Cobarde

Gabriela

¿Mis nervios serán muy evidentes?, ¡Jamás me habían besado de esa manera!, en realidad, ese fue mi segundo beso. Si, que decepción hermano, antes nadie me había visto como él lo hace. Y tenerlo tan de cerca me está afectando considerablemente. No he puesto atención a la película, lo único que puedo hacer es aspirar disimuladamente su olor.

Me muerdo el labio inferior; al recordar el beso que me dio en la carretera, como su gran mano me quemo cuando tocó mi cuerpo. Aún teniendo la ropa puesta, y todas esas espadas que lanza me avergüenzan a más no poder.

Mi atractivo más significativo son mis ojos grises, el resto de mi anatomía está echa por un Dios inteligente, que sabe que no todos los seres humanos deben ser perfectos, o poseer una gran belleza.

Lo acepto, desde pequeña he sido algo gordita, cuando mis padres fallecieron la depresión fue grande y me aisle de todo el mundo. De la única manera que encontré un poco de alivio; fue con la comida.

Exageradamente como bastante. Pero cuando me entra el nerviosismo, el dolor, la tristeza, la frustración, todas mis inseguridades. Como hasta saciar y sacar toda esa negatividad que me gobierna. Me ayuda a poner en calma mi mente, y mi corazón.

Mis padres adoptivos me han amado desde el primer día que los conocí, y le doy gracias a la vida por haberme mandado dos ángeles hermosos. Su apoyo ha sido incondicional, en cada una de mis decisiones.

Las burlas a mi cuerpo me afectaron en mi niñez y adolescencia, después de varias terapias, donde las hermanas del orfanato me ayudaban para que no siguiera comiendo en gran proporción. Porqué según ellas la gula era un pecado muy grande, y que sólo debía comer lo necesario porque el resto también tenía que disfrutar de la comida. Pero yo no podía parar, me esacabullia como fuera en la cocina a comer cualquier cosa que hubiera en la nevera, era la ansiedad la que me hacia hacer esas cosas, con el pasar de los años he podido menguar aquella ansiedad. Pero no del todo. Estos últimos meses sin trabajo he subido algo de peso y es por la desesperación de no encontrar trabajo pronto.

Al punto, a mis escasos veinticinco años, sólo he besado a un hombre, y fue en una fiesta. Donde todo estaba a oscuras, y menos mal el tipo no me vio, o si no había salido corriendo. Queriendo tirarse a un precipicio.

Adrián, no me atrevo a cuestionar lo que piensa, pero... ¿Será que le gustó, como dice?, bueno, eso es lo que me ha dado a entender, ya en mi cabeza, se formó una gran película donde nosotros somos los protagonistas, justo como en los romances ridículos que Vivi me obliga a ver con ella.

Lo veo de reojo, está de brazos cruzados con la mirada fija en la pantalla, parece estar muy concentrado en la película, sólo puedo ver sus deliciosos labios, sus anchos hombros y su pecho que parece ser duro... y luego desvía la mirada a mi. ¡Me pilló!, sonríe con picardía y mi cara debe estar como un tomate de roja.

Me levantó del sillón con la temperatura sobrepasando los cuarenta grados. Me dirijo a la cocina, sirvo un vaso de agua y en un segundo ya está en mi estómago, pero sin surgir ningún efecto contrario.

Debe ser gripe, lo que me quiere dar...

¡Ja!, lo que tienes es una calentura, que sólo se te bajara con ese bizcocho delicioso.

En definitiva el subconsciente es traicionero.

Suelto todo el aire y vuelvo al sillón, Gabi la película es interesante. Enfoca toda tu atención en ella, no en el delicioso bizcochote que tienes a tu lado.

— Gabi... — Susurra tan jodidamente sensual, giró mi rostro en cámara lenta. Por su tono de voz tan bajo y suave. Sus ojos marrones están fijos en los mios

—¿Si? — Mi voz salió casi apagada, sonríe y se va acercando peligrosamente a mi. Me quedo quieta, necesito saber que tanto un hombre como él, puede desear a una mujer como yo.

Coloca una mano en mi mejilla y solo con ese toque volví arder, sus labios se acercan de a poco a los míos hasta juntarlos, me dejo llevar por su exigente ritmo, abre su enorme boca dejando la mía pérdida en ella. Mi corazón late con fuerza, a punto de sucumbir. Posa su otra mano en mi cuello atrayéndome más hacia si profundizando el beso, su lengua se adueña de la mía. Alargandolo y robando todo el aire de mis pulmones.

Los segundos se me convirtieron en horas, con ese apasionado beso. Se separó un poco reposando su frente en la mía. Respiro pesadamente y empezó a descender por mi barbilla, ¿En qué momento mi espalda tocó el sillón?. ¡No tengo la menor idea!, su mano la cual antes estaba en mi cuello; fue bajando lentamente por mi seno derecho donde la descanso y masajeo un poco lentamente. Su recorrido de besos paro en mi cuello y dejó una leve mordida, la cual me estremeció hasta el alma. Apretó fuerte mi pecho, sólo pude cerrar los ojos con fuerza, morí lentamente en esa agonía tan deliciosa que sentí.

— Son tan grandes que mi mano no las alcanza a coger completamente — Murmuró, su aliento chocó en mi piel directamente, su respirar era agitado al igual que el mío.

Pase saliva, ¡Necesito urgentemente una jarra de agua, pa la sed!, siguió bajando la mano quemando por donde la pasaba, hasta que la detuvo en mi parte más íntima, que ardía como un caldero desde hace rato. Estímulo por encima de la tela dando círculos, cada vez la humedad aumentaba, mientras sus besos seguían por mis pechos. Se incorporó y me miró a los ojos, los suyos ferozmente me desnudaron.

— ¿Quieres saber como te mataría, Gabi? — Inquirió en voz ronca, me muerdo los labios indecisa si sí, o no. Lo que no me deja pensar claramente son sus dedos que posicionados en mi vagina siguen con los movimientos rápidos.

¡Va a pasar, dejaras de ser virgen!. Maldito subconsciente de mierda.

Pero... ¿Qué pensaría si se entera que soy virgen?, me daría más vergüenza, no conozco nada sobre el sexo. A excepción de lo que veo en los vídeos porno.

— Detente — Quita su mano de inmediato y se levanta de encima mío confundido —. Ten buena noche, descansa y por favor apaga la tele. Mañana debo madrugar.

Y me fui a mi habitación corriendo como una estúpida cobarde; eso es lo que soy. Tenía en mis manos al bizcocho sabroso, y ahora quedé más caliente que el sol en pleno verano.

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Comments

Sandra

Sandra

ay mamita comete ese bizcocho y mañana dios dira

2024-05-03

2

Marta Bedetti

Marta Bedetti

qué sonsa

2024-05-10

0

Zuliner Chacon

Zuliner Chacon

La mato yo la mato

2024-05-08

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