Adrián

Después de acabar mi servicio en Pakistán, regrese a Manhattan, mis padres seguían con la idea que debía hacerme cargo de la empresa, pero yo no quería seguir esa misma vida. En realidad, quería montar mi propio taller de mecánica, ellos no estaban de acuerdo con esa idea, así que por eso decidí hablar con mi hermana menor; Viviana. Para que me dejara quedar en su apartamento en Chicago, hace dos años que vivía allí con una amiga que conoció en la empresa donde trabaja. Tampoco me dijo mucho de ella, sólo menciono que vivía con alguien, pero que no había problema con que me quedará con ellas.

Llegué temprano a la ciudad, y decidí esperar en la puerta del apartamento a mi hermana, la cual me había dicho que no tardaría en llegar. Visualice una hermosa chica de reojo, se quedó ahí de pie, mirándome con el ceño fruncido. Al girar mi cuerpo, pude ver realmente su belleza; sus cabellos castaños en un moño rebelde, con algunos mechones cayendo en su cara, de ojos grises muy expresivos, los cuales detallaron con exactitud todo mi cuerpo, no fue para nada disimulada. Sus labios rosados y carnosos, jadeaban al hablar, eso me estaba haciendo imaginar cosas. Lo que realmente me llamo su atención, era su cuerpo. Ceñido a sus curvas preciosas llevaba un vestido negro, que llegaba a medio muslo, sus medias veladas no soportarían tanto, al igual que yo.

Parecía cansada, lo supuse porque no tenía los tacones puestos. Me tuve que contener en el preciso momento que se agachó a recogerlos del suelo. Donde los había tirado.

Su grande y delicioso trasero quedo a mi vista, dejando mi erección palpitando por estar dentro de ella. En toda la noche, sólo pude pensar en su cuerpo, en cada parte que desearía tocar. En como hacerla perder la razón con un simple toque o roce. En acariciar sus labios los cuales muerde con fuerza, pero se ve jodidamente bien cuando lo hace.

Sin duda alguna mi detonante, fue al ver su cuerpo desnudo, empapado y enjabonado. Sus grandes pechos me provocaron, queriendo mamar de ellos. Sus pezones rosados y duros, me hicieron estremecer. La curvatura en la cintura y sus caderas me encendieron a más no poder. Sus sabrosas piernotas me incitaban a ser tocadas. No pude gesticular más nada que un simple lo siento, no quería que notará mi prominente erección, no pude evitar tocarme pensando en cada parte de su hermoso cuerpo. ¿Soy un degenerado?, en todo el tiempo que estuve en la milicia, no tuve contacto con alguna mujer. Había tenido una novia antes de entrar a las filas del ejército. Pero, simplemente esa relación no funcionó.

— A donde vas Adrián, vamos a ir en autobús — Dice Gabriela, al ver que agarré hacia el estacionamiento del edificio.

— No preciosa, iremos en mi moto — Abre los ojos y niega de inmediato.

— No me voy subir en eso, prefiero irme caminando — Susurra caminando a mi lado. La veo de reojo, su estatura me da ternura, me llega hasta los hombros y alza la cabeza para mirarme, con esos preciosos ojos grises.

— Como crees. Te vas a cansar...

— Acaso no me has visto, seguro pincho las llantas, no más de subir una pierna — Me detengo en seco, la agarró del brazo y la giró para que me vea a los ojos.

— Te vi perfectamente está mañana — Desvío la mirada avergonzada y sonreí—. Y créeme que sería un honor ver esas piernotas en mi moto.

Soltó una carcajada estruendosa, pero nerviosa a la vez.

— Creo que tus ojos están mal, y claramente necesitas gafas. Y no esas de sol que llevas.

—Tengo una vista de águila y veo más allá de lo que imaginas —Vuelve a mirame. De nuevo se muerde el labio inferior, cierro los ojos y carraspeo. Ella no se imagina todo lo que desata cuando hace eso—. ¿A que le temes?.

Toma aire por unos segundos, y niega con una sonrisa nerviosa.

— Mejor...

— ¡Gabriela!, vas a presentar al nuevo vecino — Llegó una chica rubia, delgada, coqueteando y mordiendo sus labios.

— A pero mira nada más, ahora soy Gabriela. — Contestó ella con sarcasmo. La rubia rodó los ojos y volvió a sonreír.

— Vamos Gabi, no seas miedosa, prometo que no haré nada que no quieras — Insistí ignorando a la chica.

— Está bien — Murmuró.

— Permiso — Agarre a Gabriela de la mano y está se sorprendio un poco. Pero la arrastre hacía el estacionamiento. Al llegar donde deje mi moto parqueada, se quedó sorprendida. Mi bebé es una; Harley-Davidson Sportster Iron 883, de dos cilindros V-Twin, de 883 cc y refrigerado por aire. Color negra, del año 2019. La compre hace unos meses atrás, en un permiso de una semana, cuando estuve en casa.

— ¡WOW! —Exclamó. Sonreí, agarré el casco y se lo ayude a poner. Seguidamente hice la misma acción con el mío—. No creo que soportes mi peso.

— Literal, tengo más masa corporal que tú, y no va a pasar nada — Me subí, ella titubeo un poco, suspiro y levantó su pierna sentándose tras mío—. Sujetate fuerte.

Encendí el motor, rodeó con sus brazos mi cintura, aferrandose fuerte cuando arranqué. Quería ir a más velocidad, pero cada que pasábamos en medio los autos, se aferraba con mayor fuerza, sonreí y luego de varios minutos me habló.

— ¿Porqué estamos yendo hacia el lago? Levantó la voz un poco, negué y no le contesté—. ¡Adrián donde carajo me llevas!

Volvió a gritar, frustrada y nerviosa. Baje la velocidad, frenando la moto a un costado de la carretera. Gire un poco mi cuerpo.

— Quiero enseñarte un lugar, que me gustó cuando venía para acá — Contesté y resopló.

— No hagas eso, me pones nerviosa Adrián — Se sincero. Sonreí levemente.

— ¿Hacer qué ?— Dije divertido, hizo silencio por unos segundos.

— No te conozco, que tal y quieras asesinarme y luego dejar mi cuerpo por ahí a la deriva — Solté un carcajada, baje de la moto y me quite el casco.

— ¿Eso crees de mi?. Te preocupa lo que llegue hacerte — Inquirí, se quitó el casco y sonrió avergonzada.

— Nunca se sabe quién es quien realmente — Se encogió de hombros.

—Tienes razón, y si fueras tu la asesina. ¿Cómo sería mi muerte? — Pregunte con diversión, enarcó una ceja y sonrió con malicía.

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Comments

Marta Bedetti

Marta Bedetti

acariciando y haciendo él amor...

2024-05-10

0

Zuliner Chacon

Zuliner Chacon

Ay santo........

2024-05-08

0

Ale Gurrea

Ale Gurrea

Uff, esté muñeco ya hizo volar mi imaginación y 🤯.

2024-03-20

5

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