De repente, una figura apareció de entre las sombras, mucho más grande y más imponente que las anteriores. Esta tenía una presencia palpable, su cuerpo era alto y delgado, envuelto en una capa negra que parecía absorber la luz. Su rostro estaba parcialmente cubierto por una máscara oscura, pero sus ojos brillaban con una intensidad que hacía que el aire se helara al instante.
"No debieron entrar aquí." su voz resonó como un eco profundo, reverberando por toda la ciudad subterránea. "Este lugar no es para ustedes."
Jeongin se tensó, su cuerpo paralizado por el terror. No era una simple sombra, era algo mucho más antiguo y peligroso. Hyunjin intentó dar un paso atrás, pero Bangchan lo detuvo, sabiendo que cualquier movimiento podría ser fatal.
La figura avanzó hacia ellos lentamente, su mirada fija en cada uno de los chicos.
"El agujero tiene reglas. Reglas que nunca deben romperse. Y ustedes, niños tontos, las han roto. "dijo con un tono lleno de desprecio. "Ahora, tendrán que pagar el precio."
Los chicos intentaron hablar, pero la figura levantó una mano, deteniéndolos. La oscuridad alrededor de ellos se volvió aún más espesa, como si estuvieran siendo absorbidos por un vacío sin fin. Una sensación de desesperación se apoderó de Jeongin, como si algo estuviera desgarrando su alma.
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