miedo constante de que sólo es algo pasajero. Con una sonrisa en sus labios y sin dejar de mirarme, Adrián apareció frente mío.

— Disculpa, estaba haciendo algo. Ahora si, vamos — Me ayudó a levantar, sonreí dejando todos esos pensamientos a un lado.

Esta noche, pienso dejarme llevar por el bizcocho. Sin tapujos y sin prejuicios.

Me hizo caminar con él, hasta llegar a una fila, para subir en la noria. Luego de más de media hora donde hablamos del lugar hermoso que es. Según él; dijo que era la primera vez que lo visitaba. Al igual que el estar en la ciudad, nunca antes había estado en Chicago. Al llegar a la cabeza de la fila. Adrián entregó los boletos, nos.subimos en la cabina. Y luego de un par de minutos la noria empezó a moverse.

Vi fascinada los rascacielos y el lago Michigan, como cada luz ilumina la ciudad, luciendo esta preciosa, Adrián me tomó de la barbilla y me hizo mirarlo a los ojos. Esos marrones matadores, brillaban con mucha itensidad.

— Gabi, se que esto que tenemos se dio muy rápido, y no me arrepiento. Quiero darme una oportunidad contigo, déjame entrar en tu corazón, déjame ser el.hombre que cada día este a tu lado. En tus días buenos y malos, compartiendo todo.

Te tengo en mi cabeza constantemente, y no puedo sacarte de ella.

¿Quieres ser mi novia?.

Me quedé en silencio, mareada por la noria que iba girando y con sus palabras, no despegue mi mirada de sus ojos, en ellos veía sinceridad, incluso miedo e impaciencia al transcurrir los segundos sin un respuesta, pero no podía quedarme con esta intriga.

— Adrián, realmente quieres una relación conmigo. Digo, hay mujeres..

Puso en dedo en mis labios.

— Me Gustas como eres, no necesito otra mujer que no seas tú. Y si quieres que lo demuestre. Así lo haré, Gabriela. Eres la mujer más bella que he conocido y que han visto mis ojos.

Me fijé en las vistas por un momento, una hermosa noche, en un lugar maravilloso. Junto con la persona que hace desestabilizar mi corazón. Y ciegamente confiando en cada una de sus palabras.

— Que orgullo ser la novia, de un bizcocho sabroso como tu. Papasito — Dije con una sonrisa, lo oí soltar el aire para luego agarrar mi nuca para besarme, en un beso más apasionado y ardiente. Dejándome sin aire. Me sentí como en aquellas películas cliché favoritas de Vivi. Tendiendo un beso de ensueño.

Al bajar de la noria, nos tomamos una foto, él abrazandome por atrás con su barbilla en mi hombro, y realmente salimos perfectos. Con un sonrisa sincera y feliz en nuestros labios.

Despues de eso, fuimos a comer pizza en uno de los tantos puestos de comida que hay.

Subimos en cuanta atracción vimos, parecíamos dos niños jugando en su parque de atracciones favotito.

Terminamos en un bar, bebiendo vodka y hablando de todo un poco. Ya perdí la cuenta de cuanto bebí, pero ya me estoy empezando a sentir un poco mareada. Adrián se pegó a mi oreja haciéndome cosquillas.

— La noche no termina aquí, mi amor — Profundamente suspire, el fuego en mi interior creció cuando dejó un beso húmedo en mi cuello.

— Nada como cerrar la noche como se debe — Susurre en su oído, se separó riendo. Bebió su trago de golpe. Me tomo del brazo jalandome fuera del bar, salimos del muelle para luego agarrar un taxi, el cual nos llevaría al apartamento; eso creía yo. Pero, oh sorpresa cuando llegamos a un hotel.

Más populares

Comments

Luz Daira Rodrigez

Luz Daira Rodrigez

si para cada quien hay su pareja 😃 hay hombres que le gustan flacas y otros gorditas como yo

2024-05-10

1

Marta Bedetti

Marta Bedetti

hotel nenu ohh

2024-05-11

0

Rut Cortes

Rut Cortes

Awwww que hermoso!!! Gaby dile que si

2024-05-05

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play