Primera Vez

Sus ojos están fijos en los mios, sin apartar la mirada empieza a subirse en la cama. Su erección apunta para arriba, firme e hinchado.

— No sé que tienes Gabi, pero nunca había deseado tanto a una mujer — Susurra abriendo mis piernas para colarse entre ellas. Su miembro roza mis muslos y tiemblo al sentirlo. Se apoya en un codo en la cama y con su mano libre empieza a tocar mis senos por encima del brasier—. Estas son mi perdición.

Baja su rostro y remueve un poco la tela hacia abajo dejando un pecho libre, en el momento que su lengua traza mi pezón en círculos; morí, ahí en ese instante. Con los dientes mordisqueo levemente y las corrientes se volvieron más intensas, el cosquilleo delicioso en mi parte baja aumento a gran escala.

—¡Hay, bizcocho sabroso!— Exclame, su risa retumbo en mi pecho, y me maldije mentalmente porque descubrió su apodo.

— Bizcocho sabroso, ¿Eh? — Inquirió burlón, con su boca despegada un poco de mi pecho—. Nada mal, preciosa.

Su ronca voz hizo estragos en mi parte sagrada, jamás tocada por el hombre. Subió sus besos por mi pecho, luego por mi cuello donde mordió suave. Hasta que llegó a mi boca y la beso muy hambriento, sus labios se movieron exigiendo más de lo que soy capaz de dar.

— Adrián... — Reuní fuerzas para hablar, entre sus besos demandantes.

— Hummm... —Su lengua se adueñó de la mía, haciéndome gemir en su boca.

— Tengo.. que... Humm... soy... — Otra vez, profundizó el beso, llevando su mano a mi humedad, sus dedos se perdieron por debajo de mis bragas, bajando lentamente hasta que llegaron a mi clítoris donde empezó sus febriles movimientos en círculos, esto es peor que estar sucumbiendo en las llamas del infierno—. Virgen...

Por fin me salió en un murmuró, echó la cabeza hacia atrás, sin dejar de mover los dedos. Sus ojos brillaron con mayor intensidad sonriendo de lado.

— Bueno, preciosa. Tu primera vez será inolvidable — Beso mis labios y se separó de nuevo—. Seré el hombre más dichoso.

¡Y a la mierda, se fueron todas mis inseguridades!.

Joder, si este bello hombre dice que le gusto, no sólo con palabras, si no con esa mirada con la que me está devorando, ¿Porqué no hacerlo?

Quita el restante de mi ropa, con tanta suavidad; que sus dedos arden rozando mi piel. Se incorporó un poco en la cama a contemplar mi desnudez, sus ojos escanearon todo, guardando cada parte de mi cuerpo en lo más recóndito de su memoria.

—No me cansaré de decirte lo hermosa que eres — Se inclinó a mis pies, y con su lengua empezó a saborear subiendo lentamente por mi pierna. Llegó a la cara interna de mi muslo, tome aire varias veces, cuando sentí su lengua lamer mis pliegues sin penetrar, ¿Este es el cielo?, de lo que me estaba perdiendo.

Introdujo su lengua lentamente abriéndose paso por mi monte de Venus, que ya más que húmedo, chorrea a mares con sus fluidos envueltos con los mios. Me aferró de la sabana con fuerza, arqueando la espalda con cada embestida lenta que da, moviendo en círculos y chupando con fuerza hacia afuera. Un resbaloso dedo entró acompañado de un un fuerte gemido que salió de mi boca, todo me tembló al sentir los movimientos de adentro afuera. Enlace mis dedos en su cabello adentrándolo más a mi interior. Con mis piernas lo sujeto fuerte por el cuello, dejándolo prisionero.

— Me preguntaste como te mataría ¿no? — Asintió con su cabeza hundida en mi entre pierna—. Te mataría; por falta de oxígeno bizcocho sabroso.

Reímos entre jadeos al mismo tiempo, no puedo negar, siempre he sido pervertida y un poco suelta a la hora de hablar. Sólo que con Adrián, las palabras y esos pensamientos pecaminosos fluyen por si solos.

— Nena, por mi no hay problema — Se incorporó, subiéndose encima de mi cuerpo abriendo mis piernas y posicionado su miembro en mi entrada—. Pero la que morirá será otra, y no por falta de aire precisamente.

Sonreí con malicía viéndolo a los ojos, se inclinó y beso mis labios con pasión, sentí como se fue deslizando lentamente en mi interior, me aferró de sus hombros enterrando las uñas en ellos, al sentir como cada capa va rompiéndose, una punzada de dolor me hizo cerrar los ojos fuerte y tomar aire.

— Tranquila, seré cuidadoso— Murmuró en mis labios para luego volver a besarlos, quedándose completamente quieto. Lo apreté fuerte por unos segundos—. Preciosa, me moveré lento. ¿Está bien?.

Asentí, mis palabras no salieron, empezó con movimientos lentos y circulares, dejando uno que otro beso por el cuello, hombro y terminar en mis labios, de a poco el dolor fue pasando, y sólo sentí morir de placer.

— Más rápido bizcocho — Murmure mordiendo su labio inferior, sonríe y las embestidas se vuelven más profundas, rápidas y certeras. Me agarra de la nuca, moviendo las caderas en círculos con arremetidas fuertes.

— Cada hora que pasa te deseo con mayor intensidad, Gabi... ¡Mierda!, eres jodidamente sensual — Gruñó, mi cuerpo tiembla con sus empalmes y sus palabras, que hacen latir fuerte mi corazón—. ¡Joder!, estas muy apretada. Me estás volviendo loco.

— Te equivocas, bizcocho... Acá la que se volvió loca por ti... soy yo — Con su cuerpo arremetiendo duro contra el mio, mis palabras salen con facilidad y con franqueza.

No se alcanza a imaginar, lo loca me he vuelto por él, es que hasta con el pensamiento todos mis sentidos se sacuden. Mi vientre sintió un hormigueo sabroso, apreté con fuerza mis piernas, hasta que sentí una electricidad recorrer mi interior, donde las piernas y todo el cuerpo me tembló, al llegar a mi clímax.

— ¡Ah, Mi Dios!— Grite, mordiendo fuerte mi labio y volteando los ojos aún por sus embestidas hasta que aumento el ritmo y de una fuerte estocada más, llegó a su orgasmo saliendo rápidamente de mi interior, dejando que mi estómago quedará lleno de sus fluidos.

— Casi — Dijo jadeante apoyando su frente en la mía, su respiración pesada y las gotas de sudor cayendo por su rostro.

Me quedé ahí inmóvil, recobrando fuerzas y mi mente colapsó de tanto pensar, en lo que seremos de ahora en adelante.

No pienses tanto, Gabi. Sólo disfruta, lo que va ser para uno, nunca será para los demás. Deja que todo coja su propio rumbo.

Que sabía, ahora si estas pensado. Mente degenerada.

Obvio nena, ya nos estrenaron, y con que bombón.

— Ven acá, nena — Adrián, ya estaba a mi lado, con los brazos sosteniendo su cabeza, y más sexy y delicioso no puede estar, me acosté en su pecho que ya no estaba agitado, su corazón latía errático y dejándome llevar por su palpitar me quedé dormida.

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Comments

Marii Meneses

Marii Meneses

Le dieron duro contra el mundo jajaja. A ver si asi deja las inseguridades.

2024-05-11

1

Marta Bedetti

Marta Bedetti

qué bueno

2024-05-10

0

Ale Gurrea

Ale Gurrea

vamos por la segunda vuelta... Bizcocho sabroso, se que tienes mucho que dar 🤤😋

2024-03-21

8

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